Jueves Nueve de Mayo 2.013.
Allá Lejos y Hace Tiempo [4]
Los Acuerdos de Bretton Woods de
1945, establecieron en nuevo patrón oro-dólar, a una paridad fija y convertible
de treinta y cinco dólares por cada onza troy (35:1), que se mantuvo invariable hasta La Crisis del Oro de 1982.
Pero ni bien comenzó la segunda
fase de La Guerra Fría (1960-1975), el
gobierno de los EEUU comenzó a padecer de falta de dinero suficiente como para
financiar todas las partidas presupuestarias, con el agravante de que la deuda
pública registraba casi impagables vencimientos de corto plazo (léase: el
default técnico).
Para evitar que el default técnico
se conviertiera en una desagradable realidad (léase: la bancarrota nacional),
ni bien asumió su cargo, el presidente Kennedy, le pidió al secretario del Tesoro
(Mac Namara), se abocara inmediatamente a la solución del asunto.
El resultado práctico fue la
emisión de un bono del tesoro a treinta años (30), que prometía un interés del diez por ciento anual (10%/A), que fueron ofrecidos a los
tenedores de bonos a dos años, que devengaban un interés del uno por
ciento anual (1%/A).
Esa colocación de bonos largos,
permitió el rescate de casi todos los bonos cortos en circulación, haciendo que
la deuda pública de la primera potencia del bloque capitalista, quedara completamente
autorefinanciada, evitando de ese modo, la tan temida salida de la
convertibilidad, y haciendo que el dólar respaldado en oro de los EEUU,
siguiera siendo la moneda más sana, fuerte y rectora del comercio mundial.
Los medios masivos especializados
en moneda, finanzas y economía bautizaron esa estrategia financiera de Mac
Namara (léase: el autorefinanciamiento de la deuda pública cambiando bonos
largos por bonos cortos), con el nombre de La
Operación Twist.
En 2009, Obama ordenó La Operación
Twist II, y en 2013, después de que el congreso aprobara el levantamiento del
techo de la deuda (léase: la posibilidad de más endeudamiento público), ordenó
La Operación Twist III, que los analistas más ortodoxos (léase: los
monetaristas), dicen que es la última, antes de que los inversores de
los cinco continentes, le pierdan la confianza al dólar, y a los bonos del
gobierno de Washington, obviamente nominados en dólares.
El miércoles diecisiete de abril
próximo pasado, el Banco Central Europeo (BCE), lanzó algo así como La Operación
Twist Europea, intentando canjear una nueva emisión de bonos largos, por
bonos cortos, en poder de los inversores privados, tanto europeos como
extraeuropeos, siendo los principales tenedores de eurobonos cortos,
justamente, el gobierno de los EEUU.
También con esa operación (léase:
el twist europeo), el BCE pretende autorefinanciar su deuda pública de la
eurozona, evitando la macro devaluación del euro contra el dólar (léase: la
bancarrota europea).
Independientemente de cual sea el
resultado de la estrategica encarada, lo cierto es que el BCE, no sólo le ha
encargado al banco central francés (léase: Le Banque de France) la tarea de
colocar los bonos largos europeos en el mercado mundial, sino que, además, le ha
otorgado la concesión pública, exclusiva y excluyente, de la emisión de
nuevas partidas de bonos largos europeos, cuando el BCE juzgue que la UE
necesita fondearse.
El BCE podría haber emitido nuevas
partidas de bonos largos europeos por el sistema de administración, es decir,
haciéndolo con su propia estructura administrativa y con su propio presupuesto
interno; pero ha optado por concesionar la tarea a favor de un tercero
(Le Banque de France), porque calcula que le resultará más barato no gastar sus
propios fondos y percibir además el canon de la concesión que abonarán los
franceses.
Y para Le Banque de France, su
ganancia no es financiera, sino más
bien, política, pues ante el mundo entero (orbis), Francia se acaba de
posicionar, de hecho, como el agente financiero único del BCE, que administra la
moneda de la eurozona (el euro), que lidera Alemania, y se suponía que no Francia.
¿Y Esto Cómo Se Come?
Una semana antes de esa decisión, la
comunidad internacional en su conjunto, se había anoticiado oficialmente, de que
el BCE le había ortorgado la concesión a Francia de administrar la emisión
del euro, y ahora, toma nota de que también le ha otorgado la concesión de la
emisión y de la colocación de los bonos europeos largos, debiendo pagar el
cánon correspondiente, pero percibiendo las comisiones derivadas de esas
colocaciones, que son tan importantes como las que se refieren a la colocación
de bonos americanos.
De ambos privilegios y de los
beneficios implicados, se infiere que, en la práctica, ha sido excluído el
estado lider del BCE y de la UE (Alemania).
En otras palabras más sencillas, El
Twitst Europeo no es
alemán, sino más bien francés,
dicho esto en términos de un inequívoco fortalecimiento de Francia en el
eurobloque, y de consecuente debilitamiento alemán.
Si consideramos que el objetivo
estadounidense, posterior a la segunda guerra mundial, era la reconstrucción de
Europa Occidental, para sustraerla a la influencia soviética, a través del
fortalecimiento del rol de Gran Bretaña; y si consideramos que, inversamente,
Francia y Alemania querían forjar un eje franco alemán, tendiente a estructurar
una Europa autónoma de los EEUU, tanto como de La Unión Soviética (léase: la
tercera posicion); es evidente que este fortalecimiento francés, provoca, de
hecho, la luxación interna
del eje franco alemán, beneficiándose Gran Bretaña, como principal aliado de
los EEUU.
Dicho de otro modo, se trata de un
triunfo geopolítico de los EEUU, ante su gran contendiente de la segunda guerra
fría (2001-2014), pues en la práctica, el bloque europeo está dejando de ser
alemán, y se está volviendo cada día más francés, e
indirectamente británico, a modo de nuevo eje franco-británico, dependiente y no autónomo de los EEUU.
Expresado en otros términos, si la
alianza atlántica se basaba en dos ejes, que eran el anglo americano y el
franco alemán, es evidente que eso está cambiando, en beneficio de una
suerte de triángulo
franco-británico-americano que, en la práctica, excluye a Alemania de su liderazgo de la zona europea de la
OTAN.
Si la alianza de derecha alemana
(Merkel), fuera vencida en las próximas elecciones generales de finales de
septiembre, el triángulo franco-británico-americano (léase: la troika no germana), ejercería
un control geopolítico absoluto sobre la UE, y entonces, la situación
sería de enfrentamiento estratégico palpable de los EEUU y la UE (es
decir, de la OTAN) versus Rusia y China (léase: La OCS). [5]
Si por el contrario, ganara Merkel,
deberían esperarse insólitas rispideces entre Berlín y París, entre
Berlín y Londres, y entre Berlín y Washington, es decir, aislamento y
rebeldía alemana dentro de la OTAN, con riesgo (pero no peligro) de distanciamiento de
Alemania respecto de la alianza atlántica, y de consecuente díscolo acercamiento
a la OCS. [6]
Obviamente, el cualquiera de los
dos casos (léase: gana Merkel o pierde Merkel), a nivel global, ello incidirá
en términos de agravamiento de la guerra comercial (léase: el proteccionismo),
iniciada a principios del corriente año, con alto riesgo de que, en el bienio
2014-2015, el planeta tierra, tenga que asistir azorado, al espectáculo dantesco
del fin de la segunda guerra fría en curso, y de la casi espeluznante amenaza po-ten-cial de estallido de la
tercera guerra mundial (léase: el holocausto nuclear = el armagedón = el
apocalipsis 2014-2017).
¿Y La Argentina Qué?
1) Comprar
todo el oro físico que sea posible, en el menor tiempo posible.
2) Cambiar
la matriz energética nacional, en el menor tiempo posible, centrándola en el
uranio y en el hidrógeno, y dejando los hidrocarburos y los biocomustibles para
exportación, y consecuente ingreso de divisas.
3) Prohibir,
inmediatamente y sine die, el cultivo de la soja, en absolutamente todo el
territorio nacional. [7]
Sólo con esas tres medidas
de gobierno (3), La Argentina estaría
preparada, de la mejor manera posible, para enfrentar adecuadamente todas las contingencias que se
visualizan como probables en el porvenir.
Y si me dijeran que estoy muy
equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia
(Solón) El Cisne Negro es un hecho
teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si
ocurriera sería castastrófico.
[3] Este
artículo es el complemento de otro que fue publicado el pasado martes treinta
de abril de 2013 titulado con el nombre de Los Privilegios Monetarios de
Francia (Editorial 565).
[4] El
campo de lo monetario, se vincula con las reservas
monetarias, con la base monetaria y con las tasas, de interés (activas y
pasivas), de descuento y de redescuento. De lo que ocurra en el campo
monetario, depende lo que suceda en el campo financiero (léase: los
bancos, las bolsas y las aseguradoras). Y de ello depende lo que ocurra en el
campo de la economía real (léase: los negocios inmobiliarios, la
producción, la infraestructura, la industria, el comercio y la tecnología).
[5] Oficialmente, la Organización para la Cooperación y la Seguridad (OCS),
con sede en la ciudad de Shangai, es una alianza de China con Rusia, y
viceversa, para encarar conjuntamente la guerra mundial contra el terrorismo.
Pero en la práctica, la verdad es que la OCS es el nuevo nombre de la
antigua Organización del Pacto de Varsovia (OPV). Durante la guerra fría, el
bloque euroasiático era ruso comunista (soviético) y su sede formal estaba en
Polonia. Pero en la segunda guerra fría, ese bloque ahora es chino y comunista
de mercado, y su sede formal está en China, pero es casi
exactamente la misma cosa, por
lo menos, desde los puntos de vista gepolítico y estratégico. Conste.
[6] Recuérdese en tal sentido que, durante La Guerra Fría (1946-1991),
dentro de la OTAN, la díscola era La Francia de Charles De Gaulle, y la
post gaullista de Edouard Balladour y de Valery Giscard D´ Estein, que hacían la amistad con La Unión Soviética
y con La China Comunista, luxando la unidad interna de la alianza atlántica, y
enturbiando las relaciones de Francia con Alemania Occidental, con Gran Bretaña
y con los EEUU. No por casualidad, sino por causalidad, fue que, durante el
auge del gaullismo (1958-1984), en Francia empezó el terrorismo, supuestamente
musulmán. ¡Mirá vos qué casualidad! ¿Verdad?
[7] Está
comprobado que la soja greda los suelos, tornándolos primero inundables, y
después, provocando su desecamiento extremo (léase: la desertización). Y está
claro que el ingreso de divisas, procedente de la exportación de soja y de sus
derivados agroindustriales, no
alcanzará para financiar suficientemente los programas públicos y privados,
destinados a devolverle a la tierra cultivable la feracidad perdida; lo cual
hará que La Argentina del siglo veintidos, directamente, deje de ser un
país agropecuario, por la sencilla razón de que ya no habrá tierras
cultivables, ni cereales para alimentar al ganado. Conste.
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