miércoles, 19 de septiembre de 2012

376 Geopolítica (Brasil)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000376 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 18 de Septiembre de 2.012.





En Todos Lados
Se Cuecen Habas
Por Rubén Vicente 

En 2007, el gobierno argentino anunció su intención de motorizar el diseño, la construcción y puesta en funcionamiento de un tren de alta velocidad que uniría las ciudades de Buenos Aires y Córdoba, vía Rosario. Era un tendido ferrovial de ochocientos kilómetros (800 Km2), con un costo inicial estimado de cuatro mil millones de dólares (4 MMD´s) que, con el oro cotizando en ese momento a seiscientos dólares la onza (U$S 600,00), implicaba una erogación liminarmente prevista de seis coma siete millones de onzas troy (6,7 MOT´s).  

La Crisis Mundial de 2008 echó por tierra todas las ilusiones, pero sobre todo, lo hicieron el FMI que, tércamente, se opuso a que la Argentina negociara con El Club de París el desendeudamiento del país, si nuestra nación no aceptaba la inspección que establece el artículo cuarto de la carta orgánica del organismo internacional de crédito contingente, y sobre todo (supra tutto), la sistemática campaña en contra de toda la oposición, tanto ideológica como mediática, bajo los argumentos de que por qué no mejor arreglar los ferrocarriles existentes, de que se van a robar todo, de que la obra no se hará, y de que, al final, esta milonga nos va a terminar costando diez veces más de lo previsto (like Yaciretá). ¿Se acuerdan? [3] 

Mi única objeción a ese proyecto era que yo lo hubiera hecho entre Buenos Aires y Río Gallegos, para que El Tren Bala Argentino recorriera la única región del país que todavía no tiene ferrocarriles troncales, otorgando una conseción por ciento cuarenta y dos años, con vencimiento en el año 2050, poniendo todo a cargo del concesionario, incluyendo la tarifa a su voluntad (léase: el estado no pone un peso ni garantiza para nada, ni le garantiza nada a nadie, incluyendo la seguridad, también a cargo del concesionario que, si de mi hubiera dependido, habría sido japonés). Right?  

En 2010, el gobierno de la república federativa del Brasil también anunció su intención de diseñar, construir y poner en funcionamiento un tren de alta velocidad que unirá las ciudades de Río de Janeiro y San Pablo, con un tendido de sólo quinientos kilómetros (500 Kms.), con un costo inicial estimado de treinta y seis mil millones de reales (36 MMR´s), equivalentes en ese entonces a catorce mil cuatrocientos millones de dólares (14,4 MMD´s) cuando, en aquel momento, el oro cotizaba a mil trescientos dólares la onza (U$S 1.300,00), equivaliendo ese monto iniciamente presupuestado a once millones de onzas troy (11 MOT´s). 

En primera síntesis, digo que un tren bala brasileño, cuyo trayecto será de sólo un poco más de la mitad del argentino, pero que costaría casi el doble. Mmm… No huele demasiado bien, aunque sea Brasil, perdón. 

Pasaron dos años y medio de tramiterío y ya fueron declaradas insatisfactorias tres licitaciones públicas internacionales, criticadas por el empresariado paulista (3), bajo el criterio del precio más bajo, que privilegiaba el transporte popular de pasajeros. 

Una semana más tarde, Dilma Rousseff cambió el criterio, virando al nuevo de mayor inversión por kilómetro en funcionamiento, estimando un nuevo presupuesto de cincuenta mil millones de reales (50 MMR´s), con la divisa brasileña cotizando a dos reales por dólar (U$S 1,00 = R 2,00) y con el oro costando mil seiscientos cincuenta dólares la onza (1 OT = U$S 1.650,00). 

Bajo esa comprensión, el tren bala brasileño, que seguirá siendo de sólo quinientos kilómetros (500 Kms.), ahora costará quince millones de onzas troy (15 MOT´s).  

La verdad, si antes ya no olía bien, ahora empieza a oler decididamente mal. Y por favor, no me digan que realmente ustedes creen que ellos lo van a hacer, porque me van a descocer la panza del ataque de risa que me van a hacer agarrar. 

Y les ruego que no se les ocurra decirme que ellos no son corruptos, porque me voy a acordar del senador que tuvo que devolver lo que se afanó para no ir en cana, y se me va a ir la risa, y me va a agarrar la furia, de verlos a ustedes tan cánditos, por no decir otra cosa.    

O pais mais grande du mundo, pero de la mentira y el curro, ja ja já. Por eso digo que en todos lados se cuecen habas. ¿Verdad?

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
 
[3] En ese momento, el ministro de planifación federal, Ing. Julio De Vido (a) Plin Caja, llevó a cabo una visita oficial a Francia, entrevistándose con el entonces ministro de finanzas, cuyo nombre y apelllido no recuerdo. De lo que si me acuerdo, es de que el tipo declaró que cómo él veía que la Argentina pretendía contratar para El Tren Bala Argentino a la empresa francesa que construyó y que opera El Tren Bala Franés, que tampoco recuerdo cómo se llama, Francia apoyaría a la Argentina en su negociación con los estados miembros de El Club de París, a los efectos de que ese organismo internacional le pidiera al FMI la ni aplicabilidad del articulo cuatro en el caso de la Argentina, porque todo es un toma y daca, como debe ser, obvio.

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