El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 20 de Mayo de 2.013.
La Locura al Poder X
Por Rubén Vicente
Durante
el año 1938, Europa estaba otra vez al borde del estallido de la segunda guerra
mundial, supuestamente, entre los aliados (Gran Bretaña, Francia y los EEUU)
versus las potencias totalitarias (Alemania, Italia y Japón), concluyendo los
expertos que La Unión Soviética no quería
involucrarse en el conflicto bélico planetario.
En
ese contexto, llamaban la atención de la opinión pública mundial los que se
consideraban como los prolegómenos del enfrentamiento final, como eran La
Guerra Civil China, La Guerra Civil de Palestina y La Guerra Civil Española.
El
pico de la preocupación internacional se produjo cuando sobrevino la anexión
de Austria a El III Reich (léase: der anschluss) que, en realidad, no fue tal, puesto que se trató de un pedido de unión, que
surgió como consecuencia de una decisión soberana del pueblo austríaco,
expresada en un referendum, que fue convalidado tanto por la corte suprema en
lo jurídico como por el parlamento en lo político. Right?
Sin
embargo, todos los temores globales amainaron signficativamente, cuando en
junio se disputó El Campeonato Mundial de Futbol en Francia, que ganó
Italia, convenciendo a todos de que la guerra era algo todavía lejano.
Esas
creencias se reforzaron aún más en septiembre, cuando se celebró La Conferencia
de Munich, en cuyo contexto, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia
acordaron la pública convalidación del anschluss austríaco y, en
absoluto secreto mortal (léase: la omertá = el que habla se muere), la unión de
Checoslovaquia al III Reich; a cambio de lo cual, Alemania renunció a su
pretensión de unir al tercer imperio con capital en Berlín, nada más ni nada
menos, que a Polonia, cuyo gobierno nazi, había celebrado tratados de
alianza (defensiva y ofensiva) con Gran Bretaña y con Francia, contra
La Unión Soviética, que el gobierno de Varsovia pretendía se que se hiciera
extensivo a Alemania.
A
su regreso a la capital británica (Londres), el primer ministro francmasón-conservador
(Neville Chamberlain) declaró ante la prensa que hemos salvado las paz europea
(sic).
¡Gordo¡ ¡Disculpame, pero sos un boludo! ¡Nos hicistes venir
a vivir a Suiza al recontra pedo! ¿No ves que Chamberlain dice que habrá paz
mundial? ¡No te pienso volver a dar bola! ¡Sos y delirante! ¿Sabés? ¡Nos
volvemos a Italia! ¡Marcos, te lo ruego, esperá amigo!
Tres
semanas más tarde, Mussolini puso en vigencia Las Leyes Raciales de Venecia,
completamente similares a las alemanas de Neurenberg de mil novecientos treinta
y cuatro.
¿Qué? ¿También van a empezar con la discriminación racial en
Italia? ¡Raquelita, nos quedamos en Suiza mi vida! ¿Sabés? ¡Le tengo que
escribir una carta a El Gordo Rubén Vicente, pidiéndole disculpas! ¡Está claro
que él la tuvo siempre clara, desde el principio! ¡Este Mussolini es un maldito
hijo de puta trastornado!
En
enero de 1939, Mussolini declaró la disolución del parlamento italiano,
instaurando un parlamento bicameral, conformado por la cámara de los fascios
(léase: los diputados) y por la cámara de las corporaciones (léase: los
senadores).
Desde
entonces, quedó consagrada la democracia total corporativista (léase: el
totalitarismo fascista). En marzo, Alemania anexó Checoslovaquia. En abril, cesó
el protectorado, y Albania fue anexada al imperio italiano. En mayo, Mussolini
decidió la anexión de Kenia, de Tunez, de Malta y de Córcega al imperio italiano,
poniéndose las relaciones al rojo vivo con Gran Bretaña y con Francia, que
extendieron la protección a Polonia, en caso de ataque alemán.
En
junio, Mussolini declaró que el estallido de la segunda guerra mundial era inevitable
(sic), pero aclaró que Italia recién estaría lista para entrar en combate en mil
novicientos cuarenta y dos. En julio, Mussolini declaró que, si estallara
la segunda guerra mundial antes de mil novecientos cuarenta y dos, Italia se
declararía neutral. ¿Cómo?
En
julio, Hitler y Mussolini se volvieron a reunir en La Conferencia de Turín,
acordando la ratificación germano italiana de El Pacto de Acero (léase:
El Eje Roma-Berlín-Tokio).
Y
en agosto, el mundo entero (orbis) quedó desconcertado (léase: con el culo
mirando al norte), cuando se conoció la novedad de la celebración de El
Pacto Molotov-Ribbentrop.
Oficialmente,
era un acuerdo de no agresión mutua en caso de estallido de la segunda guerra
mundial. Extraoficialmente, era un pacto de fijación de futuras áreas de
influencia geopolíticas de La Unión Soviética sobre Polonia Oriental y de
Alemania sobre Polonia Occidental (léase: la tercera repartición polaca
virtual).
Pero
el pacto contenía una claúsula ultra secreta (léase: críptica) en cuya
virtud La Unión Soviética pasaría a formar parte del tercer imperio alemán
(léase: La Gran Alemania = Das III Reich = La Segunda Proto Unión Europea = El
Nuevo Israel Anti Judío), pero no ya bajo el régimen político del socialismo real
soviético, o del socialismo verdadero alemán, sino del socialismo nacional
ruso-germano (léase: el socialismo integral del siglo veintiúno), que
incluiría la unión de las iglesias cristianas europeas. Conste.
En
semejante contexto, exactamente a las cero horas del viernes primero de
septiembre de 1939, el ejército alemán (léase: das wehrmatch) y la fuerza aérea
alemana (léase: das luffwaffe), inciaron La Invasión a Polonia, que
sería el primer acto de lo que, en sólo tres días, se convertiría en el
estallido de La Segunda Guerra Mundial (1939-1945). ¡Faah¡
Bajo
esa comprensión, el conflicto bélico global quedó planteado entre los aliados
europeos (léase: Gran Bretaña y Francia) versus Alemania; mientras Japón, La
Unión Soviética, los EEUU e Italia (Mussolini) declararon la neutralidad.
Sobre
el final del año, mientras La Unión Soviética protagonizaba La Guerra de
Invierno, en cuya virtud, Moscú procedió a La Invasión de Polonia Oriental,
mientras permitía que Finlandia mantuviera su independencia, bajo la protección
de Alemania; Italia (Mussolini) declaró el abandono de su neutralidad y la
adopción de una nueva posición geopolítica, de aliada no beligerante de
Alemania (sic). [3]
¡Gordo! ¡Te pido disculpas! ¡Vos la vistes antes que nadie! ¡Sos
un genio! ¡Marquitos querido! ¡No te confundas mi viejo! ¡El genio que la vió
clara desde mil novecientos veinte fue El Viejo Churchill, y nadie le dio bola,
pero hasta ahora, que ya es demasiado tarde para lágrimas! ¿Sabés?
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de
1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es un
hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable,
pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] La
neutralidad significa no participar del conflicto, guardando la equidistancia
respecto de todos los beligerantes. En cambio, la posición de aliado no
beligerante, significa la alianza económica y diplomática con uno de los
beligerantes o con uno de los bandos en guerra, y la consecuente enemistad
económica y diplomática relativa a los enemigos beligerantes del o de los
estados aliados; pero mantiendo la inactividad militar.
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