El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 28 de Junio de 2.013.
Ernst Rohm (izquierda) y Heinrich Himmler (derecha)
Hay Soldados y
Soldados
Por Rubén Vicente
Hitler no estaba
loco, o sólo un poco, pero no era ningún chiquito reyes, y no iba a permitir
que otro trolo lo desbancara, porque para trolo autorrescatado, ya estaba él. ¡Anotá¡
[3]
Y si, porque si
el führer dijo todos quietos, y todos quietos carajo, y nadie mueve un dedo,
pero no, porque Röhm hizo como que nadie dijo nada, y mandó a reventar a los
comunistas, que habían quemado el parlamento imperial (das reichstag), pero
antes, un poquito de dunga dunga, sobre todo si eran jóvenes y bonitos, como él
tanto le gustaban
¡A ese bombocito
sacámelo de la fila y mandámelo para mi despacho! ¡Y después me lo limpiás¡
¿Si?
El servicio de
inteligencia, de seguridad y de operaciones paramilitares del partido nazi
(léase: Las SA), habían sido creadas por Hitler hacía casi quince años (15), y el que la tenía más larga era
Ernst Röhm (33), que había sido capitán del ejército alemán, luego oficial de
inteligencia militar, y después le encargaron que fuera el oficial de contacto
del agente secreto Hitler, y ahí empezó la milonga (1920).
Claro, porque el
carisma lo tenía el führer, pero Röhm se creía que por haber sido un triste
cabo, le debía obediencia, porque él era capitán, que tanto joder; pero nada,
porque Hitler lo manejó como si él fuera un gran general en campaña, y le dio las
ideas, que a Röhm le permitieron armar La Operación ´Cuerno de Oro´ que, a
guita a hoy, fue un botín que serían como novecientos mil palos verdes, acobachados
en Suiza (900 MMD´s), para
financiar, justamente, a La Tormenta (léase: Der Sturmabteilung = Las SA). ¡Faahh!
No, le dijo
Hitler. Esa plata está mi nombre, pero es del partido. Vos dedicate a
entrenarme a los pibes, hasta que seamos un ejército de verdad, y hacémelos
bien aguerridos y leales, que de la política me ocupo yo.
Y Röhm pensó que
armar un ejército era lo suyo, y que de paso, comerse a todos esos pendejitos,
también, por qué no? Total…
Así que armó una
flor de fuerza paramilitar gay, que vos sabés lo jodidos que son, porque son
obscesivamente disciplinados y jugados a mil, para no parecer unas nenitas,
obvio.
Y el bautismo de
fuego posta, lo tuvieron contra el ejército bávaro, en oportunidad de El Pusch
de la Cervecería del nueve de noviembre de 1923, que puso patas para arriba a
toda la provincia de Alta Baviera, y lo peor del caso, fue que ganaron los
putos nazis, y que Röhm se convirtió en su adalid político, y lo querían más
que a Hitler. ¿Cómo?
Si. Tal como los
escuchás. Por eso el führer lo mandó a La Paz, para que les enseñara a los
militares bolivianos a hacer la guerra como se debe, y les fue bastante bien en
La Guerra del Chaco (1932-1936),
con los consejos del alemán, que recién tres años más tarde de haber
dejado la patria natal (1926), ya
estaba de vuelta en Munich, dándose cuenta que Hitler lo había jodido de lo
lindo, porque le armó los escuadrones de protección (Der Schutz Staffel = Las SS), poniendo
al frente a Heinrich Himmler (a) Anteojito (26); pasándole las funciones de
inteligencia y de seguridad; y dejándolo a Röhm con las operaciones
paramilitares, pero que fueron suspendidas (sic), porque después de los cinco
meses que se pasó en la carcel de Langdorff, Hitler dijo basta de
abstencionismo revolucionario, y la nueva honda era participar del proceso
electoral.
Fácil. Entre
1926 y 1930, Hitler manejaba la botonera desde su finca rural de El Lago
Stamberg, mientras la colaba el agua de los fideos a su sobrina carnal (Geli
Raubal – Géminis - 22) que, pobrecita, estaba tan pero tan pirucha, que se voló
la tapa de los cesos, cuando se enteró que el flaco por el que ella moría de
amor en absoluto secreto mortal, no era más que el edecán de Röhm, y que de
noche, cuando hacía frío, le calentaba los pies, pero metiéndosele adentro de
la cama, empezando por la cabeza, y sin calzoncillos, obvio. ¡Ku
kú! ¡Akátá el bb de papi!
Pero en 1930, el
nazismo se posicionó como la segunda fuerza nacional, atrás de los social
cristianos del presidente Hindenburg (80), y de los comunistas habían armado su
gran milicia, y estaban dando goma por todos lados y a todo el mundo, y no
podía ser, porque había que amansarlos, y para eso, nada mejor que los soldados
rosas de Röhm, obvio.
La cuestión es
que Hiler salió de El Lago Stamberg, y se instaló en todo un piso de El Kaiser
Wilhelm Hotel de Berlín, haciéndose bien visible ante la prensa y la gente, que
quedó hechizada con la labia del petizo de los ojos azul hielo, que bramaba
como un león en los lugares públicos, y Röhm ahí recién entendióque nunca
iba a superar a Hitler, y lo empezó a odiar, pero a lo puto, es decir, sin
límites.
Toda la
seguridad de los actos la tenía a su cargo Himmler, que ya era la mano derecha
del führer, hasta que el jefe de Las SA (Röhm) preguntó qué pito tocaba él en
los altos mandos del nazismo, si estaban el oso, el negro y anteojito (léase:
Bormann, Goebbels y Himmler).
Hitler le dijo,
tenés razón, y le compró una estancia de mil hectáreas (1.000), para que armara un cuartel
general nuevo, más grande que el del ejército alemán, aclarándole que tenía que
superarlo en armamentos, porque la idea era desguazarlo ni bien llegaran a la
cancillería
Era mentira,
pero el führer le encargó la administración del gran pelotero, para que no le
jodiera la campaña electoral de 1932, y la única actuación de la gente de Röhm
fue cuando Hitler dijo todos quietos, seis meses después de haber llegado al
poder en Alemania, cuando los comunistas quemaron el reichstag.
La desobediencia
de la orden de un jefe es inadmisible, en las fuerzas armadas y en las
fuerzas de seguridad, y así que imaginate vos que, mucho más inadmisible es la
desobediencia paramilitar politizada, como era esa de Las SA del Mcl. Röhm
El ejército del
partido nazi, encabritado contra el partido nazi, no way man. Y Hitler la hizo
fácil, ordenándole a Himmler la planificación y ejecución, nada más ni nada
menos, que de La Operación ´Colibrí´, de goma a discresión contra el
ejército gay del mariscal rebelde. Y fue La Noche de los Cuchillos Largos,
del sábado treinta de junio de 1934.
Te la hago corta.
De los cuatro millones de mariposones (4.000.000), un millón fue incorporado al ejercito alemán (1.000.000), y los tres millones
restantes se convirtieron en Las Waffen SS, es decir, en la nueva fuerza
de operaciones paramilitares de Himmler (3.000.000),
y listo, chau Las SA, y arriba Las SS, carajo, y Röhm querido, andate a la rpmqtrmp.
¿Sabés?
Total…
Y en un
calabozo, Röhm también se voló la tapa de los cesos, porque para la guerra era
mandado a hacer, pero para enfrentarse al tribunal de ética partidaria, se le
fruncía el que te jedi, y no se
la bancó, porque vos sabés que la bayonetas sirve para muchas cosas, menos para
sentarse en ellas, obvio.
Por eso te digo
que hay soldados y soldados. ¿Verdad?
Y si me dijeran
que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de
1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia
(Solón) El Cisne Negro es un hecho
teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si
ocurriera sería castastrófico.
[3] El
Cisne Negro (Editorial 209).
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