martes, 2 de julio de 2013

625 Geopolítica (Mundial)


Año II – Primera Edición – Editorial: 000000625 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 2 de Julio de 2.013.





La Gran Tramoya
Por Rubén Vicente 

Te ruego que mires bien a los personajes retratados en la imagen que ilustra este artículo. Y después te digo que el miércoles de la semana pasada, el oro cerró a más de mil trescientos ochenta dólares la onza troy (1 OT = U$S 1,380,00), pero resulta que al día siguiente, que para los argentinos era el primero de cuatro del fin de semana largo, las bolsas de valores globales informaban que el oro cerraba a mil docientos ochenta dólares (1 OT = U$S 1.280,00), implicando una baja de cien dólares en un solo días (U$S 100,00), equivalentes a una estrepitosa caída del precio, de más del siete por ciento en un solo día (-7,2%/D). 

A mí me resulta más que obvio que los grandes bancos centrales del planeta, habían llegado, unos días antes, a un nuevo acuerdo espúreo, para hacer caer el precio de la única divisa aceptable en tiempos de guerra, pero a la fuerza (léase: de prepo = de guapo = manu militari). Right? 

Lo hacen de cuatro maneras (4). La primera es manejando esos programas cibernéticos de la era sinctotrónica, que son capaces de dibujar en el aire, nada más ni nada menos, que decenas de millones de operaciones por segundo, que en realidad, no existen, pero que cuentan, a la hora de que el mercado global vea cómo evoluciona la cotización del oro. Total, los únicos que los poseen son ellos, y por eso, esas operaciones quedan sujetas, exclusivamente, al autocontrol, y nada más, no sé si …  

La segunda es, justamente, basarse en esas operaciones espúreas, para inundar el mercado global de certificados de oro virtual, tipo los bitcoin, que en realidad, es oro que no existe, o que en el mejor de los casos, sólo existe en papel, que es completamente inconvertible en oro físico. Right? 

La tercera es dejar que El Consejo Mundial de Oro y otras ong´s similares sigan llenándose los bolsillos, con la triquiñuela de no hacer la distinción conceptual entre oro papel y oro físico, contabilizando todo junto, como si fuera lo mismo, cuando no es lo mismo. ¿Verdad? 

Y la cuarta, es pagarle muy bien a ciertos supuestos grandes gurúes de las finanzas y de la economía global, like Nouriel Roubini, para que cuasi legitimen la gran tramoya, saliendo a decir que está claro que el oro ha dejado de ser la moneda contante y sonante de otros tiempos, y que por eso, su valor descenderá a los mil dólares la onza troy este mismo año (1 OT = U$S 1.000,00). 

El resultado práctico es el pánico de los tenedores de oro físico, es decir, de los individuos, de las ong´s y de las pymes (léase: la gilada), que sale como rata por tirante a vender el metal amarillo al precio que sea, entregando esas monedas, esas planchetas, esos bloques y, en el mejor de los casos, esos lingotes; que son comprados por las casas de cambio y por los bancos privados, que también se los quieren sacar de encima lo más rápido posible, vendiéndoles el metálico a los bancos centrales de todos los paises del mundo entero (orbis), que se lo venden a los mismos grandes bancos centrales globales que organizan la gran tramoya, justamente, para comprar oro físico, pero cada vez más barato, mientras el resto queda con el papel inconvertible en la mano. Right? [3] 

Es increible el colaboracionismo de los supuestos expertos de las publicaciones supuestamente especializadas, como por ejemplo, preciooro.com, oroyfinanzas.com, expansión.com, etc., etc., que venden a lo pavote información electrónica que es absolutamente mendaz. 

Estos colaboracionistas pedorros, son los mismos que hace cuatro años atrás pronosticaban que el oro alcanzaría su record histórico universal en 2015, diciendo que para entonces, la onza troy costaría casi diez mil dólares (1 OT = U$S 10.000,00), y ahora no saben, no quieren o no pueden explicar porqué le han hecho perder tanto dinero a los que creyeron en ellos. 

Y no es la primera gran tramolla, sino la segunda en lo que va del año, y bajo esa comprensión, creo que no es descabellado suponer que habrá, por lo menos, una tercera, porque está más que claro que están cebados, y que no van a parar mientras los dejen seguir robandole a todos y a todas lo poco que tienen.    

Menos más que Roubini dijo que se venía la crisis mundial de 2008, dos años antes, pero que yo, que no soy nadie, llegué a la misma conclusión un año antes que él (2005), cuando las conclusiones de mi equipo de análisis prospectivo, de que a los EEUU se les venía la noche, causaron la hilaridad de los compradores de nuestros informes, que cuando apareció Roubini en escena (2006), se empezaron a callar la boquita, y cuando estalló la crisis, nos rogaban que les dijéramos cómo vendría la mano. 

Y le fuimos cantando lo que se fue cumpliendo religiosamente, y ahora confían en nosotros, no te digo que ciégamente, porque vos sabés lo que son los fenicios, pero confían, y eso es justamente, lo que nos hizo salvar el prestigio profesional de que por ahora gozamos, y ganarnos unos buenos pesos, pero comparándos con el promedio de los sueldos pedorros de este país, porque tampoco te creas la pavada de que a nosotros nos garpan lo mismo Roubini, ni recontra muchísimo menos, obvio. ¿Está? 

Y lo que te voy a decir, lo digo desde mi función de conductor de un grupo multidisciplinario de analistas prospectivos, pero también, desde mi pasión por la historia y por la geopolítica, y sobre todo (supra tutto), desde mi posición de tenedor de algunos krugger rands, que compré muchísimo antes de El Cepo de la Reina, obvio. 

Y lo que te digo es que, ni ebrio ni dormido voy a vender mis monedas de oro sudafricanas, porque esto de imprímir dólares a destajo, es una fiesta negra que va a terminar muy pero muy mal, y yo no quiero que cuando todo estalle en mil pedazos, y el oro físico vuele al cumulus limbus de los veinticinco mil dólares por onza, que yo creo que va a llegar a cotizar antes de que concluya 2014 (1OT = U$S 25.000,00), ponerme a llorar como un chiquito de jardín, perdido en el medio del fuerte apache, antes de cachar el bufoso y de meterme el caño en la boca, nada más por haber caído en la trampa de la gran tramolla, no sé si me explico. 

Digo, que digan lo que quieran, y que hagan cuanta manganeta se les ocurra, pero yo no pienso vender, ni en pedo (léase: a seguir cortando clavos con el culo, pero siempre con una sonrisa en los labios). ¿Verdad? 

Y a vos no te estoy dando consejos que no necesitas, y menos viniendo de un ilustre desconocido como yo, pero te ruego que no te dejes llevar por los espejismos con los que nos quieren destruir, porque estoy más que convencido que nos quieren convertir en las víctimas de la gran tramoya. ¿Sabés? 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.  

[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 
[3] El juves veintiocho de junio la cotización alcanzó los mil ciento noventa y seis dólares por onza troy (1 OT = U$S 1.196,00), cerrando la rueda, según los analistas, con tendencia a la baja.

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