lunes, 28 de mayo de 2012

264 Geopolítica (EEUU)


Año I – Primera Edición – Editorial: 00000264 [1]



El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 27 de Mayo de 2.012.



Smoke On The Water
Por Rubén Vicente 

Humo sobre el agua. Es es el título de un tema famoso de la banda de rock pesado británico más conocida de la década del sesenta del siglo pasado (Deep Purple); pero también, lo que fueron las primeras empresas comercializadoras de servicios basados en la alta tecnología (léase: las punto com), es decir, sólo humo sobre el agua, y nada más, claro está. Y tan cierto es lo que les digo, que me basta con contarles una anécdota para probarlo.
Hace casi veinte años atrás (1995), yo estaba devanándome los sesos tratando de entender qué corno es una punto com y, sobre todo, cómo se podía medir el valor de sus activos, de sus pasivos, de su patrimonio, de sus ganancias y de sus pérdidas, es decir, cuáles eran los parámetros económicos y jurídicos destinados a medir el valor y  la importancia de ese nuevo tipo de empresas de las que tanto se hablaba en las publicaciones especializadas en finanzas (los bancos, las bolsas y las aseguradoras) y en economía (la produccion, la infraestructura, la industria, el comercio y, obvio, la tecnología).
Realmente se me quemó la croqueta, pero no iba ni para atrás ni para adelante con ese tema. Así que El Hombre de Neaderthal (léase: un servidor) reconoció su propia impotencia para resolver el entuerto, y su tozudés proverbial cedió en beneficio de la cordura, de la mesura y de la objetividad, acudiendo al auxilio de dos de mis jóvenes colaboradores de aquellos años felices en los que, aunque ustedes no lo crean, yo todavía no era viejo. ¿Gordo? ¿Eso fue antes o después de Cristo? ja ja já 

Uno es abogado (Martín) y el otro es contador (Juan Carlos). En ese entonces, los dos eran nobles profesionales con un gran potencial. Martín me lucía como un tipo práctico, alejado de todo lo que fueran especulaciones sin base racional y concreta. Y Juan Carlos perfilaba como un detective de la contabilidad, de las empresas y del mercado, al que no se les escapaba detalle, cual perro de presa. Juntos me parecían Lennon y Mac Arney, porque eran la concresión y la precisión, que son las dos grandes armas que impiden que el análisis se dispare al infinito, transformándose en pura pedología, perdón. Y entonces, Los Beatles le explicaron a Pete Best lo que son las punto com y cómo se mide su peso en el mercado. [3] 

Conclusión, trataron de convencerme de que una punto.com no se puede comparar con nada y de que no existe parámetro que permita valuar su importancia, porque es una empresa de la nueva era (the new age).¡Qué fashon ché!  

Y vos vistes como somos los viejos, que cuando algo no nos cierra, nos quedamos con la nuestra, pensando en ese caso que las punto.com son un bluff que terminaría mal, o algo por el estilo; pero ahí estaban vivitas y coleando de lo lindo. 

Y pasaron más de cinco años (2002) y vino la crisis y el desastre de las punto.com, cuya nave insignia era WorlCom, que quebró estrepitosamente, siendo la primera de una serie de hundimientos terroríficos en la inmensidad oceánica del mercado globalizado de la nueva era, que ya en ese entonces preanunciaba de algún modo la crisis mundial (the subprime crisis = el efecto jazz = la gran recesión = la segunda gran depresión = 2008-2014). 

Martín y Juan Carlos ya no eran colaboradores míos, ni tuvimos oportunidad de conversar sobre el tema. A mi me hubiera gustado mucho que nos sentáramos a tomar un café juntos los tres, para examinar esa crisis de las punto.com, y ver primero qué las hizo tan atractivas para los inversores del mercado de capitales estadounidense y mundial, y segundo, dónde radicó el  craso error bursatil global de creer que podían tener una expansión infinita y dar ganancias ilimitadas a sus accionistas, cuando en realidad, desde el mismo vamos, ya estaba super claro que no eran más que humo sobre el agua, y siempre lo serán, claro está. 

No, nada, sólo digo esto porque resulta que los supuestos expertos del periodismo financiero y económico mundial, andan diciendo que es un hecho histórico (sic) el ocurrido el pasado viernes diecinueve de mayo de dos mil doce cuando, con el sol en la constelación del carnero (aries) y la luna en la casa del gato (léase: cáncer), cuando comenzaron a cotizar en la bolsa de valores neoyorkina (Wall Street), nada más ni nada menos, que las acciones de Facebook. 

Exactamente los mismísimos argumentos pdr (léase: pedorros). Que los activos de la compañía ascienden a ciento cuatro mil millones de dólares (104 MMD´s). ? Que el capital de Facebook es el doble de Ford (200%). ?? Que Mark Zuckerberg posee acciones valuadas en un poco más del diecisiete millones de dólares (17%). ??? Que en su primer día, la acción de Facebook cerró a treinta y ocho dólares (U$S  38,00). ???? Y que se espera que antes de cinco años (2017), coticen a mucho más que mil dólares (1.000,00). ?????

Sólo tres día hábiles bursátiles más tarde, no supieron cómo explicar que el valor de las acciones de Facebook se derrumbe, perdiendo once por ciento en el segundo y tercer día después del debut (-11%). Y le echaron la culpa al pobre Scot Devitt, que es un analista de riesgo del Morgan Stanley Bank de Nueva York, que tuvo la peregrina idea de darse cuenta de lo obvio. 

Sabiendo yo lo que ya intuía en 1995, de que las punto.com eran un bluff como quedó demostrado palmariamente en 2002, mi conclusión respecto de la supuesta salida histórica a bolsa de las acciones de Facebook es que, justamente, antes de diez años (léase: 2017), esa empresa de pantalla (the fronting company), con la que se lava el dinero de cuantas cagadas se manda la armada estadounidense (The US Navy) en todo el mundo (like Afganistán, Irak, Somalía y Libia = tráficos ilícitos de bienes y personas), terminará presentándose insólitamente ante los tribunales del fuero comercial del estado de Nueva York, solicitando la emisión de una sentencia interlocutoria que declare la iniciación del proceso de concurso de acreedores (léase: la quiebra). Right? 

Y esperemos que no termine siendo una quiebra dolosa, porque si así fuera, el enano de esta película será el Agte. DIA C-3 Ing. Mark Zuckerberg (28), que tras los barrotes de alguna cárcer militar, se dará cuenta dolorosamente de que Facebook no fue más que humo sobre el agua, claro está. Y después, no me digan que no se los avisé con suficiente antelación. 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] En 1961, Los Beatles estaban en Hamburgo. Su baterista era Pete Best, que era diez años mayor que John, Paul y George. Ya se volvían para Liverpool para actuar en The Cavern, pero Pete les dijo que se había convencido que ese grupo no tenía futuro, dándoles el adiós para siempre, sin saber que llegaría Ringo; que grabarían Love Me Do; que ese tema permanecería seis meses primero en el ranking discográfico británico y que Los Beatles serían la banda más famosa de la historia de la música, desde 1962 hasta el día de la fecha. Hoy es un tarado, que vive de los reportajes que da, para que le paguen el cashé de morondanga que le da de comer, permitiéndole tener su banda absolutamente desconocida en el mundo entero, tan desconocida como Rubén Vicente y El Cisne Negro. Right?

No hay comentarios:

Publicar un comentario