El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 14 de Noviembre de 2.012.
El Peronismo de Izquierda III.b
Por Rubén
Vicente
A principios de 1969, el secretario general de La
Confederación General del Trabajo de los Argentinos (CGTA), Agte. S C-3 Cro. Dn.
Raimundo Ongaro (a) Ramón Ocaña (a) Escipión el Africano (a) Facundo Quiroga
(45), organizó una serie de conferencias sobre la realidad nacional, en la
cuales, figuraron como panelistas invitados, jóvenes de la cultura vernácula,
en cuya nómina se contaron Rogelio García Luppo, Rodolfo Walsh, Horacio
Verbitsky, Fernando Solanas (a) Pino.
Desde entonces, el peronismo de izquierda, que con
Evita captó a los más pobres entre los más pobres (léase: los indigentes = el
lumpen); que Cook se convirtió en una doctrina heterodoxa del justicialismo, y
que con Framini se hizo gobierno en la primera provincia del país; con Ongaro
se abrió a la juventud del mundo de la cultura, y ese es su valor
agregado.
Bajo esa comprensión, el Cro. Ongaro comenzó a
escribir artículos periodísticos en la revista Cristianismo y Liberación, que era
el órgano de prensa del sector progesista de la iglesia católica apostólica
romana de La Agentina, partidaria de la opción preferencial por los pobres
(léase: la teología de la liberación = la confluencia entre el cristianismo con
el marxismo).
Meses más tarde y, más precisamente, en junio, recién
concluído El Cordobazo, mientras sobrevenía el asesinato de Vandor, el Cro.
Ongaro fue detenido, juzgado y condenado por subversión ideológica,
imponiéndosele diez años de prisión (10), junto a líderes
sindicales comunistas, como Agustín Tosco, Elpidio Torres y Atilio Santillán.
Pero cuatro años más tarde (1973), Ongaro fue
indultado y liberado el gobierno de Cámpora, volviendo a trabajar como obrero, volviéndose
a afiliar al sindicato de los gráficos, y volviendo a escribir para la revista
Cristianismo y Liberación; como si fuera la ola que orada la piedra hasta
convertirla en arena.
Hasta que, en septiembre de 1974, los sindicatos
combativos de la ultra izquierda comunista (léase: SITRAC y SITRAM), se unieron
a La Confederación General del Trabajo de los Argentinos (CGTA), que volvió a tener
como secretario general al Agte. S C-3 Cro. Raimundo Ongaro (a) Ramón Ocaña (a)
Escipión el Africano (a) Facundo Quieroga (50).
En su discurso inaural, Ongaro decretó un plan de
paros, de tomas de fábrica, de movilización callejera y de enfrentamiento
armado con las policías locales, en la Capital Federal y en las provincias de
Buenos Aires, de Santa Fe, de Córdoba, de Tucumán y de Mendoza; quedando
estratégicamente aliado con La Juventud Peronista (JP) de Galimberti, y
tácitamente aliado con las organizaciones guerrilleras, es decir, con el ERP de
Santucho y con Los Montoneros de Firmenich. ¿Pero no era que había democracia peronista?
Si, pero el peronismo de izquierda renegaba de la
burocracia sindical, del peronismo de derecha, de la oligarquía vernácula y del
imperialismo anglo-americano, confrontando con quien fuera, justamente, porque
había democracia constitucional, aunque ello implicara provocar la fractura
interna del peronismo, y aunque esa fractura provocara la agudización de las
contradicciones de la patria peronista, pretendiendo forjar la patria
socialista, pero nacional y popular, es decir, la patria auténticamente nazi
indiana. [3]
De esa manera, Ongaro se convirtió en el enemigo
de La CGT de Casildo Herreras y de La Alianza Anticomunista Argentina (léase:
La AAA = La Triple A) de Lopez Rega, que no se sabe por qué, pero lo
consideraban como un intocable (sic).
Hasta que en 1975, Ongaron fue detenido, procesado y
condenado, bajo el cargo de subversión ideológica, imponiéndosele la pena de veinte
años de reclusión (20).
Hallándose en cautiverio, Ongaro recibió la noticia
de que La Triple A había eliminado a su unigénito (Afredo Máximo Ongaro). Por
eso, en diciembre, con la complicidad de sus guardiacárceles, se fugó de Sierra
Chica y se exhilió con su mujer en las afueras de la ciudad brasileña de San
Pablo, donde siguió cobrando el sueldo de espía de La Side, como si nada
hubiera pasado; sin meterse en nada raro. ¡Flor de exhilio dorado!
Casi diez años más tarde (1984), el Agte. S C-3 Cro.
Raimundo Ongaro (a) Ramón (a) Escipión el Africano (a) Facundo Quiroga (60),
regresó a La Argentina de Raúl Alfonsín, volviendo a trabajar como obrero,
afiliándose nuevamente al gremio de los gráficos y restableciendo sus contactos
con dirigentes de la cultura y de la política, con los que se unió para
conformar una nueva asociación civil sin fines de lucro, que recibió el nombre
de El Peronismo de Base (PB), posicionándose en su estructura como su
primer secretario general.
Desde entonces, Raimundo Ongaro apoyó decididamente
la política alfonsinista de los derechos humanos, incluyendo las leyes de
obediencia debida y de punto final, en el entendimiento de que era necesario
construir la democracia constitucional sobre las bases de la verdad y de la
justicia, pero también, de la equidad y de la reconciliación nacional. Y desde
1987, apoyó el nuevo liderazgo nacional del justicialismo (Menem).
Dos años más tarde (1989), Ongaro aconsejó a sus
seguidores votar a Carlos Menem, a quien se refiería públicamente como El
Mesías de La Argentina. Luego apoyó los indultos memenistas de los guerrilleros
y de los militares, otra vez, en el entendimiento de que seguía siendo
necesario construir la democracia constitucional sobre las bases de la verdad y
de la justicia, pero también, de la equidad y de la reconciliación nacional.
Desde entonces, Raimundo Ongaro empezó a ser objeto
de las críticas provenientes de las organizaciones no gubernamentales (léase:
las ong´s), defensoras de los derechos humanos, comenzando por El Centro de
Estudios Legales y Sociales (CELS), liderado por el ex jefe del servicio de
inteligencia de La Organización Montoneros (OM) y, a la sazón, jefe de
redacción del diario Página 12 de Buenos Aires, Agte. CIA C-3 Dn. Horacio
Verbisky (a) Hugo Vasquez (a) El Perro (50).
Durante La Crisis del 2001, Ongaro apoyó
decididamente las acciones de los sindicalistas del gremio de los gráficos,
relativas a la toma de las plantas pertenecientes a las empresas en quiebra,
para su transformación en las empresas recuperadas.
Y en 2010, teniendo ya ochenta y ocho años de
edad (88), el Agte. S C-3 Cro. Raimundo Ongaro (a) Ramón Ocaña (a) Escipión el
Africano (a) Facundo Quiroga, anunció públicamente su retiro de la vida
política, declarando su acuerdo con las políticas de estado del goberno de
Cristina.
En síntesis, un trabajador gráfico, que siempre fue
justicialista; que fue un sindicalista de ley, pero también un buche de La
Side, que jamás fue parte de la burocracia sindical, y que militó sinceramente
en el peronismo de izquierda, pero que jamás comió vidrio, porque
entendió perfectamente la importancia de cada momento histórico, bregando
siempre, y antes que nada, en pos de la democracia constitucional, porque sabía
que fuera de ella, sólo está la anarquía, la guerra civil y la disolución
nacional.
Digo, porque estaría bueno que los pibes de La
Cámpora también lo entendieran. ¿Verdad?
[1]
La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es la
alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
Véase El Cisne Negro (Editoriales 28, 401 y 402).
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