El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 16 de Septiembre de 2.012.
La Isla de Morondanga
Por Rubén Vicente
Luego
de La Batalla de Kosovo (1385), El Gran Imperio Tártaro (La Gran Tartataria),
con capital en la ciudad hoy uzbekistaní de Samarcanda, gobernado por la
dinastía alawita de Los Khan abarcaba, literalmente, el mundo entero
(orbis), expcepto cuatro perisféricas (4),
que eran América, Oceanía, El Africa Subsariana y La Europa Cristiana (léase:
El Sacro Imperio).
Ese
descomunal giga estado tártaro estaba dividido en grandes khanatos, entre los
que figuraba el de La China, con capital en la ciudad de Cambalic (léase: Pekín
= Beijing). De ese gran khanato de La China dependía el khanato de
Corea, con capital en la ciudad de Seul, gobernado por la dinastía yavista-budista
de Los Cohen. [3]
En
1654 sobrevino la extinción de La Gran Tartaria, que fue sucedida por El
Imperio Tártaro del Oriente (léase: La Gran Mongolia), con capital en la ciudad
de Ulam Bator, gobernado por la dinastía alawita convertida al budismo de Los
Khan; y por El Imperio Tártaro Oriental (léase: La Gran Turquía), con capital
en la ciudad de Istambul (léase: Estambul), gobernado por la dinastía sunnita
de Los Otmánidas (léase: Los Otomanos). En ese contexto, el khanto de Corea
quedó formando parte del gran khanto mongol de La China.
En
1842 concluyó La Guerra del Opio, durante la cual sobrevino la disolución de La
Gran Mongolia, que fue sucedida por los imperios de La India, de La China y de
El Japón, con capitales en las ciudades de Calcuta, de Pekín y de Kyoto,
respectivamente. En ese contexto, Corea ascendió geopolíticamente al rango de gran
reino del imperio chino.
En
1910, las fuerzas armadas del Japón llevaron a cabo a conquista de la porción
meridional del gran reino chino de Corea (léase: Corea del Sur), y en 1931,
Japón llevó a cabo la conquista de la porción septentrional del gran reino chino
de Corea (léase: Corea del Norte), conquistando también el gran reino chino de
Manchuria.
Desde
entonces (1931), Corea del Sur, Corea del Norte y Manchuria se convirtieron en
los tres reinos integrantes de El Gran Reino Japonés de Manchukúo, con capital
en la ciudad de Pekín, gobernado por su magestad, el Mcl. ECh ® Dr. Puyí I Qing
(a) El Último Emperador (26).
Durante
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en el marco específico de La Guerra
Civil China y en el contexto ultraespecífico de La Gran Marcha, la guerrilla
campesina comunista del Cte. Gral. ERCh Dr. Mao Tsé Tung (a) El Maestro, apoyado
por La Unión Soviética de Stalin, avanzó sobre gran parte del imperio de
Manchukúo, destrozando su unidad política (1943).
En
semejante contexto, sobrevino la declaración de la existencia material, de la
constitución formal, de la soberanía interior y de la independencia exterior de
La República de Corea (léase: Corea del Sur), con capital en la ciudad de Seúl,
cuyo primer presidente provisional fue el Dr. Rhee Syngman quien,
inmediatamente después de asumir su cargo, maniobró rápidamente para celebrar
un tratado de paz, amistad, navegación, comercio y alianza (defensiva y
ofensiva) entre Corea del Sur y los EEUU, entonces gobernados por su presidente
masón-demócrata, Dr. Franklin Delano Roosevelt (a) El Rengo (61).
Paralelamente,
también fue declarada la existencia material, de la constitución formal, de la
soberanía interior y de la independencia exterior de La República Democrática de
Corea (léase: Corea del Norte), con capital en la ciudad de Pyong Yang, cuyo
primer presidente provisional fue el Agte. NKVD C-3 Dr. Kim Il Sung quien,
inmediatamente después de asumir su cargo, maniobró rápidamente para celebrar
un tratado de paz, amistad, navegación, comercio y alianza (defensiva y
ofensiva) entre Corea del Norte con La Unión Soviética, gobernada por su
presidente masón-engelista, Mcl. ER ® Cda. Joseph Vizarionovich Dugashvilli (a)
Zozo (a) El Tío José (a) El Hombre de Acero (a) Stalin (64).
En
1948, Corea del Norte y Corea del Sur fueron admitidas como nuevos estados
miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), liderada por los
EEUU. Sin embargo, estalló La Guerra de Corea (1950-1954).
Desde
entonces, Corea del Norte se convirtió en un estado miembro de La Comunidad
Económica Comunista (Comecom) y de La Organización del Pacto de Varsovia (OPV),
mientras Corea del Sur era oficialmente reconocida como aliada extra OTAN por
los EEUU, entonces gobernados por su presidente francmasón-republicano, Tte.
Gral. USA ® Ing. Dweigth Eisenhower (a) Ike (63), obviamente, en el marco
general planetario de La Guerra Fría (1946-1991).
En
1985, Corea del Sur se convirtió en un estado miembro de la Asociación de las
Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), liderada por Japón, cuando el imperio
del sol naciente protagonizaba una guerra comercial contra los EEUU, entonces
gobernados por su presidente francmasón-republicano, Agte. CIA C-3 Mr. Ronald
Reagan (a) Ronnie (74).
Al
concluír la guerra fría (1991), Corea del Sur quedó posicionada como un aliado
militar de los EEUU, pero también, como un aliado económico del Japón, mientras
Corea del Norte quedó posicionado como un aliado militar de Rusia y como un
aliado económico de China.
Durante
La Guerra Mundial Contra el Terrorismo (léase: La Segunda Guerra Fría =
2001-2014), quedó planteada La Cuestión Coreana, derivada de la posesión de
armamentos misilísiticos y nuclares de Corea del Norte, amenazando directamente
los intereses vitales de Corea del Sur, del Japón y de los EEUU.
No
obstante, paralamente, los gobiernos de Seul y de Pyon Yang firmaron un acuerdo
estratégico, para el diseño y emplazamiento de una mega ciudad industrial
binacional en la frontera desmilitarizada entre ambos estados coreanos
(Kaesong), determinada por el paralelo de treinta y ocho grados de latitud
norte, dejando en evidencia que, más allá de las aparentes irredutibles
diferencias ideológicas, el objetivo político a largo plazo es la
reunificación coreana, y nada más, claro está.
En
ese contexto coreano, que es profuso, difuso y confuso, se destaca el hecho de
que a partir del año 2005, Japón y Corea del Sur protagonizan un conflicto de
sobreranía sobre Las Rocas de Liancourt, situadas en El Mar del Japón, que el
gobierno de Tokio llama con el nombre Takeshima, y que el de Seúl llama con el
nombre de Dokdo.
En
Las Rocas de Liancourt están habitadas únicamente por dos ciudadanos
surcoreanos (2) y los EEUU reconocen oficialmente como se soberanía
surcoreana, pero Japón las reclama por la presencia en las mismas de
yacimientos de gas natural.
El
domingo doce de agosto pasado, el presidente conservador de Corea del Sur, Dr.
Lee Myung Bak (70), llevó a cabo una visita oficial a Las Rocas de Liancourt (léase:
La Isla de Morondanga), desatando la protesta formal de la cancillería del
Japón, y el martes catorce de agosto, con motivo de la celebración de un nuevo
aniversario de la independencia, el presidente Lee declaró que el monarca del
imperio del sol naciente (Aki Hito I Meiji) debe pedirle disculpas (sic)
al pueblo coreano
(no surcoreano) por las
atrocidades cometidas por los japoneses durante la ocupación de la península
(1910-1943).
En
mi opinión, el mundo entero (orbis) se va a llevar una gran sorpresa, pues
lejos de los que esté mostrando el escenario racional de la geopolítica, yo
creo que, contra todo lo esperable, antes de 2030, se operará, nada más ni
nada menos, que la reunificación coreana, convirtiéndose Corea en una
monarquía parlamentaria capitalista estilo renano (léase: el capitalismo con
rostro hunmano = la economía social de mercado), con capital en la ciudad industrial
hoy fronteriza de Kaesong, bajo la dinastía de Los Kim que, insólitamente,
negociarán con Los Meiji la incorporación de El Reino de Corea a El
Imperio Japonés, que se transformará, de la noche a la mañana, en una nueva
superpotencia misilística y nuclear, que será la gran rival económica, diplomática y militar (léase: la
enemiga potencial) de China, de Rusia y de los EEUU.
Y
después (2030-2100), van a ir por todo, es decir, por Manchuria, por Yakutia,
por Alaska, por La Columbia Británica y por California, claro está.
Aunque
no querramos darnos cuenta, Napoleón tenía toda la razón, cuando aconsejaba que
dejemos que duerma el gigante amarillo. Y por eso digo que, aunque nadie
se quiera dar cuenta, todo puede ya haber comenzado, nada más y nada menos, que en La Isla
de Morondanga, claro está.
Y
después no me digan que no se los avisé con suficiente antelación.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es la
alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
Véase El Cisne Negro (Editorial 61 – El Marco Polo del Oriente).
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