El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 28 de Mayo de 2.013.
El Silencio Es Salud
Por Rubén Vicente
Eran
tipo las seis y media de esta mañana casi lluviosa del martes veintiocho de
mayo de 2013. Mi primer pensamiento del día fue para mi compañera de trabajo
(María Inés – 61), que tiene un cáncer de mamas terminal, y que está a punto de
ser evacuada del valle de los sentimientos, y mientras escribo no paro de rezar
por su alma buena.
Bien
bañado, vestido con ropa sana, lavada y planchada (léase: un lujo que muchos no
tienen), y desayunándome en nuestra cocina (hay muchos que duermen a la
intemperie), mientras Ema seguía clavando obstinadamente la cabeza contra la
almohada, como si con ello zafara de la pobreza que la obliga a ser una
laburante, yo escuchaba Despertando al Mundo, por AM 1190 Radio El Mundo de
Buenos Aires.
Si
ellos dos me conocieran, sabrían que soy un tipo bastante amarrete con los
elogios y los halagos, porque veo mucha mediocridad en general, y me harta,
pero con un sindicalista como Hugo Yaski y con una periodista como Silvina
Brandimarte, estoy convencido de que hay que sacarse el sombrero, porque son
dos moscas blancas, sin desmerecer a nadie, obvio.
Un
reportaje que yo digo que debiera haber durado un par de horas, porque la gente
necesita más tiempo de calidad, y no pura publicidad, zonceras, y estar en todo
siempre a mil.
Pero,
con todo respeto, yo me permito disentir con El Compañero Yaski, en eso que le
critica a los sindicalistas que ven en la banca de diputado el paraiso de la
carrera gremial, y ojo, que soy un simple trabajador del sector público
nacional, sin aspiraciones sindicales ni políticas, aclaro.
Estoy
más que convencido de que todos los trabajadores tenemos un deber sagrado, que
es hacer nuestro trabajo a conciencia y de buena fe, por nosotros mismos y por
los nuestros, siendo esa nuestra contribución a la idea de tener un país cada
vez mejor.
Y
de que quienes se sientan espiritualmente aptos para representar los intereses
profesionales de sus compañeros de trabajo, tomen la decisión de participar
activamente de la actividad sindical, empezando desde abajo, y ascendiendo en
las responsabilidades, hasta el punto de tornar prácticamente incompatible el
buen desempeño laboral y sindical, pues justamente para eso se ha instituído la
licencia gremial.
Estoy
consustanciado con la constitución nacional y con las leyes que de ella
derivan, y por eso me gusta la democracia sindical de la normativa vigente, que
le permite a los gremialistas de base, intermedios y de cúpula, ir asumiendo
cada vez más altas responsabilidades sindicales, en sus gremios, y a nivel de
las federaciones, de las confederaciones, y de las centrales obreras de que
formen parte.
Y
estoy completamente de acuerdo con que los sindicalistas tengan y expresen sus
ideas políticas. Y si estoy de acuerdo con eso a nivel individual, creo que soy
coherente si digo que ello también es válido a nivel de las organizaciones
sindicales, expresando lealmente su adhesión a la ideología política del
radicalismo, del anarquismo, del socialismo o del comunismo.
Y
creo que los trabajadores, los sindicalistas y las organizaciones sindicales
consustanciadas plenamente con la ideología del socialismo nacional, es decir,
con eso que en este país se llama con el nombre del justicialismo, tienen el
sagrado derecho de ser la rama gremial del movimiento peronista.
Y
estoy convencido de que los trabajadores peronistas tenemos el derecho
de ser represantados en los cuerpos legislativos por nuestros mejores
dirigentes sindicales, porque yo no me olvido de que, lo que en nuestro país se llama justicialismo, en
Gran Bretaña, que es la cuna de la democracia constitucional occidental, se
llama laborismo, y de que el corporativismo sindical está consagrado por
el sistema político.
Y
si, porque es bien sabido que en Gran Bretaña, el cursus honorum de los
trabajadores empieza con la representación gremial de sus compañeros; sigue con
la proyección política laborista y culmina en el parlamento y en el gabinete
del gobierno de su graciosa majestad.
Así
que, deslegitimar las pretensiones presidenciales de El Compañero Moyano, me
parece sinceramente que no está bien, porque hizo toda la carrera sindical;
porque se proyectó a la política limpiamente, y porque su trayectoria lo aleja
de todo colaboracionismo con la idea de traición al movimiento obrero
organizado o a la democracia constitucional que supimos conseguir, con sangre,
sudor y lágrimas, para decirlo en la clave de sir Winston Churchill.
Por
eso, sabiendo que su ideología real no es auténticamente peronista, con todo respeto, a El
Compañero Yanski le pido que no se olvide de que el silencio es salud.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la
información contenida en el presente documento se halla jurídicamente
garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art.
19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código
Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es un
hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable,
pues si ocurriera sería castastrófico.
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