El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 18 de Mayo de 2.013.
La Locura al
Poder VIII
Por Rubén Vicente
Al
comenzar el año 1929, Mussolini ordenó el traslado del gobierno italiano a la ciudad
septentrional de Venecia, dejando el parlamento y la corte suprema en Roma.
Mientras tanto, su primogénito, es decir, el Bach. Benito Albino Mussolini Dalser (18), comenzó a estudiar derecho,
en la facultad de ciencias jurídicas de la Universidad de Cambridge.
Paralamente, su primogénita, es decir, la adolecente católica italiana Edda
Mussolini Guidi (13), comenzó el colegio secundario, bajo el régimen pupilo, en
un establecimiento confesional, admistrado por las monjas de la orden de las
clarisas, de la ciudad de Milán.
Todo marchaba maravillosamente bien para Italia con el
totalitarismo fascista, que ya estaba empezando a arraigarse en los corazones y
en la mente de todos y todas, porque no existía más la corrupción, la inflación
ni la inseguridad; porque las clases trabajadoras vivían bien; porque los empresarios
amazaban fortunas; y porque la nación tenía territorios africanos y europeos, recursos
natulares, alimentos y energía asegurados; y buenas relaciones con la primera potencia
mundial, ya en evidente decadencia con La Gran Depresión (1929-1935).
En semejante contexto casi idílico, a mediados de
1930 sobrevino el fallecimiento de su alteza, el duque de Prodappio, Tte. Gral.
EI ® Dr. Dn. Agostino Guidi (80), sucediéndole en sus bienes patrimoniales y en
su título de la baja nobleza (léase: la hidalguía) su primogénita, es decir, la
Dra. Rachele Guidi Lombardi (40). Meses más tarde, La Duquesa de Prodappio
abdicó a favor de su marido (Mussolini), que se convirtió en el primero de la
nueva dinastía nobiliaria de Los Mussolini. Desde entonces, en la
política italiana, Mussolini comenzó a ser referenciado como El Duque
(léase: Il Duce = El Duche). Conste.
Inmediatamente después, Mussolini fue reincorporado
al ejército imperial, con el grado de mariscal de campo, operándose su tercer
pase a retiro.
En el mes de junio del año siguiente (1931), Gran
Bretaña, Francia, Italia y Alemania firmaron El Pacto de Roma, en cuya
virtud, las cuatro grandes potencias europeas se comprometieron a mantener
la paz en el viejo continente (sic), bajo la impronta de la carta de La
Sociedad de las Naciones (SN´s), liderada por Gran Bretaña.
Es
que ni Londres, ni París ni Roma, como ex aliados de la gran guerra mundial, se
bancaban que La Alemania de Weimar hubiera salido airosa de la hiperinflación
de mil novecientos veintitres, y que justo cuando el mundo entero (orbis)
empezaba a padecer los efectos desvastadores de La Gran Depresión (1929-1935), Berlín viniera a pretender, nada más ni nada
menos, que articular una alianza con tres prósperos satélites británicos,
como eran Hungría, Austria e Italia. Right?
En
1933, mientras Adolf Hitler se hacía cargo de la cancillería alemana, en
Italia, el Bach. Benito Albino
Mussolini Dalser (22), se graduaba como licenciado en derecho, con diploma
expedido por la Universidad de Cambridge. Tres meses más tarde, el Lic.
Mussolini comenzó a estudiar derecho internacional, en la referida casa
británica de altos estudios.
Paralelamente, su alteza, el duque de Cortelazzo y
conde de Bucari, Cap. Gral. EI ® Dr. Dn. Galeazzo Ciano (30), contrajo
matrimonio católico apostólico romano con la Bach. Edda Mussolini Guidi (18).
En 1934, Mussolini convocó nuevas elecciones
parlamentarias, permitiendo la formación de nuevos partidos políticos, pero
aclarando que serían disueltos los que no obtuvieran el uno por ciento
de los votos (1%).
Dichos
comicios le otorgaron la victoria legítima al fascismo, esta vez, con el noventa y tres por
ciento de los votos (93%), resultando segundos los social cristianos,
con el siete por ciento de los sufragios (7%). En diciembre, mil
quinientos soldados del ejército de Abisinia (1500) atacaron a doscientos
soldados (200) de La Somalía Italiana, estallando entonces La
Guerra de Abisinia (1934-1936).
La
paz se mantenía en toda Europa, pero lo cierto era que estaban en curso La
Guerra Civil China, La Guerra Civil de la Palestina Británica, y La Guerra de
Abisinia.
En
el mes de abril de 1935, Gran Bretaña, Francia e Italia se volvieron a reunir,
pero sin Alemania, en el contexto de La Conferencia de Stressa,
donde los aliados de la gran guerra mundial, declararon públicamente la condena de las que calificaron como las violaciones
(sic) de El Tratado de Versalles, por parte de El Tercer Imperio Alemán (léase:
La Gran Alemania = Das III Reich = La Segunda Proto Unión Europea = La Europa
Cristiana = El Nuevo Israel Anti Judío).
Pero
sólo dos meses más tarde (2), y más precisamente, el viernes catorce
de junio, con el sol en la constelación de los gemelos (géminis) y con la luna
en la casa del cerdo (léase: piscis), mientras la cristiandad celebraba la
festividad de San Matías Apostol, en forma absolutamente sor-pre-si-va,
la rueda de la historia, empezó a dejar de girar a favor de la paz, cuando Adolf
Hitler llevó a cabo una visita oficial a Venecia, reuniéndose con Mussolini.
Trataron La Cuestión Austríaca, pero los compromisos de Mussolini con
Gran Bretaña, no le permitieron darle
luz verde al fuhrer para la anexión de Austria al III Reich (léase: der
anschluss).
El
veinticinco de julio, falló un golpe de estado, pero sobrevino el magnicidio de
el canciller nazi pero pro británico de la república federal de Austria
(Engelbert Dollfus) y, para evitar el anschluss hitlerista, Italia envió dos
divisiones de infantería a la frontera, para garatizar la independencia
austríaca.
El
veintiuno de agosto, Hitler desistió, buscando la reconciliación italo-alemana.
Pero el seis de septiembre, en Bari, Mussolini adhirió abiertamente a la causa
nazi, abandonando públicamente la alianza de Italia con Gran Bretaña y con
Francia, proclamándose aliado de Hitler, y partidario de la anexión de
Austria al III Reich. ¿Qué? ¡Ah bueno¡
¡No, si es lo que yo digo! ¡Este tipo está loco! ¿Cómo? ¿No era que vos te habías
hecho fascista?
Inmediatamente
después, concluyó La Guerra de Abisinia, cuando Francia (Pierre Laval) aceptó
transferir a favor de Italia, tanto Eritrea como La Somalía Francesa, dejando a
Abisinia sin salida al Mar Rojo, cambiando el nombre de la nación africana, por
el nuevo de Etiopía. El dieciocho de noviembre, La Sociedad de las Naciones
(SN´s), liderada por Gran Bretaña, hazo pública la condena a Italia por
La Guerra de Abisinia, imponiéndole sanciones financieras y comerciales.
¡Tá bien! ¡Si total son negros! ¿Qué hay? ¿De qué se quejan
estos british? ¡Si ellos son los campeones del genocidio africano? ¿O lo van a
negar? ¡Lo que pasa es que están calientes porque ya no somos las sirvientitas
del Mediterráneo, que se bajan los culotes cuando a ellos de les canta!
En
otras palabras, el pavo inglés se había transformado en un cerdo alemán,
y creyéndosela, de verdad, que él era Nerón, o algo por el estilo. ¡Si!
Dicho
de otro modo, muy a pesar de la humanidad, exhausta por la gran guerra mundial
y por la gran depresión, las grandes potencias europeas anunciaban sin decirlo,
que marchaban directamente hacia la segunda guerra mundial, y nada más,
claro está.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina
de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es un
hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable,
pues si ocurriera sería castastrófico.
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