Viernes 3 de Mayo de 2.013.
Hay Gente Que La Tenía Muy Clara I
Rubén Vicente
Exactamente en 1856, en la ciudad lombarda de Génova,
en el seno de una familia de la alta burguesía, sobrevino el nacimiento de un
varón católico apostólico romano (el primogénito), que fue bautizado bajo el
nombre de Benjamín Solari.
Hizo la primaria, el secundario y la universidad en
su ciudad natal, graduándose de licenciado en medicina, y posteriormente, se
doctoró en psiquiatría, en 1883.
Inmediatamente después, el Dr. Solari abandonó su
patria natal (Italia), radicándose en la lejana ciudad de Buenos Aires, capital
federal de La Argentina, gobernada por su presidente masón-conservador, Tte.
Gral. EA ® Lic. Dn. Alejandro Julio Argentino Roca Paz (a) Julio Arrgentino
Roca (a) El Zorro (40). ¡Morite Bayer¡
Dos meses después de haber llegado a de culis
mundis, el Dr. Solari firmó un contrato de empleo privado (el trabajo) en cuya
virtud comenzó a desempeñarse como primer director del flamante servicio
de psiquiatría de El Hospital Italiano. Sobre el final del año, el Dr. Solari
comenzó a tramitar el otorgamiento de la ciudadanía argentina.
En 1885, el Dr. Solari (29), se afilió a El Pacto
Autonomista Nacional (PAN), siendo electo diputado nacional, en representación
del pueblo de la capital federal, integrándose a la comisión de salud pública
de la cámara baja del parlamento de la república. Inmediatamente después, el
Dr. Solari contrajo matrimonio católico apostólico romano, con missia
Elisabheta Parravicini (a) La Tanita (22).
Y el lunes ocho de agosto de 1898, con el sol en la
constelación del león (leo) y con la luna en la casa del perro (léase:
acuario), mientras la cristiandad celebraba la festividad de Santo Domingo de
Guzmán, creador de la orden de los dominicos, el Dr. Solari (43), junto a su
mujer (34), se convirtieron en los felices padres de un octavo varón católico
apostólico romano (léase: el octavón), que fue bautizado bajo el nombre de Benjamín
Solari Parravicini.
En 1904, comenzó la escuela primaria, bajo el
régimen pupilo, en un establecimiento confesional, administrado por los frailes
de la orden de los dominicos, de la ciudad bonaerense de Vicente López. Desde
entonces, sus maestros advirtieron su inusitado talento para las artes en
general, y para el dibujo en particular.
En 1911, el adolecente católico argentino Benjamín
Solari Parravicini (a) Pelón (13), comenzó el colegio secundario, bajo el
régimen de semi pupilo, en un establecimiento confesional, también administrado
por los frailes de la orden de los dominicos, de la ciudad bonaerense de Vicente
López.
Además de que se empezó a apasionar con la geografía
y con la historia, Pelón siguió perfeccionándose en las bellas artes,
especialmente, en el dibujo y en la pintura.
En 1916, el Bach. Solari (18), comenzó a estudiar
filosofía, en la facultad de filosofía y letras de la Universidad de Buenos
Aires (UBA), graduándose como licenciado a finales de 1919.
Al año siguiente (1920), el Lic. Benjamín Solari
Parravicini (a) Pelón (22), firmó un contrato de empleo público (la función),
en cuya virtud comenzó a desempeñarse como empleado administrativo de la casa
central del El Banco de la Ciudad de Buenos Aires (BCBA).
Seis meses más tarde, el Lic. Solari tomó un crédito
hipotecario, cuyo monto invirtió en la compra de un cómodo departamento a estrenar,
sito en la calle Venezuela, entre Piedras y Tacuarí, del barrio porteño de
Monserrat.
En otras palabras, un nobel filósofo argentino, que
era un empleado bancario, pero que era un apasionado de la geografía, de la
historia y del arte, es decir, un auténtico bicho raro, de esos que se
veían aquí y allá, en La Nueva Argentina Radical, de aquellos años dorados de
las vacas gordas.
Y si me dijeran que estoy muy equivocado,
respondería que veremos, veremos y
pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la
información contenida en el presente documento se halla jurídicamente
garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art.
19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código
Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2]
Para
uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que
es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
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