El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 1° de Mayo de 2.013.
La Sirvientita
Paraguaya
Por Rubén Vicente
Alfredo Palacios fue el
autor de los proyectos de ley que los conservadores votaron e implementaron en
algunas categorias laborales y previsionales, entre ellos, la del personal
doméstico de las casas de las familias ricas, que casi siempre, eran con cama
adentro, siendo los arquetipos el del mayordomo y el de la mucama de las
peliculas en blanco y negro.
Eso fue durante la
primera mitad del siglo veinte, pero la realidad económica y social de La
Argentina posterior a La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), mostraba que
existían vastos grupos sociales que no gozaban de la legislación social que no
era universal, ni por hijo ni por un catso.
Juan Perón fue el que,
a través de la reforma constitucional, de las leyes, de los decretos y de las
resoluciones administrativas, puso las cosas al día, en todos los sectores del
mundo del trabajo, incluyendo al personal doméstico flotante, que es sin cama
adentro, y que trabaja por horas en las casas del medio pelo de la baja
burguesía blanca (la clase media radical) y de la clase trabajadora alto
peronista, de las mujeres que empezaban a trabajar afuera, y de los hijos que
llegaban a la universidad en primera generación (la negrada dignificada).
Y tanto las cajas
públicas como las privadas rebozaban de fondos, y las obras sociales, también
tanto públicas como privadas, se convirtieron en los símbolos materiales de la
calidad de vida que merecen todos los habitantes de esa patria que era grande,
rica, culta, prestigiosa, influyente y poderosa de aquella época, en la región
y en el mundo, porque de lo que se trataba, era de convertir a la política en el gran
sinónimo de la idea del bien común. ¿Te acordás?
Pero todo aquel se meta
a estudiar un poco cómo fue la cosa durante la tercera guerra civil
argentina (1955-1983), verá las cajas previsionales fueron esquilmadas sin
misericordia, por los militares, por los radicales y por los peronistas; y que
otro tanto sucedió con las obras sociales.
Y en La Argentina de la
democracia constitucional (1983-2013), la verdad es que las condiciones
internacionales, tanto económicas como sociales, hicieron que el sistema de la
seguridad social vernáculo, que es normativamente casi perfecto, desde el punto
de vista administrativo, se haya convertido en una auténtica y verdadera basofia, tanto con los
radicales como con los peronistas, sin distinción.
La zurda de los
revolucionarios de lechería acuñó una frase elocuente, que se transformó en un
título cinematrográfico (la deuda interna), porque está claro que la sociedad
civil argentina tiene una obligación pendiente de cancelación con los
trabajadores de menores ingresos, que es hacer que dejen de sobrevivir en negro y que
pasen a vivir en blanco, como Dios manda, y nada más.
Y en ese contexto, el
personal doméstico ha vuelto a ser el ícono urbano de la injusticia, que
encontró que Néstor y Cristina lo está redignificando de a poco, no sólo en las
casas de los ricos, sino también, en la mayoría de los hogares del país,
formadas por patrones que también son trabajadores que andan con el sueldo
justo, igual que la sirvienta, sin la cual, la patrona no podría salir a
laburar, ni hacerse la bacana de cuarta, ordenándole que se cebe unos mates,
antes de irse a dejar la juventud en la máquina de la fábrica del conurbano,
atrás del mostrador del negocio del barrio, o arrumbada por las pilas de
papeles de la oficina en el centro de la gran ciudad.
Obligación de hacerlas
figurar en blanco, obligación de financiarles la obra social, obligación de
financiarles el aporte previsional, y obligación de proporcionarles la
asignación universal por hijo. Eso es la redignificación kirchnerista de las
sirvientas, para que trabajen de sirvientas, justamente, sirviendo al hogar, pero
sin que ello implique que deban ser las siervas, ni de la gleba, ni de nadie, nada
más que porque no es de buenos cristianos andar explotando mal a la gente que
trabaja para uno. ¿Verdad?
Es cierto que en muchos
casos se pasan de listas, y se la pasan faltando, tirándose a chanta, afanándose cositas chicas y cuidando
mal a nuestros hijos. Todo eso es cierto, pero nadie podrá negar que la inmensa
mayoría de las domésticas cumplen sus obligaciones laborales en exceso,
bancando a la patrona fuera del horario de trabajo con los chicos, mientras
ella se va a la clínica a ver al médico, o se va al telo a estar con el amante.
Hagamos un acto de
constricción, y entendamos que si nosotros somos seres humanos civilizados,
aunque seamos una mierda, ellas también merecen un mínimo de dignidad, aunque
también sean una mierda igual que nosotros, pero seguro que un poco más pobres
que nosotros, porque si no, no trabajarían para nosotros, sino que ellas
también serían las patronas pedorras, que tendrían sirvienta, igual que
nosotros.
Por eso, es preciso que
tengamos bien en claro que la última resolución administrativa de Cristina, no
hace más que allegar más fondos a la caja del estado, pero también, no hace más
que hacer justicia social, poniendo las cosas en blanco y negro, como Dios
manda que se haga en una democracia constitucional que se precie de tal.
Y es la resolución que
dice, que al que tenga ingresos mayores a trescientos mil pesos, es decir,
ingresos mayores a treinta mil dólares blue por año, el estado lo va a
considerar como que tiene personal doméstico, lo tenga o no lo tenga, y lo
obligue a hacer aportes a la caja y la obra social.
Parece arbitrario,
porque todo platudo será tenido como patrón, hasta que él o ella demuestre lo
contrario, invirtiendo la carga de la prueba, pero la verdad, es que si
demuestra lo contrario, no estará obligado a aportar.
Con eso se soluciona la
injusticia de las domésticas indocumentadas, un número apreciable de las
cuales, no sólo son explotadas laboralmente, sino también humanamente, porque muchísimas
duermen en una cucha que ni a un perro se le da, y porque hasta la tienen de esclava,
para abra la piernas cuando al patrón se le canta, para luego irse lo más
pancho, con el audi, el mercedes o el bmw, y si queda con el bombo, pues que se
vuelva a su país y se deje de joder. Total …
Es rigurosamente cierto
que una presunción legal cuasi tributaria de semejantes características,
debería haber sido objeto de una ley, fundada en un debate político previo,
desarrollado en ambas cámaras del congreso, con participación de todos los
bloques, porque involucra, nada más ni nada menos, que el derecho de propiedad,
que garantiza contra toda arbitrariedad la constitución nacional de los
argentinos y de las argentinas.
Pero no lo es menos que
esta presunción legal, impuesta manu militari por la Afip de Cristina en la
víspera, es la herramienta política que dejará en evidencia palmaria, la
codicia de la clase patronal anticristiana que supumos conseguir, nosotros, los
que la vamos de buenos ciudadanos y de celosos defensores de los valores
sacrosantos de la república, pero que usamos a la negra de trapo de piso, y que
se joda, porque para eso es indigente y extranjera. ¿Verdad?
Y por eso hoy, que el
día del trabajo, quiero rendirle un homenaje cristinista a la sirvientita paraguaya, deseándole a sus
explotadores, que se vayan todos, y que no quede ni uno solo.
Y si me dijeran que
estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1]
La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de
1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia
(Solón) El Cisne Negro es un hecho
teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si
ocurriera sería castastrófico.
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