El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 21 de Noviembre de 2.012.
Ahora Le Dicen
El Choque de Las Civilizaciones
Por Rubén Vicente
Exactamente el miércoles veinticuatro de octubre
de 1945, con el sol en la constelación del escorpión (escorpio) y con la luna
en la casa del gallo (léase: capricornio), mientras la cristiandad católica
apostólica romana celebraba la festividad de San Ignacio de Constantinopla, representantes
diplomáticos de todo el mundo, se reunieron en el marco de La Conferencia de
San Francisco, para conformar La Organización de las Naciones Unidas (ONU),
liderada por los EEUU y secundada por Gran Bretaña, Francia, China y La Unión
Soviética.
Ese mismo día, catorce mi kilómetros más al sur, ciento cincuenta secretarios
generales y subsecretarios generales (150)
de los sindicatos argentinos suscriben un documento, expresando su decisión de
conformar una nueva asociación civil sin fines de lucro, que comenzó a
funcionar bajo el nombre de El Partido Laborista Argentino (PLA).
Su primer secretario general, fue el asesor
letrado del sindicato ferroviario, Dr. Juan Atilio Bramuglia (42), secundado
por el secretario general del sindicato de los trabajadores del gremio de la
carne, Cro. Luis Gay (41). Acto seguido, el PLA declaró su apoyo a la
candidatura a la presidencia de la nación del flamante ex secretario de trabajo
y previsión social de la nación, como así también, ex ministro de defensa
nacional y, a la vez, ex vicepresidente de la nación, Agte. FDC C-3 Cnel. EA ® Dn.
Juan Domingo Perón Sosa (a) Giuseppe Palomari (a) El Pocho (52). [3]
En esa misma semana, el flamante ex director
general de la Policía Federal Argentina (PFA), Cnel. EA ® Dn. Filomeno Velazco
(51), auspició la formación de los llamados centros cívicos independientes
(léase: Los CCI´s), en las capitales de las catorce provincias argentinas (14).
En la primera quincena de noviembre, comenzaron a sumarse a los CCI´s, jóvenes
estudiantes y graduados universitarios, hasta entonces adherentes al Partido Nacional Demócrata (PND), es
decir, al partido conservador argentino, liderado por el Dr. Robustiano Patrón
Costa (67).
Una semana más tarde, representantes
de los catorce CCI´s, se reunieron en la capital federal, para conformar una
asociación civil sin fines de lucro, que comenzó a funcionar bajo la razón
social de El Partido Conservador Independiente (PCI), cuyo primer
presidente del directorio, fue el Cnel. Velazco, secundado por los Dres. Héctor
Jacinto Cámpora (36), Vicente Solano Lima (44), Héctor Sustaita (45) y José
Visca (46). Diez días más tarde, ya contando con el reconocimiento oficial de
la personería política, el PCI declaró su apoyo a la candidatura presidencial del
Cnel. Perón.
Paralelamente, el flamante ex
ministro del interior, Dr. Hortensio Quijano (61), lideró a un grupo de
dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR), que tomaron la decisión de
escindirse del partido más importante del país, para conformar una nueva
asociación civil sin fines de lucro, que comenzó a funcionar bajo la razón
social de La Unión Civica Radical Junta Renovadora (UCR-JR), cuyo primer
presidente del directorio fue, justamente, el Dr. Quijano.
En la partida, lo siguieron
los Dres. Juan Isaac Cooke, Alejandro Leloir, Vicente Leónides Saadi, Eduardo
Colom, Armando Antille, etc. Sólo dos semanas más tarde, otro grupo de
dirigentes, que formaban parte de La Fuerza de Orientación Radical de la
Juventud Argentina (FORJA), es escindien de esa agrupación, liderados por el
Dr. Arturo Jaureche (44), que también integraba la UCR, para sumarse a la
UCR-JR de Quijano. En la primera quincena de enero de 1946, la UCR-JR declaró
su apoyo a la cancidatura presidencial del Cnel. Perón.
El dos de febrero, el PCI, la
UCR-JC y el PLA se unieron, para conformar el frente nacional socialista,
que tomó el nombre de La Junta Nacional de Coordinación Política (JNCP),
liderada por el Dr. Bramuglia, que declaró su apoyo a la fórmula
presidencial Perón–Quijano, que venció
en las elecciones del veinticuatro de febrero, imponiéndose en trece de las
catorce provincias argentinas (13),
con el cincuenta y seis por ciento de los votos (56%). Right?
La primera línea del naciente peronismo
quedó conformada por el presidente Perón, por el vicepresidente Quijano, por el
presidente de la cámara de diputados de la nación (Cámpora) y por el gobernador
de la provincia de Buenos Aires (Mercante).
Un año más tarde, los tres partidos (conservador
independiente, radical renovador y laborista), integrantes de la JCAP,
desidieron la fusión, cambiando el nombre de la JCAP, por el nuevo de El
Partido Peronista (PP), liderado por su primer secretario general del
consejo superior, es decir, el senador nacional por la capital federal, Clte.
ARA ® Dr. Alberto Tessaire (54).
De esa manera, del gobierno militar nazi
instaurado en 1943, surgió un moviento auténticamente popular, también nazi,
pero triunfador por la vía electoral (léase: el nazismo democrático = el
laborismo).
La Nueva Argentina Peronista implicaba la
alianza estratégica de las fuerzas armadas de la nación, con la iglesia
católica apostólica romana argentina, con el pequeño y mediano empresariado
nacional y con el movimiento obrero organizado. ¿Para qué?
Para la construcción de un movimiento nacional y
popular, capaz de concretar los objetivos geopolíticos de la independencia
económica, de la justicia social, de la soberanía política, de la integración
latinoamericana y la tercera posición internacional, equidistante del comunismo
soviético y del capitalismo estadounidense, en el marco de La Guerra Fría
(1946-1991). [4]
Comparado con el modelo anterior, de la próspera
colonia agroexportadora británica, La Nueva Argentina Peronista significó un
corrimiento general del espectro político vernáculo hacia la izquierda,
y por eso digo que el nazismo indiano (léase: el justicialismo), en esencia, no
es otra cosa que el frente nazi de izquierda, y nada más, claro está. [5]
Actualmente, los objetivos del justicalismo son
exactamente los mismos que hace casi setenta años (70), y lo único que han cambiendo son dos
cosas (2). La primera, que ya
no hay más guerra fría, sino que el mundo entero (orbis) vive inmerso en La
Segunda Guerra Fría (2001-2014).
Y la segunda, es que en ese contexto de
la segunda guerra fría, el tercerismo justicialista, ya no se traduce en la
equidistancia entre el comunismo soviético y el capitalismo estadounidense,
sino más bien, en la equidistancia entre la globalización unipolarista,
representada por los EEUU y sus aliados (Gran Bretaña, Israel y Corea del Sur),
versus la antiglobalización multipolarista, representada por los
cuatro oponentes extrahemisféricos de Washingon (4), como son China, Rusia, Arabia Saudita, Francia y sus bloques
(ASEAN, CEI, OPEP y UE).
En ese contexto, los interlocutores válidos de
Pekín, de Moscú, de Riad y de París en América Latina son, en mi opinión, sin
duda ninguna, El Brasil y, en menor medida, La Argentina Nazi, y a su través, Haití,
Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Y digo nazi porque estoy refiriéndome al
socialismo nacional (léase: el nacional socialismo), que tiene una versión
totalitaria de derecha (léase: el hitlerismo) y otra versión democrática de
izquierda (léase: el grünismo). Y si no es cierto, vuelvo a sugerir la lectura
de El Cisne Negro (Editorial 28), y el que no quiera entender que no entienda. Total
…
En opinión, que no tiene por qué ser compartida,
pero que me gustaría que fuera respetada, porque creo que está suficientemente
bien fundada, el nazismo indiano argentino (léase: el justicialismo), continuará
siendo en el siglo veintiuno, que es el primero del tercer milenio de la era
cristiana, la gran fuerza trasnformadora de La Argentina, porque nunca
perdió de vista ni la realidad mundial con sus condicionamientos, ni la realidad
nacional con sus condicioamientos, y cuando tuvo que estatizar, estatizó, y
cuando tuvo que privatizar, privatizó, y cuando tuvo que generar progreso y
repartir la abundancia, lo hizo, y cuando tuvo que planificar el ajuste y
repartir las cargas y los sacrificios, también lo hizo, con la comprensión de
la gran mayoría del pueblo argentino. ¿Verdad?
Todos lo saben, y por eso no tienen demasiada
dificultad en reconocer a dónde está el verdadero socialismo nacional argentino
(léase: nazismo indiano = el justicialismo), en cada momento histórico, opere
bajo el nombre ocasional que opere, y por eso, el justicialismo es raro que
vaya a perder las elecciones.
Hoy estamos viendo el enfrentamiento entre el
centro justicialista (léase: el peronismo = el duhaldismo = el moyanismo) y
la izquierda justicialista (léase: el evitismo = el camporismo = el
kirchnerismo = el cristinismo), y seguiremos viéndolo en lo que resta del año y
en 2013, cuando se sabrá cuál de los dos justicialismos predomina, o si se
vuelve a hacer fuerte el justicialismo de derecha (léase: el menemismo), bajo
el nombre que se le quiera poner, pero será lo mismo, puesto no interesa el
nombre, sino los objetivos, interpretados y armonizados de acuerdo con la
verdad, que es la única realidad, y nada más, claro está.
Por eso yo digo que el mundo, la región y
el país están viviendo la segunda guerra fría, que ahora la llaman con el
nombre de el choque de las civilizaciones, pero en el fondo es
exactamente lo mismo, pues el nombre no interesa, sino la escencia de la
idea que anima el conflicto, entre el pensamiento único (léase: la
globalización unipolarista) y el nazismo alternativo (léase: la
antiglobalización multipolarista).
Y si me dijeran que estoy muy equivocado,
respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría
de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
FDC es la sigla de fasci di combatimenti, que era el servicio de inteligencia,
de seguridad y de operaciones paramilitares (léase: la milicia) de El Partido
Fascista Italiano (PFI). Y C-3 es el escalafón de los agentes secretos de casi
todos los servicios de inteligencia del mundo entero (orbis). En el momento del
reclutamiento, le es impuesto al nuevo agente un nombre y apellido supuestos,
que lleva sus iniciales, como así también, un nombre de guerra para casos de
emergencia, por interferencia en la comunicaciones, naturalmente secretas,
obvio.
[4]
Esos objetivos geopolíticos son inequívocamente nazis. Véase en tal sentido El Cisne Negro (Editorial 28).
[5]
Véase El Cisne Negro (Editoriales 401 y 402).
No hay comentarios:
Publicar un comentario