El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 7 de Julio de 2.012.
El Pueblo Elegido XII
Por Rubén Vicente
La
relativamente corta historia de El Estado de Israel (1948-2012), que es el ícono del estado judío (der judden stadt),
puede ser conveniente dividida en dos etapas (2), separadas por El Acuerdo de Camp David de 1979.
Hasta el acuerdo,
Israel no paró de recuperar territorios antiguamente integrantes de La
Palestina Británica (El Sinaí, Gaza, Cisjordania, Las Alturas del Golán y
Jerusalén Oriental) y de expanidirse, según la concepción sionista de lo que debe
ser La Tierra de Eretz Israel, que para que estuviera completa, debería
incluir La Península Arábica (léase: Arabia Saudita, Yemen, Omán, Emiratos
Arabes Unidos, Qatar, Bahrein, Kuwait e Irak), toda Jordania, Siria, Líbano y
Egipto Oriental, es decir todo, desde
Tigris hasta El Nilo. Right?
Y si, porque la idea
que preside la geopolítica sionista, se basa en el hecho histórico de que El
Imperio de Jezrell (Israel), que tuvo vigencia entre los años 1.017 y 814 a.C.,
llegó a extenderse desde el Brahmaputra hasta Gibraltar, aceptando que los
veintiocho siglos transcurridos desde su disolución (28) y las circunstancias
históricas derivadas del transcurso de los siglos diecinueve y veinte de la era
cristiana, determinan el imperativo categórico de ceñirse a una nueva concepción
geopolítica, presidida por el principio estratégico de tierras por paz, que
reduce el espacio vital israelita máximo ancestral (die israelitischen lebens
raum maximale ahnen), es decir, desde el Brahamputra hasta Gibraltar; a el
nuevo espacio vital israelí mínimo moderno (die israelitischen lebens raum mindest
modern), desde El Tigris hasta El Nilo. Conste.
Bajo esa nueva concepción
geopolítica sionista, está El Gran Israel, desde el Brahmaputra hasta Gibraltar,
que es histórico y espiritual, y El Pequeño Israel, desde El Tigris hasta El
Nilo, que es político y actual, de modo tal que, El Estado de Israel, con el
territorio que poseía tras La Cuarta Guerra Árabe Israelí de 1973, no era más
que un estado en expansión, que sólo busca dominar la totalidad de lo
que considera que le pertenece por mandato divino. Conste. [3]
Pero El Acuerdo de Camp
David de 1979 implicó una retrogradación de las aspiraciones geopolíticas
sionistas, al tener que reintegrarle a Egipto, justamente, La Península del
Sinaí, que selló una paz permanente, y por ahora estable, entre los
egipcios y los israelíes.
Desde
entonces, Egipto sejó de ser el enemigo, pero simultáneamente con esa paz en el
noreste africano, fue puesta la simiente de la guerra en el oriente asiático
(Irán).
La
revolución islámica de El Ayatollah Khomeini de 1978, implicaría el nacimiento
de la nueva ideología teopolítica de el islamismo marxista (léase: el marxismo
islámico = el fundamentalismo = el salafismo), luego compartida por Arabia
Saudita, en el ámbito de El Frente Islámico Internacional (FII), cuyo brazo
armado subrepticio es La Red Al Qaeda, que coordina las operaciones de Abou
Sayaf de Las Filipinas, de Al India Al Islam de La India, de El Talibán de
Afganistán, de Las Passdarán de Irán, de El Ejército Islámico de Irak, de
Anzaar Allah del Líbano, del Frente Polisario de Mauritania, del Frente Islámico
de Salvación de Argelia, de Gammal Al Islamiya de Egipto, de Al Shabbab de
Somalía, de Al Jihad de Gaza y Cisjordania y de Las Brigadas de Al Aqsa de
Jerusalén Oriental, que bregan por la destrucción hasta los cimientos de
El Estado de Israel; siendo Irán el enemigo a destruir por Israel.
Mientras ese proceso
dio lugar a La Guerra Mundial Contra El Terrorismo (léase: La Segunda Guerra
Fría = 2001-2014), el pueblo
elegido sigue envuelto en La Segunda Diáspora global, guiado por el Consejo
Judío Mundial (CJM) de Londres y por la Agencia Judía Mundial (AJM) de Nueva
York; reconociendo ambas organizaciones no gubernamentales internacionalistas
(las ong´s del judaísmo anti sionista),
la supremacía mundial de los EEUU, hoy gobernados por su presidente
masón-demócrata, Dr. Barak Obama (a) Martes Negro (50).
La idea de Obama es retirarse
de Afganistán, negociar con Irán, apoyar La Revolución de los
Jazmines en El Medio Oriente y en El Magreb, cerrar las cárceles de la
CIA en Europa y clausurar Guantánamo, pero la historia se opone a sus
designios personales y debe limitarse lidiar con La Crisis Mundial (la crisis
de las hipotecas = el efecto jazz = la gran recesión = la segunda gran
depresión = 2008-2014). [4]
Por eso, si los cálculos
no me fallan, yo digo que en 2014,
estarán dadas las condiciones para que cese la segunda guerra fría, y para que
sobrevenga, nada más ni nada menos, que la amenanza po-ten-cial de estallido de La Tercera Guerra
Mundial (el holocausto nuclear = el armagedón = el apocalipsis), que definirá
la suerte del mundo entero (orbis), pero también, la de el pueblo elegido,
porque las sagradas escrituras dicen que todo comenzará en Meggido, claro está.
Y si me dijeran que
estoy muy equivocado, respondería que, veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la
información contenida en el presente documento se halla jurídicamente
garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art.
19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código
Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2]
Para uno de Los Siete Grandes Sabios
de Grecia (Solón) El Cisne Negro es
la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que
es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3] Esa
concepción geopolítica sionista imperialista, no es diferente, en absoluto, de la de Saddam Hussein, que
hablaba de La Gran Babilonia de Nabucodonosor II, extendida desde El Tigris
hasta El Nilo; o las de Muhammad Reza Pathlavy, que hablaba de La Gran Persia
de los Aquémidas, extendida desde El Indo hasta Gibraltar, o la de Los Al Saud,
que hablan de El Segundo Imperio Musulmán, extendido desde Las Filipinas hasta
Gibraltar. Bajo esa compresión imperialista, se superponen los espacios
vitales de las cuatro naciones (4), es decir, de Irán, de Irak, de Arabia
Saudita y de Israel, y el conflicto no ha terminado, ni mucho menos, obvio. Conste.
[4] La
Revolución de los Jazmines (2011-2014), paradógicamente apoyada tanto por Los
EEUU como por Arabia Saudita (vía Los Hermanos Musulmanes y Al Qaeda), supone
la instauración de la revolución islámica moderada (léase: la revolución islámica
impura = la revolución islámica democrática), que es un designio geopolíticamente
potable tanto para Washington como para Riad, pero no para Tel Aviv, porque es antagónico de
los intereses vitales del sionismo. Conste.
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