El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 27 de Mayo de 2.013.
¡No Te Mueras Nunca II!
Por Rubén Vicente
Durante
el año 1965, mientras Los Beatles volvían a romper todos los records, con el
lanzamiento de su nuevo albún (Alma de Goma = Rubber Soul), la minifalda de la Prof. Mary Quant (31), se empezó a fabricar, a
distribuir, a comercializar y a exportar en toda Gran Bretaña, y a toda Europa
Occidental y América del Norte (léase: El Occidente), bajo la marca Swing,
convirtiendo a la joven diseñadora bisexual en una celebridad millonaria en
libras esterlinas británicas off course.
Y La Modelo Twiggy (19),
directamente, se posicionó, de la noche a la mañana, en la modelo más cotizada
del mundo entero (orbis), mientras Mary empezaba a incursionar en la pesadilla
de la cocaína, de la heroína y del ácido licérgico. Puaj!!
Desde entonces, el pelo
largo de los varones jóvenes, y la minifalda de las mujeres
adolecentes, se convirtieron en los dos símbolos visibles de La Revolución
Sexual del Occidente, capitalista, liberal, democrático, patriótico y
cristiano, de la segunda fase de La Guerra Fría (1960-1975), cuyo ícono ya
tenía cinco años (5), y era la pastilla anticonseptiva.
¡Y claro!
¡Ahora van a parecer conejos! ¡Total! ¿Quién se acuerda de la virginidad? ¡Ah,
pero fijate qué malvadas que son, que se casan de blanco! ¡Mocosas de porquería!
¡No tienen vergüenza! ¡Desfachadas¡ ¿Y vos, qué hacés acá escuchando las
conversaciones de la gente grande? ¡Andá para adentro, y si no te bajas esa
pollera ahora mismo, esta tarde no salís? ¿Me entendistes?
Tres años más tarde (1968),
hasta Los Rolling Stones alababan la genialidad de El Submarino Amarillo,
mientras la firma The Bazaar´s Mode Ltd. de
Londres, de la Prof. Mary Quant (a) La Bixesual (34) organizó el primer desfile
de su nueva colección de moda femenina, que incluyía la lencería, la
perfumería, las medias estampadas, las botas altas por encima de la rodilla,
los vestidos todavía más cortos, las mallas de colores, los cinturones anchos a
la altura de la cadera, los shorts bien ajustados, los pantalones con botamanga
acampanada, los tops calados, los impermeables de colores chillones y super
brillantes, las sobrillas llamativas, las gafas de sol, el esmalte azul, el
delineador plateado y las corbatas exageradamente grandes y de diseños masculinos,
y todo coronado con las nuevas maxifaldas, que llegaban hasta los tobillos;
bajo las consignas publicitarias de la guerra al buen gusto (sic) y de el
culto de lo vulgar (sic).
¿Vio qué cachivache la
nueva moda de esa tortillera? ¡La quiere hacer a todas unos mamarrachos! ¡Si, y
encima, ahora ya ni vamos a poder ficharles las gambas! ¡Qué cadada¡ ¡La culpa
de todo la tiene la reina! ¿En vez de actualizarse un poco aunque sea …? ¿Le
cuento en confianza? ¡A mi las
colegialas con los jumper esoceces mini, me re calientan! ¿Qué quiere que le
diga? ¡Uy, llegamos a Picadilly Station! ¿Bajamos?
Pero nada, porque desde el invierno boreal de 1969,
Brigit Bardot en Francia y Nancy Sinatra en los EEUU se empezaron a vestir al
estilo swinging de Mayy Quant, explicándole a todas, que eran prendas y
cosméticos muy económicos para la mujer joven y moderna que trabaja.
¿Para qué? Si hasta las novias se empezaron a mandar a
hacer trajes con minifalda y cambiaron las mantillas por las capelinas, y a la
salida de la iglesia, se ponían lentes de sol cuadriculados, en blanco y negro,
que parecían que iban a una carrera de fórmula uno, en vez de ir a la fiesta
nupcial.
En 1970, Mary Quant presentó sus colecciones en Tokio,
en Tel Aviv, en Atenas, en Roma, en París, en Londres y en Nueva York (léase:
la gira mundial), y al final del año, nada más ni nada menos que La Reina
Isabel II (44) le otorgó la medalla de oro y diamantes, que acreditaba su nueva
condición de miembro de La Orden del Imperio Británico, que recibió en
El Palacio de Buckingham, obviamente, en minifalda, y un mes antes que Los
Beatles, eh?. ¡Qué tull!
Desde entonces, el alcohol, las drogas, el sexo
irrestricto, el pelo largo de los varones y la minifalda de las mujeres dejaron
de ser inmorales, y se convirtieron en los íconos del olvido de los
horrores ya superados de la segunda guerra mundial.
Y en 1979, la firma The
Bazar´s Mode Inc. de Londres, y todas las patentes de invención y las marcas
comerciales de su propiedad, fueron vendidas a la firma Kenzo PLC de Tokio (¿?),
que le pagó a Mary Quant (a) La Bixesual (45), la friolera de cien
millones de libras esterlinas (100 M£´s)
que, con La Crisis del Oro de 1982, se transformaron en el equivalente,
a plata de hoy, a diecinueve mil doscientos millones de dólares (19,2 MMD´s). ¡Faahh!
Fue entonces cuando Mary Quant se divorció de su
marido, Mr. Alexander Plunket Green (a)
Daddy (60), y se dedicó a seis cosas (6), que fueron el alcohol,
las drogas duras, las chicas jovencitas, las fiestas de la alta sociedad
occidental, los largos viajes de placer a lugares exóticos y la caridad
infantil en el tercer mundo. ¡Ma-ra-vi-llo-so!
En 1986, mientras en la
lejana Buenos Aires fallecía mi padre (Aberto Antonio Vicente Barruecos – Piscis
- 60), allá en Londres, la Prof. Quant (52), se convirtió en abuela, cuando su
único hijo (Orland Quant Plunket – 26), fue padre de su nieto (Alexander). En
1992, Quant declaró para The Guardian, que su gran frustración profesional
fue no haber logrado que Margaret Thatcher (60) usara minifalda (sic).
Y en 2002, ya repodrida de
todo, Mary Quant (68) se convirtió en la principal accionista, presidente del
directorio y gerente general (The Chieff Executive Officer = The CEO) de una
nueva sociedad comercial, que comenzó a girar bajo el nombre de Quant PLC, con
domilicilio legal en la capital escocesa (Edimburgo), cuyo objeto social es el
asesoramiento técnico y artístico a los más grandes diseñadores de moda y a las
más afamadas casas de moda británicas (léase: la labor terapia gerontológica).
Y tovavía hoy ahí anda la
abuela, a los setenta y nueve años de edad (79), con ganas de
seguir haciendo cosas, de las buenas, y de las otras, obvio, porque tampoco es
cuestión de que a una le salgan a decir que está pasada de moda. ¿Verdad?
Por eso yo digo que,
a esta mujer sin igual, que es la insigne benefactora de todos nosotros, los
abnegados caballeros de este solitario planeta azul, quiero cerrar este artículo
agradeciéndole de todo corazón, que nos haya permitido contemplar, nada más ni
nada menos, que la puerta de entrada a las delicias del paraiso terrenal, ja ja
já, deseándole, simplemente, que no te mueras nunca. ¿Sabés?
Y si me dijeran que estoy
muy equivocado, respondería que veremos,
veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina
de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es un
hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable,
pues si ocurriera sería castastrófico.
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