viernes, 31 de mayo de 2013

594 Geopolítica (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000594 [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 31 de Mayo de 2.013.




Somos Mansos, Tranquilos y Obedientes
Por Rubén Vicente 

Desde el mismísimo momento en que las velas de la naos espoñolas de Sebastián Caboto asomaron en el horizonte del río de las aguas de color león, para los de abajo, las cosas jamás fueron fáciles, aunque en unas contadas ocasiones, de bastante poca duración, sintieran que la vida era un tanto menos dificil que lo habitual.

Y si, porque desde la pestilencia de los mosquitos del riachuelo y la ferocidad de los malones de los querandíes del país natural del Tuyú, pasando por las guerras civiles y las internacionales, por las revoluciones y los golpes de estado, y terminando con las bancarrotas nacionales, con el fraude electoral y con la corrupción endémica, jamás tuvieron una paz y una prosperidad que fueran verdaderamente auténticas, y sobre todo, duraderas.
Y sin embargo, las masas de estas tierras siempre fueron mansas, tranquilas y obedientes, con todo lo que le pareciera estable, incluso, aunque fuera malo, y por eso, tanto los golpes de estado como las revoluciones, directamente, les pasaron por un costado, reduciéndose a cosas de poca gente, sin arraigo en la mayoría.
La primera vez que las masas argentinas empezaron a encontrar el camino de la paz y de la prosperidad, fue cuando empezó la organización nacional (1853-1916). Ya sabían que la economía, que la política y que la guerra eran cosas de las clases dirigentes, y que la cosa para la gente de abajo era trabajar, tener un rancho, darle de comer a los hijos, y callarse la boca.
Hasta que vinieron los radicales (1916), y los de abajo vieron a los inmigrantes gringos y a la clase media criolla encumbrarse, convirtiéndose en los profesionales independientes, en los pequeños y medianos empresarios, y en los empleados públicos, mientras ellos seguían agachando el lomo.
Y vieron la luz por primera vez con Perón y su mujer, que los llevaron dos veces por año a la plaza, pero también, les facilitaron las cosas, dándoles créditos para comprarse lindas casitas, bien construídas, y a pagar en treinta años, como debe ser, en el conurbano de las grandes ciudades argentinas.
Y recién entonces, con  el hospital cerca, con los hijos en la escuela y con ellos en el sindicato, empezó a tener sentido la política, y esto de la ideología nacional y popular que le dicen.
Y ahí si que les dolió la cosa, cuando vieron cómo echaban a patadas en el culo al único tipo que les había enseñado lo que es la dignidad, y que todo depende de ellos, y de nadie más, porque los demás, sólo llevarán agua para su molino, obvio.
Fueron los primeros años dorados (1943-1955), en que se sintieron argentinos en cuerpo y alma, tanto que, sin abandonar su estilo manso, traquilo y obediente, se animaron a anhelar paz y prosperidad para siempre, aunque el país se viera envuelto en la tercera guerra civil argentina (1955-1983), y ellos ya entendieran que la misma tenía todo que ver con la guerra fría (1946-1991), metiéndoseles en el fondo del corazón y de la cabeza que ellos no eran ni yankies ni marxistas, sino argentinos, y peronistas, y nada más.
Y por eso apoyaron la democracia constitucional (1983-2013), aunque vieran que La Argentina de Alfonsín, de Menem, de De La Rúa y de Dualde, caía otra vez en la corrupción, en la inflación y en la inseguridad, pero hasta que llegaron Néstor y Cristina, que no eran Perón y Evita, pero por lo menos, se le parecían, en eso de repartir lo poco que hay, obvio.
Pero Néstor se murió, y Cristina está cada día más insorpotable, haciéndolos caer en la cuenta de que mejor que Evita se murió, porque si no, ellos tendrían que haber dejado de ser mansos, tranquilos y obedientes, y salir a las calles con el fierro, y entrar a dar, y a dar, y a dar, y el que queda, queda, y no hay derecho que sea así la cosa, porque es un pueblo que sólo quiere paz, pan, trabajo, dignidad social y orgullo nacional, porque lo demás va y viene. ¿Verdad?
Y por eso le andan rezando a Francisco, para que se tranquilicen los ánimos de los chorros y de los asesinos, de arriba y de abajo, y para que haya un cacho de justicia, para todos y todas, y no sólo verso crispado al recontra pedo, y nada más. ¿Se entiende la idea?
Digo, el futuro depende sólo de Cristina. Si baja un cambio, se va a canzar de estar en La Rosada, pero si sigue agudizando las contradicciones, hasta los mansos, los tranquilos y los obedientes, nos vamos a calentar feo, y vamos a ir todos juntos a la plaza como una marabunta enloquecida, a sacarla a patadas en la chacón, y que vaya al Calafate, por no decirle otra cosa, no sé si …
Que se fije que los negros peronistas ya estamos dejando que los blancos de la clase media radical salgan a las calles a protestar por lo que está mal, sin cuento, mientras nosotros, de casa al trabajo y del trabajo casa, a mirar la novela y el futbol para todos, aunque nos haga cada vez más ruido lo de ese Baez, y aunque estemos con los huevos al plato, de ver a la pendejada de La Cámpora diciendo vamos por todo, y por lo único que van, es por la guita y por los votos  comprados, pero por nada más, porque no quieren a nadie, ni a la madre, y se les nota, obvio.
Es muy pero muy triste, porque tenemos un país tan lindo, y la mayoría de la gente es tan sencilla, tan amiga y tan aguantadora, que sería una verdadera pena, tener que dejar de ser mansos, tranquilos y obedientes, para salir a quemar todo, hasta que se vayan todos, y hasta que no quede ni uno sólo, pero de verdad, y que se vaya todo al ré jocara mal. ¿Verdad?
Por eso digo, que somos mansos, tranquilos y obedientes, pero no abuses Cris, porque ya somos grandes, y va a tronar el escarmiento. ¿Sabés?
Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario