El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 2 de Mayo de 2.013.
Los Giles de la Película
Por Rubén Vicente
Los
que sigan los artículos que escribo, ya saben que yo son un ferviente
partidario de la doctrina capitalista del ultra monetarismo, porque creo que le
permite a quienes no somos economistas, analizar la macro economía mundial,
regional o nacional, con sólo cuatro datos (4), que son el valor del día del precio del oro (oz t), el producto bruto interno (pbi), las reservas monetarias totales (rmt) y las reservas monetarias en oro (rmo). Que me den esos cuatro datos,
sean mundiales, regionales o nacionales, del país que sea, y yo te puedo decir
cúal es la situación y cómo viene la mano, a un año vista.
A
mi me da muy buenos resultados, el último de los cuales fue que el catorce de
enero pasado, cuando les dije a mis clientes que, antes de fin de año, el dólar
blue cotizaría a más o menos diez pesos. Obviamente, algunos de ellos ni bola
que me dieron, y cajonearon el informe de cinco carillas, que ahora, les parece
la Biblia, o algo por el estilo. Pero los que me dieron bola de movida, no
paran de tirar manteca al techo y, cuando los miro, como pregúntandoles qué hay
para mi, me miran, como diciéndome, gordo, vos ya cobrás tus honorarios por la consultoría.
Right?
Así
es la vida de los giles que vivimos de nuestro trabajo honrado, cobrando po pó
por unas consultorías que en el primer mundo se pagarían en millones de dólares
al año, pero bueh, si uno nació para pito, nunca llega a corneta, y menos si
ama al creador, a la patria, a su mujer y a sus amigos, y no concibe la vida
viviendo lejos de ellos. ¿Verdad?
Por
eso, mi gran retribución profesional, es la satisfacción de ver que tengo
razón, que mis razones tarde o temprano terminan siendo respetadas, y que por
eso, siento que puedo ayudar a la gilada a la que orgullosamente pertenezco,
contándoles lo que aprendí, desde que empecé con esto de estudiar, estudiar y
estudiar … Y empiezo:
En
todo el mundo (orbis) exiten siete clases de bancos, y nada más que
siete (7). Las primera, es la de los
bancos de depósito. Seguramente vos, alguna vez, estuviestes hasta las
manos con la guita, y tuvistes que empeñar la alianza de casamiento, o la
cadenita que te regaló tu abuela. Vos entregás el oro, y el banco te presta
guita, con garantía prendaria, es decir, vos empeñás tus valores, de modo tal
que si no pagás tu deuda, el banco te ejecuta extrajudicialmente, y vos andá a
cantarle a Gardel.
La
segunda, es la de los bancos de servicios, que le hacen al cliente el
servicio, por ejemplo, de cobrarle a los clientes del cliente. Imaginate el
banco provincia, cobrando las facturas de la luz que te suministra tu compañía
de electricidad. Por ese servicio, el banco le cobra un precio a la empresa, y
esa es la retribución de su negocio de la banca de servicios.
Hasta
ahí, más o menos se entiende la cosa, porque si no fuistes vos, seguro que
conocés a alguien que ha operado en los segmentos bancarios de depósito o de
servicios. Pero, más arriba, la cosa se empieza a complicar un cachitín.
Fijate:
La
tercera clase, es la de los bancos comerciales, que reciben dinero del
público, y se lo prestan al público. A los depositantes, les prometen un
premio, que es la tasa de interés pasiva. Y los tomadores de los créditos,
además de tener que devolverle al banco el capital, le tienen que pagar su
premio, que es la tasa de interés activa. El negocio de un banco comercial es
quedarse con la diferencia, entre la tasa activa y la tasa pasiva. Ese es el
segmento de la banca comercial.
Y
acá paro, para preguntarte si vos conocés algún banco que sea pobre. A la
respuesta que ya sé que me vas dar, te agrego que, tanto los bancos de
depósito, como los de servicios o los comerciales, algo tienen que hacer con la
torta de guita que ganan. ¿No?
Y
te aviso que, aunque vos no seas un banquero, si hacés un pequeñísimo esfuerzo
por abrir la croqueta, vas a pasar la frontera, y vas a empezar a entender por
qué la economía el la ciencia que tiene por objeto que los pobres nunca
lleguemos a tener plata, ja ja já (Hugo Moser – Matrimonios y Algo Más –
Maestro de los Maestros del Humor Popular).
Y
si, porque la cuarta clase, es la de los bancos de inversión. El banco
va y va con el pequeño inversor, fifty fifty, manejándole sus inversiones,
porque quién mejor que un banco para saber cuándo hay que invertir y en qué hay
que invertir. Eso si, si las inversiones dan pérdida, lo cual es verdaderamente
raro, el pacto es que el banco no gana nada, porque no hay nada que ganar, y el
único que pierde es el inversor, que creyó en el banco de inversión, que al
final, resultó ser un banco de mierda, que no sabe invertir como se suponía que
debía saber. ¿Flor de negocio, no?
Son
bancos de puta madre, como JP Morgan, Citibank, Wells Fargo o Lehman Brother´s que,
como verás, no siempre ganan, pero son los tiburones del bajo mundo de las
altas finanzas internacionales, como los llama otro maestro, como es Lindon
Larrouche, que mirá vos si la sabrá lunga, que es el editor de un revista que
se llama con el nombre de The Money Laundering Alert, que se edita en
castellano, y que te la recomiendo, porque no tiene desperdicio.
Y
hablando de bancos de puta madre, te cuento que la quinta clase, es la de los
bancos corporativos, donde el inversor es el propio banco, inviertiendo su
propia guita y, obviamente, jodiéndose si las cosas salen mal. Esa es la que
llaman con el nombre de la banca corporativa, donde los grandes bancos
corporativos son esas entidades que vos ves en los diarios, que les dicen los
inversores institucionales, es decir, los inversores que no son unos
chichipíos, como vos y como yo. ¿Se entiende la idea?
Obviamente,
estos inversores institucionales del segmento de la banca corporativa,
invierten su guita grosa en operaciones muy complejas y muy riesgosas, pero
lógico, a mayor complejidad y riesgo, mayor es la ganancia, obvio, pero
también, las muy poco probables pérdidas, que también las hay, off course.
Pero
llega un momento, que estos piratas financieros tienen tanta pero tanta mosca,
que se ven casi obligados a empezar a jugar en las ligas mayores, comenzando a
formar parte de la sexta clase, que es la de los bancos de desarrollo,
que le prestan los morlacos a los municipios, a las provincias, a los gobiernos
nacionales y a los organismos internacionales, sea para financiar sus gastos, o
para tener con qué llevar adelante los planes y los programas públicos,
supuestamente destinados a la felicidad el pueblo como, por ejemplo, el plan
trabar o la asignación universal por hijo, y otras cosas nac&pop´s por el
estilo. Right?
Acá
vos vas a ver que los bancos de desarrollo son del estado, pero en el primer
mundo, la banca de desarrollo está a cargo de grandes bancos privados,
como el Misubishi de los ponjas, el UBS
de los suizos, el Barkley de los british, o el Scotia de los canadieses.
¿Si?
Y
así llegamos al tope de la séptima clase, que es la de los bancos centrales
que, aunque no lo creas, hay paises en que son privados, otros en que son
mixtos, y otros en que son completamente estatales, como acá. Y los bancos
centrales son centrales, porque tienen a su cargo, nada más ni nada menos, que
el manejo de el sistema monetario nacional. ¿Qué?
Y
si, porque los bancos centrales son los que guardan la reserva monetaria de la
nación; son los que, contra esas reservas monetarias nacionales, emiten los
billetes nacionales (el circulante); son los que fijan las tasas (activas y
pasivas) del sistema bancario privado del país; son los que fijan las tasas de
cambio, entre la moneda del comercio mundial (el dólar) y la moneda del país
(el peso); y son los que prestan el servicio a los bancos privados de el
redescuento. ¿Cómo?
Vos
no te marées que yo te explico. Hay un negocio que se llama descuento.
Viene el camión repartidor de la leche, que le vende a Carrefour, o el que le
vende la carne a Coto. Y resulta que esas cadenas de super les pagan con
pagarés. Si La Serenísima o Sancor necesitan la guita ya, pueden llevar
el pagaré a un banco privado, que les paga lo que dice el pagaré, al toque,
quedandose el lechero con el efectivo y el banco con el pagaré. Esa operación
bancaria, se llama descuento, porque el banco te da la guita que dice el
pagaré, pero te descuenta la comisión por haberte solucionado el tema.
Y
después, el banco puede cobrarle todo el monto del pagaré a Carrefour o a Coto,
a la fecha del vencimiento, pero también, puede presentarse al banco central con
el pagaré ya descontado, para que se lo descuenten a él, y entonces, ese
descuento del pagaré, que el banco central le hace al banco privado, que quiere
cobrar antes del vencimiento, se llama redescuento, y el único que puede
hacer operaciones de redescuento es el banco central.
Por
eso, además de las funciones que ya te dije, los bancos centrales son los que
fijan las tasas de descuento y las tasas de redescuento que rijen en
todo el país que sea. Right?
Bueno
ya está, terminamos. Ahora ya sabés exactamente lo mismo que sé yo, y es que hay
bancos y bancos, porque hay bancos de empeño, bancos de servicios, bancos
comerciales, bancos de inversión, bancos corporativos y bancos centrales, pero
en definitiva, todos manejan la misma mercancía, que es tu guita, la mía, y la
de todos y todas, y por eso, ellos siempre serán los que tendrán la guita, y
nosotros siempre siguiremos siendo los giles de la película.
¡Gordo¡
¡El gil sos vos, porque la mía yo la tengo en Uruguay, ja ja já¡
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura
circulación de la información contenida en el presente documento se halla
jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos
de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995
(Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de
2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia
(Solón) El Cisne Negro es un hecho
teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si
ocurriera sería castastrófico.
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