jueves, 6 de junio de 2013

600 Historia (Francia)


Año II – Primera Edición – Editorial: 000000600 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 6 de Junio de 2.013.






El Hombre del Destino VI
Por Rubén Vicente 

Desde 1948, se empezó a notar la rectivación económica en la cuarta república de Francia, aunque la legión extranjera no lograra recuperar los territorios perdidos en El Lejano Oriente (léase: La Indochina Francesa = Birmania, Laos, Camboya y Vietnam del Norte), interviniendo las fuerzas armadas francesas, y más precisamente, La Legión Extranjera,  estallando entonces, nada más ni nada menos, que La Guerra de Indochina, obviamente, en el marco general de la guerra fría. 

Al año siguiente (1949), ya era evidente la reactivación económica de Francia, a punto tal que, no pocos expertos sostenían que ya había comenzado la recuperación económica de la nación gala. Paralelamente, Francia comenzó a formar parte de La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por los EEUU, contra La Organización del Pacto de Varsovia (OPV), liderada por La Unión Soviética. 

Para 1950, ya nadie dudaba de que en Francia se había iniciado la recuperación económica. Mientras tanto, concluía La Guerra de Indochina, significando ello un nuevo revés para los sentimientos nacionales de casi todos los franceses. Paralelamente, Francia, Alemania Occidental e Italia, se unieron para conformar La Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), liderada por Francia que, de esa manera, comenzó a recuperar su área de influencia geopolítica europea.  

¡Ves! ¡A Francia la sacaron del fondo del mar los socialistas papá! ¡Gracias Binner! ¡Fuerza Giustiniani! ¡Ah, entonces no fue Néstor? ¡Ché Felipe! ¡Mirá lo que está diciendo el gordito golpista de El Cisne Negro! 

Sin embargo, los franceses de la colonia africana de Argelia, se unieron para conformar una organización paramilitar, que recibió el nombre de El Ejército de Liberación Nacional de Argelia, liderado por el jefe del estado mayor general (JEMG), Cte. Gral. ELNA Dr. Ahmad Ben Bella (34), quien se proclamó aliado de La Unión Soviética, en el marco de la guerra fría, comenzando a planificar y ejecutar una serie de atentados terroristas que causaron la destabilización política de la colonia.

En 1954, militares de filiación ideológica nacionalista, facista, nazi y conservadora del ejército francés, la mayoría de ellos veteranos de la segunda guerra mundial y recién retirados del servicio activo, muchos de ellos veteranos de La Guerra de Indochina (léase: los centuriones), se unieron en absoluto secreto mortal (léase: la omertá = el que habla se muere), para conformar una organización paramilitar, que fue llamada con el nombre de La Organización Armada Secreta (OAS), cuyo primer jefe del estado mayor general (JEMG) fue el Gral. Brig. EF ® Ing. Raoul Salan (a) El Mandarín (51), quien se autoasignó el grado paramilitar de comandante general. 

Meses más tarde el Cte. Gral. Salan lanzó una serie de atentados terroristas contra el FLNA del Cte. Gral. Ben Bella y contra el gobierno socialista de la cuarta república de Francia, con el propósito inconfesable de instaurar la dictadura militar eternamente anticomunista, tratando de ganar posiciones en las ciudades coloniales africanas de Argel y de Orán. Por eso, sobre el final del año, estalló La Guerra Civil de Argelia. 

Mientras tanto, en paralelo a su cátedra de carros de combate de la academia militar francesa (Saint Cry), su excelencia el señor ex presidente provisional de la cuarta república de Francia, Tte. Gral. EF ® Ing. Charles De Gaulle (a) El Hombre del Destino (64), estudiaba historia obsecivamente, hasta que un buen día concluyó que, en realidad, Adolf Hitler había bregado como nadie por reconstruir la unidad de Europa, y que lo único que, verdaderamente había que reprocharle, era haber sido el autor intelectual del genocidio más grande de la historia universal. 

No era que De Gaulle se hubiera hecho hitlerista ni mucho menos, pero lo cierto fue que él empezó a convencerse de las bondades que surgían de la confluencia ideológica del nacionalismo con el socialismo, es decir, con lo que Pierre Prohudom y Karl Grün habían bautizado con el nombre de el socialismo verdadero (léase: el nacionalismo socialista = el socialismo nacionalista = el nacionalismo social = el socialismo nacional = el nacional socialismo = el nazismo decimonónico = el nazismo original = el nazismo democrático = el laborismo = la doctrina social de la iglesia = el nazismo judío = el sionismo). [3]  

Es que según De Gaulle, las ideas de Prohudom y de Grün se habían encarnado en las fuerzas armadas, en la iglesia católica, en el pequeño y mediano empresariado nacional y en el movimiento obrero organizado, siendo esos grandes e influyentes sectores de la vida pública de Francia, y de las demás naciones europeas occidentales, nada más ni nada menos que los cuatro pilares (4) de la futura construcción política continenal europea de la guerra fría. 

Y si, porque De Gaulle comenzó a explicarle a sus alumnos que los objetivos irrenunciables de la nación francesa debían ser la independencia económica, la justicia social, la soberanía política, la integración europea y la tercera posición internacional, equidistante del comunismo soviético y del capitalismo estadounidense, en el marco general de la guerra fría. 

Por eso, desde entonces, Charles De Gaulle se convenció de que los aliados capitalistas eran, en realidad, los sirvientes de la masonería mundial azul, y justamente por eso mismo, agarró la pluma, la mojó en el tintero, y redactó la carta de desafiliación de La Hermandad del Mediodía.   

Sobre el final de ese año de la transformación espiritual, a través de sus amistades militares, el Gral. De Gaulle (66), consiguió ser iniciado en un taller especulativo (léase: filosófico) dependiente de La Hermandad del Gran Oriente de Francia y del Mundo Latino (léase: romano; léase: católico), que es la rama francesa de la francmasonería universal (léase: la venerable hermandad roja = la masonería colorada = la masonería escocesa = la masonería francesa = la franca masonería = la francmasonería = la masonería católica = la masonería papista = la masonería sagrada = la masonería divina), que brega por el éxito del plan divino de salvación; manteniendo no obstante su nombre esotérico de El Hombre del Destino. [4] 

En otras palabras, De Gaulle era masón y conservador, pero desde octubre de 1956, sencillamente, se cambió de bando esotérico-político, haciéndose francmasón y, también, nazi, pero democrático (léase: laborista), o si preferís, gaullista. ¿Está? 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 
[3] Para examinar el origen y la evolución del nazismo, véase El Cisne Negro (Editoriales 546 y 28).
 
[4] En el lenguaje esotérico, el destino es la alegoría de la masonería mundial azul, mientras que la alegoría de la francmasonería universal colorada es el de la divina providencia. Consecuentemente, la eterna guerra esotérica global, que en el fondo, es la guerra de las dos super runflas planetarias del dinero y del poder, no es otra cosa que el enfrentamiento de la divina providencia versus el destino, o si preferís, entre el bien y el mal, o viceversa, según sean tus sentimientos hacia Dios y hacia Satanás. ¿Sabés?

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