viernes, 30 de noviembre de 2012

443 Historia (Argentina)


Año II – Primera Edición – Editorial: 00000443 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 30 de Noviembre de 2.012.




La Revolución Libertadora III
Por Rubén Vicente 

Lo primero que hizo al asumir la presidencia de facto de la nación el Agte. CIA C-3 Dr. Dn. Pedro Eugenio Aramburu (a) Paul Ashton (a) San Pablo (a) Pedrito (52), fue intervenir la Confederación General del Trabajo (CGT) y demoler a cañonazo limpio la sede de La Alianza Libertadora Nacionalista (ALN), que era la que le podía proveer armentos, municiones y explosivos a los eventuales comandos sindicales que se podían armar, para resistirse a los cambios que quería hacer el gobierno militar de La Revolución Libertadora. 

Ordenes de Washington son órdenes de Washington, obvio, pero ya era tarde para concluir con la estrategia de Lonardi de ni vencedores ni vencidos, porque se habían perdido dos meses vitales (2), y ya estaban dadas las condiciones necesarias para el estallido de la tercera guerra civil argentina (1955-1983), mediante el primer movimiento paramilitar, que fue la entrada en operaciones de La Resistencia Peronista (RP). 

Empezaron con una bomba molotov en Gath & Chavez, pero a finales de noviembre de 1955, ya colocaban ductos de agua, cortados y tapados en ambos extremos, rellenados con clavos miguelitos y con explosivos plásticos (léase: el trotyl), que destrozaban todo a veinte metros de distancia (20), y que recibieron el ocurrente nombre de los ñocas, jé. 

Te la resumo. En los siguientes dos años y medio (1955-1958), estallaron dos mil quinientos ñocas de la RP (2.500), pero en absolutamente todo el país, desde La Quiaca hasta Ushuaia, a razón de casi ochenta y cinco por mes (85/M), el principal de los cuales fue el de La Usina de Dock Sud, que causó una crisis energética en la capital federal y en el conurbano bonarense. 

Aramburu suspendió las actividades gremiales (laborales y empresariales), estudiantiles universitarias y de los partidos políticos. Pasó a retiro a todos los que se sabía o se sospechaba que podían ser o haber sido de El GOU. 

Canceló los programas misilísticos y nucleares. Prohibió la palabra Perón y se apropió del cadaver de Evita. Ordenó la eliminación física de Perón, en donde se lo hallare. Hizo despedir sin indemnización a todo trabajador que oliera a peronismo, incluyendo maestros y profesores.  

La lectura obligatoria de La Razón de Mi Vida, fue reemplazada por la enseñanza obligatoria del idioma inglés. Anuló las leyes de divorcio vincular y volvió a prohibir los prostíbulos. Y decretó la insanable nulidad de la reforma constitucional peronista, que había separado definitivamente a la iglesia del estado, como así también, había nacionalizado los recursos naturales y había consagrado los derechos sociales.

En síntesis, el nazismo indiano de Perón (léase: el justicialismo), sería borrado de la faz de la tierra, pero a plumazo limpio y con el plagio, la tortura, el asesinato por causas políticas y la inhumación sin identificación del cadaver o del lugar de su sepulcro (léase: la desaparición forzada de personas), que era un crimen internacionalmente tipificado como los delitos de lesa humanidad, según las convenciones ginebrinas que regulaban el derecho de la guerra. 

Esto implicaba muchísimo más que la picana del peronismo, porque el aramburismo superó todos los records en materia de violación sistemática de los derechos humanos, del estado de derecho y de la democracia constitucional, convirtiendo a la revolución libertadora en una sangrienta dictadura militar (léase: la fusiladora). 

Y todo con el apoyo irrestricto del eje anglo-americano, de la oligarquía vernácula agroexportadora, y de la parte cipaya blanca del medio pelo radical (léase: el imperialismo capitalista).  

Los libertadores echaron a Perón porque decían que él era El Hitler Argentino, pero la verdad, es que Perón, al lado de Aramburu, era un nene de pecho, y Paul Ashton se ganó el odio eterno de los negros de interior y de las villas miserias del del área metropolitana, que eran todos peronistas de alma, pero también, de la parte sana del medio pelo blanco radical intransigente, que se separó del tronco gorila, y maniobró para volver las cosas a su cauce racional. 

Por excepción, Aramburu le encomendó a Rojas que reuniera a los líderes de todos los partidos políticos, menos al peronismo, para conformar la unión demócratica mini (léase: el consejo consultivo), con la idea de comenzar a conversar sobre la reforma constitucional libertadora (léase: anti peronista). 

El resultado fue La Reforma Constitucional de 1957 que, básicamente, era la carta magna de 1853, pero con el aditamento de El Artículo Catorce Bis, que reconsagraba los derechos sociales, pero convirtiendo la mística peronista del movimiento obrero organizado, en un triste revoltijo de sindicalistas vendidos, que aceptaron la ignominia de volver al anarquismo, al socialismo y al comunismo, disolventes, de la década infame. 

Ese fue el legado del imperialismo capitalista de la revolución libertadora de Aramburu y Rojas. Un pueblo sumido en la guerra civil, dividido en todos los frentes, entre los peronistas y los antiperonistas, dispuestos a todo, pero a todo, antes que dejar que el enemigo alcanzara la victoria. Pero además, una nación, que en sólo treinta meses (30), había dejado de ser la tercera potencia mundial, para entrar en una pronunciada declinación que, más rápido que volando, se transformaría en una lastimosa decadencia. [3] 

Por eso, cuando a mi me dicen que el peronismo es el peor de todos los males de la república, yo me quedo preguntándome, si el día que enseñaron historia y gepolítica, universal … (5.000 a.C. a 2012 d.C.), latinoamericana … (1492-2012) y argentina … (1806-2012), ellos faltaron a la escuela, al colegio o a la facultad, porque esta visto que no hay más ciego que aquel que yo quiere ver. 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
 
[3] Con todo respeto, yo pido a todos los amantes de la historia universal, latinoamericana y argentina, como así tambien, de la geopolítica, que se pregunten, con la mano en el corazón y teniendo mucha memoria y objetividad, qué país del mundo entero (orbis), era más avanzado, exactamente, en 1950, que La Agentina, sabiendo que, fuera de los EEUU y de La Unión Soviética, absolutamente nadie nos superaba, en materia económica .., social …, cultural …, institucional …, diplomática … y militar ….; incluyendo en la lista de los superados, a Gran Bretaña, a Francia, a Alemania Occidental y al Japón, destruídos por La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y reconvertidos en neocolonias estadounidenses, gracias a El Plan Marshall, a las bombas atómicas y a los misiles intercontienentales norteamericanos, cuya alta tecnología militar, no fue transferida a los aliados de la OTAN, sino hasta El Programa Atómos Para La Paz (1958), que implicó la trasnferencia de tecnología exclusivamente cautiva, pero sólo de favor de Gran Bretaña, y no de los demás aliados capitalistas europeos. Conste.

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