miércoles, 2 de mayo de 2012

239 Historia (Francia)


Año I – Primera Edición – Editorial: 00000239 [1]



El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 2 de Mayo de 2.012.



El Chavinismo Genético
Por Rubén Vicente

Nicolás Chauvin era el edecán de Napoleón Bonaparte. Después de su caída (1815) organizaron obras de teatro para ridiculizar su patriotismo militar exacerbado, comenzando a hablarse en toda Francia de el chauvinismo.

Con la llegada al poder de Napoleón III (1852), que era un chauvinista sin cuento, cuyo lema era armémonos para la paz, y durante cuyo reinado Francia conquistó temporalmente México, el chauvinismo tuvo una versión civil, consistente en la alianza de la clase trabajadora con la empresaria y con el gobierno, para forjar un frente genéricamente anti extranjero (la xenofobia) y específicamente anti alemán. A esa doctrina se la llamó con el nombre de el cesarismo. 

Después de La Guerra Franco Prusiana (1870-1871), la instauración de El Segundo Imperio Alemán (La Pequeña Alemania = Das II Reich) y la de la tercera república de Francia, gobernada por su primer presidente provisional masón-socialista, Dr. León Gambeta (a) El Corso , se hizo tabla raza con el internacionalismo marxista, abrazando la causa de el nacionalismo chauvinista-cesarista tradicional. 

Se mezcló el agua con el aceite, es decir, el nacionalismo con el socialismo, esto es, el socialismo nacional (el nacional socialismo = el nazismo = el grunismo), pero francés, o sea, ultra anti alemán (léase: el neo chauvinismo = el neo cesarismo). 

Desde entonces, el neochauvinismo fue la doctrina oficial del Partido Socialista Francés (PSF), que fue el más importante de la nación de los galos hasta mil novecientos cincuenta y seis, cuando el ex presidente de La Francia Libre, Tte. Gral. EF ® Ing. Charles De Gaulle (a) El Hombre del Destino, motorizó la creación de un nuevo partido político post chauvinista, es decir, pro germano occidental, llamado con el nombre de El Movimiento de la Nueva Mayoría Popular (MNMP), más conocido como el partido gaullista. 

Bajo la impronta del gaullismo post chauvinista fue conformado El Mercado Común Europeo (MCE), liderado por Francia (1958), forjándose El Eje Franco-Alemán, que era su núcleo gepolítico. 

También el gaullismo tomó distancia de los EEUU y, en plena guerra fría, acercó posiciones con La Unión Soviética de Nikita Krushev, recibiendo por zurda alta tecnología de uso dual, que le permitió a Francia convertirse en la tercera superpotencia misilísitica-nuclear de la historia universal, a cambio de que Argelia se independizara y se convirtiera en un satélite soviético, igual que Siria. 

También bajo el gaullismo, el MCE se unió a la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), liderada por la Gran Bretaña del laborista Harold Wilson, para forjar la Comunidad Económica Europea (CEE), liderada por Gran Bretaña y secundada por Francia. [3] 

El gaullismo se consagró como el partido mayoritario de Francia luego de la muerte del Gral. De Gaulle con George Pompidou, que transfirió, también por zurda, alta tecnología nuclear a la China de Mao Tsé Tung, a cambio de que el gigante asíatico aceptara el liderazgo francés sobre El Movimiento de los No Alineados (MNA), heredándolo luego la China de Deng Xiao Ping. A eso en Francia se le llama con el nombre de el neogaullismo, que no es otra cosa que un post chauvinismo pro chino, claro está. 

Luego de la experiencia masónica y socialista de Francois Mitterand (1981-1995), el neogaullismo volvió al poder con Jacques Chirac, que se enfrentó abiertamente con los EEUU en torno a La Guerra Contra el Terrorismo (léase: la segunda guerra fría = 2001-2014), cambiando el nombre del neogaullismo por el nuevo de el post gaullismo 

Y ese post gaullismo es, justamente, el de Nicolás Zarkozy, que mantuvo la presencia francesa en Afganistán, en Irak, en Somalía y en Libia, y la quiere proyectar a Irán, obvio, volviendo a el viejo militarismo patriótico exacerbado (léase: el chauvinismo). 

En otras palabras, Francia es una nación que, independientemente de los avatares históricos, es viceralmente chau-vi-nis-ta, y donde hay un chauvinismo de derecha, que se llama gaullismo, neogaullismo o post gaullismo, y hay un chauvinismo de izquierda, que se llama socialismo, pero está claro que ambos son las dos caras de una misma moneda, obvio. 

En ese contexto surge la figura de Jean Marie Le Pen y de El Frente Nacional (FN), fundado en 1972, que no existó políticamente hablando hasta las elecciones parlamentarias de 2002, cuando Le Pen sacó más votos que el socialista Leonel Jospin.

Ahora, mientras Zarkozy y el post gaullismo declinan y el socialismo parece encaminarse nuevamente a El Palacio del Eliseo, la Dra. Marine Le Pen y el FN se posicionan como la nueva fuerza convocante de la derecha francesa en los próximos años. 

Pero la verdad es que, tanto el nacionalismo, como el gaullismo y el socialismo son las tres grandes fuerzas políticas francesas que tienen su origen común en el patriotismo militarista exacerbado del edecán de Napoleón, es decir, en el chauvinismo, y nada más, claro está. 

Y es una verdad de perogrullo que Francois Hollande no podrá sustraerse a los designios sempiternos de la historia, por más paz que esté pregonando en su campaña electoral, por la sencilla razón de que, tarde o temprano, lo terminará traicionando su chauvinismo genético francés, y nada más, claro está. 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.

[3] Téngase presente que, si se estudia detenidamente la historia, se verá que, en realidad, el laborismo británico no es más que una mezcla del socialismo con el nacionalimo en versión obrera, es decir, el socialismo nacional inglés (el nacional socialismo anglicano = el nazismo británico), y nada más, claro está. Conste.

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