El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 3 de Julio de 2.012.
El Pueblo Elegido VIII [3]
Por Rubén Vicente
En
1894, la sección suiza de La
Hermandad de los Sabios de Sión (léase: los javadistas), que es la rama
judeo-rusa de la masonería mundial (la venerable hermandad azul
= la masonería inglesa = la masonería anticatólica = la masonería antipapista =
la masonería diabólica = la masonería satánica), que brega por el fracaso
de El Plan Divino de Salvación; aupició, financió y organizó la celebración de El Primer Congreso Judío Mundial, que
tuvo lugar en la ciudad helvética de Basilea.
En
el evento se dieron cita prominentes personalidades del quehacer judío de los
cinco continentes o sus representantes oficiosos (Oceanía, Asia, Africa, Europa
y América), que comulgaban con las ideologías conservadora del cosmopolitismo;
liberal del judaísmo; radical del nacionalismo; anarquista del
internacionalismo; socialista del marxismo y nazi del sionismo.
En
ese contexto, el mejor abogado del nacionalismo alemán fue, justamente, el
encargado de defender la visión de los nazis judíos (léase: los
sionistas), es decir, el corresponsal en París del diario La Nueva Prensa Libre
de Viena (Die Neue Freie Presse), Agte. ORW C-3 Dr. Teodoro Herzl (a) Moisés,
de treinta y cuatro años de edad, quien comenzó su discurso recordándole a
todos los presentes que El Monte Sión es el lugar en el que se encuentra
situada La Tumba del Rey David, motivo por el cual, en ese lugar era para él y
para los sionistas, nada más ni nada menos, que el corazón espiritual de los
judíos y de La Tierra Prometida de que habla la ley yavista (la toráh).
Continuó
el Dr. Herlz diciendo que ser judío es entonces tener como patria, justamente,
La Tierra Prometida, cuyo nombre ancestral es Eretz (léase: el factor
telúrico). Prosiguió asegurando que los judíos son individuos (varones,
mujeres, niños y ancianos) que forman parte de la raza blanca; de la subraza
semita y de la etnia indoasiática (léase: el factor racial).
Agregó
que el idioma sagrado de los judíos era el hebreo (léase: el factor
lingüístico). Y afirmó que los judíos creen en Yavé (Jehová), motivo por el
cual, su religión es el yavismo (léase: el factor religioso).
Bajo
esa comprensión, Teodoro Herlz concluyó que ser judio es entonces ser semita,
hablar en hebreo y profesar el yavismo, restando reconvertir a Eretz en la
patria (léase: el territorio) del futuro estado judío (der judden stadt).
La
inmensa mayoría de los concurrentes, en vez de aplaudirlo hasta quedar con las
palmas de las manos enrrojecidas, cayeron en la cuenta de que ellos no eran
semitas sino arios; que ellos no hablaban en hebreo sino en idish;
que ellos no eran demasiado ortodoxos en su yavismo, por la sencilla
razón de que ellos eran los judíos rubios (los judíos europeos = los nórdicos =
los ashkenazíes), concluyendo en sus almas que tampoco querían
que el estado judío tuviera su futuro territorio en un lugar tan caluroso y
yermo como La Palestina Turca (léase: Eretz).
En
consecuencia, El Primer Congreso Judío Mundial desaprobó por una mayoría
de doble contra sencillo las posturas sionistas (66%), resolviendo en cambio conformar dos asociaciones
civiles sin fines de lucro (2), que
comenzarían a girar bajo la razón social, la primera de El Congreso Judío
Mundial (CJM), con domicilio legal en la capital británica (Londres), y la
segunda de La Agencia Judia Mundial (AJM), con domicilio en la ciudad
autónoma estadounidense de Nueva York; de modo tal de que el CJM funcionara
como el parlamento no permanente y que la AJM fuera como una suerte de el
gobierno judío mundial; dejando al estado judío (der juden stadt)
posicionado en el rol de el supraestado
pla-ne-ta-rio. ¿Cómo?
Desde
entonces, dentro de la propia comunidad judía mundial, empezó la interna,
entre la mayoría ashkenazí, conservadora y cosmopolitista (66%) y la minoría sefaradí sionista (33%) y, fuera de la comunidad yavista, entre la mayoría global no
judía (95%) y la minoría judía (5%). Esto es lo que hoy se conoce con los
nombres de el antisemitismo
y de el antijudaismo, que son dos cosas bien
diferentes, claro está. [6]
Y
claro que la prensa mundial, que nunca le presta atención a las sutilezas,
juntó todo en una misma bolsa y, fogoneada por los servicios de inteligencia
europeos, empezó a batir el parche contra la masonería, contra
los judíos, contra el comunismo, contra el sionismo y contra
todo lo que sonara a no tradicional (léase: lo subversivo), llamándolo con el
nombre de la sinarquía
internacional. ¡Guau¡
De
pronto, la gente común del mundo entero (orbis), que venía escuchando desde
hacía décadas que había un fantasma que recorre Europa, sumaron en sus
mentes, y el resultado fue que les cayó la ficha, concluyendo que la raza
humana, evidentemente, estaba bajo efectivo ataque tenebroso de la sinarquía
internacional, una de cuyas ramas eran, justamente, los judíos,
obvio.
Pero
la minoría sionista, básicamente sefaradí, ganaría apoyos askhnaziés en pocos
meses, hasta convencer al Dr. Herlz de que había que crear el movimiento
sionista mundial, bajo el lema de marchemos hacia a la tierra prometida
(sic); que en 1896 publicó su primera obra literaria (de opera prima), titulada
con el nombre de El Estado Judío (der judden estadt) que, en su
concepción repensada sería para todos
(sefaradíes, ashkenazíes, hassídicos y javadistas).
Y
en 1897 se celebró, también en la ciudad helvética de Basilea, nada más ni nada
menos, que El Primer Congreso
Sionista Mundial, lógicamente presidido por el Agte. ORW C-3 Dr.
Teodoro Herlz (a) Moisés (37), del que surgiría una asociación civil sin fines de
lucro, que comenzó a girar bajo la razón social de El Partido de los Obreros
Sionistas Unidos (POSU) que, en hebreo, se dice Mapam, que principió siendo, obviamente, un
partido suizo, claro está. [7]
Hasta
entonces, el gran ícono simbólico de La Hermandad de los Sabios de Sión (léase:
los javadistas), y desde hacía tres años, del congreso judío mundial y de la
agencia judía mundial, era El Candelabro de Siete
Brazos. Pero el Mapam adoptó como propio un símbolo que no
era típicamente judío, es decir, proveniente del antiguo gran reino oriental de
Judá (léase: Judea), sino más bien, del mucho más antiguo de la
confederación samaritana mediterránea occidental, posterior a la disolución de
El Imperio de Jezrell (léase: Israel), como fue y volvía a ser, una vez más, La Estrella de David.
Conste.
La
primera causa que defendió el Mapam fue la del Agte. III-D C-3 Cap. EF Afred
Dreyfus, haciendo coincidir los intereses del sionismo con los de El Segundo
Imperio Alemán (La Gran Prusia = La Pequeña Alemania = Das II Reich); pero un
tipo como El Barón Rothschill, que tenía el asiento principal de su
familia y de sus negocios (léase: el domicilio) en Gran Bretaña, le aportó al
Dr. Herlz y al Mapam el dinero necesario para persuadir al monarca de El
Imperio Turco (La Gran Turquía), Mcl. ET ® Dr. Murad V Otmánidas (59) de la
conveniencia otomana de venderle al Mapam, nada más ni nada menos, que
la toda la provincia turco-siria de Palestina. [8]
y
[9]
Para
cuando se celebró La Primera Conferencia Mundial de Paz en La Haya (1907),
Teodoro Herlz ya había fallecido hacia tres años en Viena, pero todos los
representantes diplomáticos de las grandes potencias, reunidas para tratar de
que la paz armada no se transformara en la gran guerra mundial, le rindieron
homenaje unánime a la personalidad política rutilante del que sería
conocido por la historia universal como El Segundo Moisés, y nada más, claro está.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la
información contenida en el presente documento se halla jurídicamente
garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art.
19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código
Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2]
Para uno de Los Siete Grandes Sabios
de Grecia (Solón) El Cisne Negro es
la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que
es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
Teodoro Herlz (1860-1904) nació en Budapest. Profesaba
el yavismo mesianista (el hassidismo). Hablaba hebreo, idish, húngaro, alemán,
francés e inglés. Leía vorazmente sobre las ideologías políticas contemporáneas
(el convervadorismo, el liberalismo, el radicalismo, el anarquismo, el socialismo
y el comunismo). Su pensador predilecto fue Karl Grün (ver El Cisne Negro,
Editorial 28). Se graduó como doctor en derecho constitucional. Trabajó para la
municipalidad de Viena y se unió a los nacionalistas alemanes, hasta que fue
iniciado en un taller de La Hermandad Teutónica y fue reclutado como agente
secreto por el servicio de informaciones del ejército imperial austro húngaro
(das oster reich wehrmatch), ignorándose su nombre supuesto, pero sabiéndose
que su nombre de guerra era Moisés. Cumpliendo órdenes, renunció a su empleo
público y tomo un trabajo en la redacción del diario vienes (La Nueva Prensa
Libre = Die Neue Freie Press), de línea editorial partidaria de el
nacionalismo alemán, siendo nombrado corresponsal en París (1891). Conste.
[4] Para el
análisis del socialismo nacional (el nacional socialismo = el nazismo), y su
versión judía (el sionismo), véase El Cisne Negro (Editorial 28).
[5] Hasta
ese momento, a falta de templo de Yavé, los judíos de la primera migración a
Palestina (léase: La Primera Aliyáh), era El Monte Sinaí, situado en el
territorio del gran reino pro británico de Egipto), donde El Patriarca Moisés
recibió La Tablas de la Ley (léase: la torah). Quiere decir que, para los sionistas, que eran
básicamente sefaradíes y hassídicos, el lugar más santo de La Tierra
Prometida (léase: Eretz) no
era El Monte Sinaí, sino El Monte Sión, y que Moisés no era para ellos tan importante como El Rey David, cuyo
nombre de familia (léase: el apellido) era Elohim, de los que descendían Los
Barrabás, cuyo ícono máximo fue, obviamente, Nuestro Señor Jesucristo, claro
está. No sé si ….. Conste.
[6]
Bajo esa comprensión, se puede ser un judío antisemita o bien, un
sionista anti judaismo. ¿Cómo?
[7]
En 1910, el Mapam cambió sede a Viena y en 1950 a Tel Aviv.
[8]
III-D es la sigla del servicio de inteligencia militar alemán anterior a la
Abwerh, predecesora del BND.
[9] Aunque
todos fueran musulmanes, los turcos, que eran arios y pro alemanes, odiaban a
los sarracenos (léase: los árabes), que son semitas y pro británicos, y por eso
ayudaron a los sionistas, aunque fueran judíos, pues sus intereses eran, como
ya se dijo, coincidentes con los de El II Reich. Conste.
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