miércoles, 1 de mayo de 2013

566 Geopolítica (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000566[1]

 
El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 1° de Mayo de 2.013.





La Sirvientita Paraguaya
Por Rubén Vicente 

Alfredo Palacios fue el autor de los proyectos de ley que los conservadores votaron e implementaron en algunas categorias laborales y previsionales, entre ellos, la del personal doméstico de las casas de las familias ricas, que casi siempre, eran con cama adentro, siendo los arquetipos el del mayordomo y el de la mucama de las peliculas en blanco y negro.
Eso fue durante la primera mitad del siglo veinte, pero la realidad económica y social de La Argentina posterior a La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), mostraba que existían vastos grupos sociales que no gozaban de la legislación social que no era universal, ni por hijo ni por un catso.
Juan Perón fue el que, a través de la reforma constitucional, de las leyes, de los decretos y de las resoluciones administrativas, puso las cosas al día, en todos los sectores del mundo del trabajo, incluyendo al personal doméstico flotante, que es sin cama adentro, y que trabaja por horas en las casas del medio pelo de la baja burguesía blanca (la clase media radical) y de la clase trabajadora alto peronista, de las mujeres que empezaban a trabajar afuera, y de los hijos que llegaban a la universidad en primera generación (la negrada dignificada).
Y tanto las cajas públicas como las privadas rebozaban de fondos, y las obras sociales, también tanto públicas como privadas, se convirtieron en los símbolos materiales de la calidad de vida que merecen todos los habitantes de esa patria que era grande, rica, culta, prestigiosa, influyente y poderosa de aquella época, en la región y en el mundo, porque de lo que se trataba, era de convertir a la política en el gran sinónimo de la idea del bien común. ¿Te acordás?
Pero todo aquel se meta a estudiar un poco cómo fue la cosa durante la tercera guerra civil argentina (1955-1983), verá las cajas previsionales fueron esquilmadas sin misericordia, por los militares, por los radicales y por los peronistas; y que otro tanto sucedió con las obras sociales.
Y en La Argentina de la democracia constitucional (1983-2013), la verdad es que las condiciones internacionales, tanto económicas como sociales, hicieron que el sistema de la seguridad social vernáculo, que es normativamente casi perfecto, desde el punto de vista administrativo, se haya convertido en una auténtica y verdadera basofia, tanto con los radicales como con los peronistas, sin distinción.
La zurda de los revolucionarios de lechería acuñó una frase elocuente, que se transformó en un título cinematrográfico (la deuda interna), porque está claro que la sociedad civil argentina tiene una obligación pendiente de cancelación con los trabajadores de menores ingresos, que es hacer que dejen de sobrevivir en negro y que pasen a vivir en blanco, como Dios manda, y nada más.
Y en ese contexto, el personal doméstico ha vuelto a ser el ícono urbano de la injusticia, que encontró que Néstor y Cristina lo está redignificando de a poco, no sólo en las casas de los ricos, sino también, en la mayoría de los hogares del país, formadas por patrones que también son trabajadores que andan con el sueldo justo, igual que la sirvienta, sin la cual, la patrona no podría salir a laburar, ni hacerse la bacana de cuarta, ordenándole que se cebe unos mates, antes de irse a dejar la juventud en la máquina de la fábrica del conurbano, atrás del mostrador del negocio del barrio, o arrumbada por las pilas de papeles de la oficina en el centro de la gran ciudad.
Obligación de hacerlas figurar en blanco, obligación de financiarles la obra social, obligación de financiarles el aporte previsional, y obligación de proporcionarles la asignación universal por hijo. Eso es la redignificación kirchnerista de las sirvientas, para que trabajen de sirvientas, justamente, sirviendo al hogar, pero sin que ello implique que deban ser las siervas, ni de la gleba, ni de nadie, nada más que porque no es de buenos cristianos andar explotando mal a la gente que trabaja para uno. ¿Verdad?
Es cierto que en muchos casos se pasan de listas, y se la pasan faltando, tirándose a chanta, afanándose cositas chicas y cuidando mal a nuestros hijos. Todo eso es cierto, pero nadie podrá negar que la inmensa mayoría de las domésticas cumplen sus obligaciones laborales en exceso, bancando a la patrona fuera del horario de trabajo con los chicos, mientras ella se va a la clínica a ver al médico, o se va al telo a estar con el amante.
Hagamos un acto de constricción, y entendamos que si nosotros somos seres humanos civilizados, aunque seamos una mierda, ellas también merecen un mínimo de dignidad, aunque también sean una mierda igual que nosotros, pero seguro que un poco más pobres que nosotros, porque si no, no trabajarían para nosotros, sino que ellas también serían las patronas pedorras, que tendrían sirvienta, igual que nosotros.
Por eso, es preciso que tengamos bien en claro que la última resolución administrativa de Cristina, no hace más que allegar más fondos a la caja del estado, pero también, no hace más que hacer justicia social, poniendo las cosas en blanco y negro, como Dios manda que se haga en una democracia constitucional que se precie de tal.
Y es la resolución que dice, que al que tenga ingresos mayores a trescientos mil pesos, es decir, ingresos mayores a treinta mil dólares blue por año, el estado lo va a considerar como que tiene personal doméstico, lo tenga o no lo tenga, y lo obligue a hacer aportes a la caja y la obra social.
Parece arbitrario, porque todo platudo será tenido como patrón, hasta que él o ella demuestre lo contrario, invirtiendo la carga de la prueba, pero la verdad, es que si demuestra lo contrario, no estará obligado a aportar.
Con eso se soluciona la injusticia de las domésticas indocumentadas, un número apreciable de las cuales, no sólo son explotadas laboralmente, sino también humanamente, porque muchísimas duermen en una cucha que ni a un perro se le da, y porque hasta la tienen de esclava, para abra la piernas cuando al patrón se le canta, para luego irse lo más pancho, con el audi, el mercedes o el bmw, y si queda con el bombo, pues que se vuelva a su país y se deje de joder. Total …
Es rigurosamente cierto que una presunción legal cuasi tributaria de semejantes características, debería haber sido objeto de una ley, fundada en un debate político previo, desarrollado en ambas cámaras del congreso, con participación de todos los bloques, porque involucra, nada más ni nada menos, que el derecho de propiedad, que garantiza contra toda arbitrariedad la constitución nacional de los argentinos y de las argentinas.
Pero no lo es menos que esta presunción legal, impuesta manu militari por la Afip de Cristina en la víspera, es la herramienta política que dejará en evidencia palmaria, la codicia de la clase patronal anticristiana que supumos conseguir, nosotros, los que la vamos de buenos ciudadanos y de celosos defensores de los valores sacrosantos de la república, pero que usamos a la negra de trapo de piso, y que se joda, porque para eso es indigente y extranjera. ¿Verdad?
Y por eso hoy, que el día del trabajo, quiero rendirle un homenaje cristinista a la sirvientita paraguaya, deseándole a sus explotadores, que se vayan todos, y que no quede ni uno solo.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 

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