El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 5 de Mayo de 2.013.
Hay Gente Que La Tenía Tan Clara III
Rubén Vicente
A partir del estallido de La Revolución Libertadora
(1955), del Lic. Benjamín Solari Parravicini (a) Pelón (a) Nosstradamus (57),
directamente, no se habló más, como si se lo hubiera tragado la tierra.
Se guardó en su departamento planta baja a la calle del
barrio porteño de Monserrat, donde chupaba, se drogaba, tenía ataques de
epilepsia, veía cosas loquísimas, hacía cartas natales, practicaba la magia
negra, dibujaba, y les ponía a sus psicografías, como él las empezó a
llamar, frases enigmáticas al pie, que sus amigos ricachos, que lo bancaban en
el ostracismo interno, aseguraban tozudamente que eran premoniciones
(sic).
También lo vistaban muchas mujeres, a las que hacía
que les adivinaba el futuro, tipo gitano, a cambio de que ellas le hicieran el
favor, y parece que, en eso, era un verdadero éxito, porque se cuenta que se
enamoraban perdidamente de él, asegurándole a las amigas, que Solari
Parravicini era como un profeta, o algo por el estilo.
Y debería ser porque las hacía sentirse como que
flotaban en el paraiso, y por eso, el chimento circuló por todo tipo de
ambientes underground, de acá, y de toda América Latina. ¡Ah, la integración regional peronista, ja
ja já¡ ¡Callate¡ ¿No sabés que está prohibido hablar del peronismo?
Si, pero también, era un integración latinoamericana
antiperonista, porque el departamento de Monserrat empezó a ser frecuentado por
chantas chupamedias, que después ganarían cierta fama, autotitulándose
falsamente como los herederos del conocimiento superior (sic) de Solari
Parravicini, como El Profesor Romaniuk o Fabio Cerpa, por ejemplo.
Y en 1966, empezó a producir cientos de dibujos con
frases enigmáticas por día, pero destruía la mayoría de ellos, porque decía que
los hacía mientras estaba en trance, y como lo aterraban, los hacía
desaparecer.
Y se murió mientras dormía la siesta en su cama, el viernes
trece de septiembre de 1974. [3]
Y los allegados reunieron ese material psicótico, y
lo publicaron, bajo el título de Las Profecías de Solari
Parravicini, que se tradujeron a varios idiomas y que hoy
fascina a decenas de millones en todo el mundo (orbis), en versión digital y en
Intenet.
Es ré loco, pero algo hay en las visiones de Solari
Parravicini, que son tan tenidas en cuenta por tanta gente porque, que la pegó
en varias cosas, la pegó, no jodamos.
Dijo que desde el año 2000, el mundo entero (orbis)
se volvería completamente ré pirucho; porque sobrevendría un gran cataclismo,
luego del cual, los hombres nacerían sin pecado original, mientras las naciones
hablarían de paz, pero preparándose para la guerra, que iniciarán los amarillos
(sic). Y Norte América perderá su luz (sic). Y después comenzará la era del
amor universal, donde los hombres amarán sin concuspicencia, y las mujeres
conocerán su deber (sic).
Ah, y de La Argentina dijo que hondearía el paballón
rojo, pero aclarando que la liberación vendrá por el lado de La Cruz del Sur y
de El Hombre Gris (sic).
¿Lo de la Cruz del Sur lo habrá dicho por Néstor
y Cristina? ¿O el hombre gris será El Papa Francisco?
Y si me dijeran que estoy muy equivocado,
respondería que veremos, veremos y
pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la
información contenida en el presente documento se halla jurídicamente
garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art.
19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código
Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2]
Para
uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible, que todos creen
que es prácticamente improbable, pues si ocurriera, sería castastrófico.
[3]
En el hemisferio norte, los
cultores del esoterismo cristiano, es decir, del misticismo, conmemoran el
viernes trece, porque el viernes trece de marzo de 1315, fue quemado en la
hoguera, el prior general de los templarios (Jacques de Molay), quien antes de
ser incinerado profetizó que, antes de un año, comparecerían ante el tribunal
del creador y supremo gobernante del universo, tanto el rey de Francia (Felipe
IV) como el papa (Clemente V), y así fue, tal cual.
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