lunes, 3 de septiembre de 2012

361 Historia (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000361 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 3 de Septiembre de 2.012.




Avellaneda I
Por Norberto Pedemonte


De Buena Madera

“Lástima que se murió tan joven”.  Esta es una frase que ocasionalmente escuchamos y serviría para expresar una certeza.  Lástima que los argentinos perdimos a este héroe tan joven (49 años).
Tal vez, para la mayoría de nosotros, Avellaneda sea un nombre más, el de un partido del gran Buenos Aires, el de una calle. Para otros el nombre de un Presidente.  Pero muy pocos tienen una idea acabada de la dimensión de esta figura. En un país donde casi todos los próceres fueron soldados, los Avellaneda, los Ilía son injusta y llamativamente ignorados. 
Lo cierto es que en sólo mil renglones tendré que expresar toda la dimensión de este personaje contándoles su vida, obra y pensamiento, lo cual será una tarea más que difícil.
Nicolás Remigio Aurelio Avellaneda nació el 1° de octubre de 1836 en Tucumán.  Hijo de Marco Avellaneda, líder de la liga del norte, muerto por el Cnel. Mariano Maza, perro rabioso de Oribe,  lugarteniente de Rosas y gran asesino de unitarios.  
El 3 de octubre de 1841, Marco es decapitado y su cabeza, junto con las de otros correligionarios, serían exhibidas en la plaza de Tucumán.  Nicolás, con 5 años, y su familia, son retenidos en Cochinoca, hasta obtener permiso de Oribe y poder exilarse en Tupiza (Bolivia).  La muerte de Lavalle, la huida de La Madrid a Chile y las envidias y traiciones sufridas por el más hábil general unitario (Paz), determinarán la hegemonía rosista en todo el país.
A la muerte de su padre se le suma la muerte de una hermana.  La vida del refugiado lleva incomodidades y privaciones, pero el niño está al tanto de las situaciones y las atrocidades federales.
Se supone el regreso de la familia a Tucumán para 1844, y para 1850, Avellaneda se traslada a Córdoba para cursar estudios superiores.  Realiza dos años de filosofía y cuatro de derecho.  Ya en diciembre de 1855 retorna a su provincia.
Sin experiencia, oficia de defensor y gana su primer caso (conspiración para derrocar al gobernador), utilizando todos los resquicios dejados por la parte acusadora. Casi simultáneamente comienza a oficiar de defensor de pobres y menores y como periodista.
Para fines del 56 cofunda “El Eco del Norte” pero es evidente que se siente limitado intelectualmente, y como “alma inquieta”, viaja a Buenos Aires, arribando allí en mayo del 57. 
Se hospeda en una modesta pensión y cursa en la UBA la Previa, y más tarde la Ignaciana, que le faltaban de la Universidad de Córdoba.  Recibe de esta forma el grado de doctor en marzo del 58.  Para octubre ingresa en la Academia de Práctica Forense y se asocia al estudio del doctor Pérez que es el más importante de la ciudad.  Allí conoce a Sarmiento, que es amigo de su socio.
Promediando 1859 ingresa a El Comercio del Plata, cuyo propietario es Florencio Varel,a y enseguida se destaca como columnista.  No ha finalizado el año y es convocado por el diario más importante: “El Nacional” de Dalmacio Vélez Sarsfield.  
En su primera columna del 17 de noviembre aplaude el Pacto de San José de Flores y la incorporación de Buenos Aires a la República (reniega del nombre Confederación).  De la Constitución dirá:  “Buenos Aires se sujetará a la ley común que obedecen sus hermanas, pero después de haberla hecho suya como es de ellas, discutiéndola, reformándola y aceptándola”. Y más adelante agrega:  “La Constitución Federal es obra del pensamiento argentino, en la que Buenos Aires tiene más parte que ninguno...Acéptela Buenos Aires pronto y sin vacilaciones…”.
La posición de componedor se va a manifestar a lo largo de toda su vida.  La exaltación de los principios constitucionales y de las instituciones de la patria serán algunas de sus metas. 

Diputado Provincial
El 24 de abril de 1860, el Dr. Nicolás Avellaneda es electo diputado para la legislatura de Buenos Aires. Contaba con 23 años.  Para mayo es designado profesor de Economía Política y Derecho Internacional Privado en la UBA.
Se destaca como excelso orador, aunque su labor política está muy lejos de llegar al apogeo.  Sirve muy bien como protector de la figura del gobernador y se empieza a perfilar como excelente constitucionalista.  Como asociado del estudio gana una fortuna.  Entiéndase bien:  Este hombre trabaja como abogado, legislador, periodista, profesor universitario, y hasta hace un lugarcito para la literatura; ¡todo al mismo tiempo!
Por desacuerdos con Mitre debe renunciar como periodista. En  septiembre de 1861 sucede La Batalla de  Pavón, lo que no le impide en octubre casarse con Carmen Nóbrega, mujer con un pasado parecido al de él.  Su padre fue degollado por mazorqueros de Rosas.
En marzo de 1862  es reelecto diputado y el 12 de octubre asumen Mitre-Paz.  Buenos Aires será sede de la autoridad federal por  espacio de 5 años.  Mitre, de esta manera, postergará la determinación de la Capital para más adelante, evitándose un problema de enfrentamientos con Alsina y Tejedor, que pretendían que sea en Entre Ríos o en Rosario. Al respecto de estas dilaciones, Avellaneda utilizaría un viejo dicho de entonces:  “Los que vengan de atrás que arreen”, significando lo que hoy podríamos decir: “Patear la pelota para adelante y que se arreglen los que vienen”.
Mantiene una fluída correspondencia con el “maestro” Sarmiento y escribe el ensayo “Sobre el Congreso de Tucumán”(1864).  En la legislatura, vuelve a “cruzarse” con Tejedor a raiz del fraude electoral.  Sobre el fuero legislativo expresaría: “Las inmunidades acordadas por la Constitución a un diputado no significan un salvoconducto para que pueda cometer todos los delitos que quiera... Las inmunidades de la Constitución no importan otra cosa que una garantía para la misión política que ese señor diputado está llamado a ejercer, a fin de asegurar su cumplimiento, cosa que a toda la sociedad interesa.”.
Memorables son sus intervenciones sobre la emisión de moneda , los empréstitos y la violencia electoral.
Su brillante oratoria (con ovaciones de la barra), sus vastos conocimientos en temas políticos y económicos y su aplastante lógica lo catapultan como ministro de gobierno de Alsina. (3-8-66) y todavía no había cumplido los 30 años. 

Ministro de Alsina
Para entonces, Avellaneda debe renunciar a la cátedra, pues la nueva tarea le va a absorver demasiado tiempo.  Aquí nuevamente va a demostrar su capacidad creativa y de trabajo.
Crea dos leyes sobre las tierras públicas, derivadas de su ensayo sobre el tema. Destaca la importancia de que los habitantes, y entre ellos los inmigrantes, puedan disponer de tierras para trabajarlas, aumentando la producción y distribuyendo a los recién llegados en lugares para ser colonizados y reorientándolos fuera de la ciudad.
“Sólo la propiedad arraiga al hombre al suelo”. La tierra no debía ser “donada”, ni tampoco su costo debía ser tan alto como para que no se pudiera acceder a ella. Pagando la sexta parte de su valor, el nuevo propietario firmaba la escritura con una hipoteca que iría pagando con el tiempo.  
La prioridad en las tierras ocupadas era del arrendatario o del subarrendatario.  Se buscaba también que los que accedieran fueran verdaderos trabajadores evitando la especulación.   El estado se guardaba unas hectáreas donde, en el futuro, se establecerían los pueblos que se podrían crear de lo obtenido de las ventas, y para el fomento de la educación.
Avellaneda es el que transmite mediante carta a Sarmiento, que se encontraba en los  EEUU,  sobre la muerte de “Dominguito” , el “hijo” de éste, y es quien habla en los funerales.
En otro orden de cosas, manda reordenar El Archivo General de la Nación para salvar los documentos de su destrucción.  Prepara su primera “memoria anual” que no es, ni más ni menos, que un informe de lo hecho por su ministerio y de lo que hará en el futuro.  Esta forma de trabajar la extenderá a todos sus trabajos y exigirá lo mismo de sus colaboradores.
Allí se podrán vislumbrar sus siguientes medidas de organización de “la campaña” (por el campo) y de la educación primaria.  Al respecto escribirá:  La educación es la condición de la democracia:  “el gobierno de sí mismo no puede existir en una sociedad sin que ella tenga la aptitud de ejercerlo, esa aptitud y la formación de la razón pública son la obra secular de la educación”.
Se propone aumentar el “fondo para las escuelas” y hacerlo intocable.  Además, “el vecindario” se encargaría de la inspección y de la vigilancia de ellas, comprometiendo a la gente a su integración al sistema.  La cruda realidad demuestra que 9 de cada 12 inmigrantes no saben leer, ni mucho menos escribir.
Se mete contra la “omnímoda” figura del Juez de Paz, que ejerce las autoridades civil y penal, agente ejecutivo y legislativo local, escribano y muchas veces hasta comisario. Su idea es separar la autoridad ejecutiva de la de justicia.  Se propone aumentar el número de jueces, derivándolos a la campaña. Todos los juzgados se hallaban en Buenos Aires.
Es su idea eliminar la “leva” de pobladores para los puestos de frontera.  En 1867 es tentado por el vicepresidente en ejercicio de la presidencia, Marcos Paz, para ejercer como ministro de justicia y  rechaza el ofrecimiento.
Le pide a las municipalidades una memoria anual y las exhorta a constituir su renta propia, distribuyéndola adecuadamente y a dar publicidad a sus actos y cuentas.
En educación le preocupa la estructura edilicia, la asistencia y el nivel y cantidad de educadores.  Se contruyen nuevos edificios en 14 partidos y una escuela para adultos.  Crea una escuela de agricultura y 4 de enseñanza superior.  Subsidia la compra de instrumental para el primer laboratorio de física y química de la universidad, y al Museo de Historia Natural lo dota de presupuesto propio.
En 1868 se convierte en ley su proyecto de reforma de los procedimientos judiciales y organización de tribunales y otros 5 más.  Prepara otro para controlar los saladeros tan insalubres de la boca del Riachuelo.  Ordena construir 19 escuelas más, 13 son de mujeres.  También otras 4 pero de enseñanza superior.  Le aumenta el sueldo a los maestros.  Crea nuevos partidos y construye edificios municipales, escuelas y templos con los obtenido de la venta de tierras en los éjidos.
En carta de los EEUU, Sarmiento se muestra gratamente sorprendido por lo actuado por Avellaneda, y no sólo lo felicita. sino que le promete publicar sus “memorias ministeriales”. Por una diferencia de opinión con Alsina, Mariano Varela y él renuncian a su ministerios, aunque la relación con el gobernador se mantiene intacta (3-6-68).

[1]La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155). 
[2]Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
 
 

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