El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 15 de Mayo de 2.013.
La Locura al
Poder V
Por Rubén Vicente
Exactamente
el domingo el nueve de noviembre de 1919, al cumplirse el primer aniversario
del final de la gran guerra mundial, el principal accionista, presidente del
directorio y gerente general (The Chieff Executive Officer = The CEO) de la
firma Mussollini SPA de Milán, editora del diario El Pueblo de Italia (léase:
Il Popolo d´ Italia), Agte. MI-6 C-3 Cbo. EI ® Lic. Benito Amilcare Andrea
Mussolini (a) Benito Mussolini (a) Biaggio Maturana (a) Byron Melanchtone (a)
El Degradado (a) Espartaco (a) The Creazy Horse (34), emitió una convocatoria,
dirigida a los campesinos, a los obreros y a los ex combatientes, a unirse,
para conformar una organización paramilitar (léase: la milicia).
La
misma sería llamada con el nombre de Los Fascios del Combate (léase: I Fasci di
Commbatimento), autoposicionándose en su estructura como el primer jefe del
estado mayor general (JEMG), autoasignándose el grado paramilitar de gran
mariscal de campo. ¿Qué? ¡Es
un chiste! ¿No?
Desde
entonces, la organización paramilitar liderada por Mussolini comenzó a
planficar y a organizar una serie de atentados anti anarquistas, anti
socialistas y anti comunistas declarándole, nada más ni nada menos, que la
guerra civil a la izquierda italiana (sic). A partir de ese momento, los
seguidores de Mussolini comenzaron a autoreferenciarse como los fascistas.
[3]
En
otras palabras, sólo un año después de haber concluído la gran guerra mundial,
cuando el mundo anhelaba desesperadamente una paz duradera, justa y honorable,
resulta que sale un chiflado, a armar un ejército privado, lanzándolo al
terrorismo urbano, nada más que para sacarse las ganas de ser el héroe de
guerra que no supo ser cuando tuvo que serlo. Dicho de otro modo, un maldito
desertor quilombero, y encima, un buche de los british, por favor.
Y
en 1920, sobrevino la formación de una nueva asociación civil sin fines de
lucro, que comenzó a funcionar bajo la razón social de El Partido Fascista
Italiano (PFI), cuyo primer
secretario general fue, oh causualidad, Mussolini.
En
discurso inaugural, El Gran Mariscal Mussolini afirmó que el
nuevo partido político italiano que él presidía sostenía la doctrina del
socialismo nacional (léase: el nacional socialismo = el nazismo = el prohudonismo = el grünismo) que, según él,
en Italia, sería llamado con el nombre de el fascismo (sic). [4]
En
otras palabras, la inteligencia militar británica había inflado a un pavo,
dotándolo de una milicia y de un partido nazi italiano (léase: el fascismo),
tal vez, con la intención de hacerlo llegar el gobierno y, desde ahí, que
trabajara para debilitar cualquier intento europeo continental de volver a
levantarse contra el poder mundial de La Pérfida Albión, o algo por el estilo,
claro estaba.
En
marzo de 1921, Mussolini fue iniciado en una logia especulativa (léase:
filosófica) dependiente de La Hermandad de los Carbonarios, que es
la rama norte italiana de la masonería mundial (léase: la venerable hermandad azul = la
masonería inglesa = la masonería anti católica = la masonería anti papista = la
masonería diabólica = la masonería satánica), que brega por el fracaso
del plan divino de salvación, tomando el nombre esotérico de Nerón.
¡Ah, mirá vos! ¿Ese no era el emperador romano que persiguió
a los primeros cristianos y que terminó siendo ahogado en el Tiber, por el
pueblo que lo llegó a odiar por sus abominaciones y crueldades sin frenos?
Dos
meses más tarde, el fascismo se impuso en las elecciones regionales de El
Milanesado, mientras que Mussolini fue elegido para ocupar el cargo de senador
nacional, justamente, por El Milanesado.
Desde
entonces, los efectivos paramilitarizados de Mussolini comenzaron a ser
referenciados por el periodismo como los camisas negras,
y a su movimiento paramilitar, lo emperaron a llamar con el nombre de el escuadrismo.
Sobre
el final del año, se empezó a correr el rumor, nacido de las entrañas del propio
fascismo, de que el Lic. Mossolini se había involucrado en un tórrido romance
con la Lic. Margharetta Sarfatti (22), pero la realidad, era que se había
transformado en un homoxesual activo, es decir en, un maldito bufarrón.
¿Qué? ¿Se emporronaba a los escuadristas? ¡Callate¡ ¿Querés?
¿No ta das cuenta de lo que significa la revolución fascista vos?¡Avanti¡
¡Sempre avanti¡ ¡E si el vigore va bene, avanti con el pene! ¡E si el vigore
mengua, avanti con la lengua¡ ¡E si el vigore e nulo, avanti por el culo¡ ¡Má
sempre avanti¡ ¿Capito?
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina
de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es un
hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable,
pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] El fascio era el hacha romana de doble hoja, que portaban los estandartes
del ejército imperial, llegándose a convertir en el siglo primero de la era
cristiana en el símbolo de la fuerza y del poder irresistible de ejército
romano, visualizado como el conquistador del mundo entero (orbis).
[4] Para
los orígenes y de evolución del nazismo en el siglo diecinueve, véase El Cisne
Negro (Editorial 28).
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