El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 20 Julio de 2.013.
El Dueño del Pueblo XV
Por Rubén Vicente
El primero de enero de 1987,
los argentinos comenzamos a transitar esperanzados, pero a la vez,
intranquilos, el tercer año de la república recuperada, y a poco de
andar, llegó el domingo dieciocho de enero, en el que sobrevino El Levantamiento de Monte
Caseros, liderado en la provincia de Corrientes, por el Tte. Cnel. EA Dn.
Aldo Luis Rico (a) El Ñato (44), que es el coso de la foto que ilustra este
artículo.
La verdad, fue nuevamente una asombrosa
la reacción popular, que rodeó los cuarteles, mientras los medios masivos de
comunicación social y los partidos políticos, como un solo hombre,
condenaron el intento de golpe de estado, que concluyó rápidamente, sin que se
haya disparado ni un solo tiro, señalando el momento de la derrota política
casi definitiva de el partido militar; haciéndole concluir a Alfonsín
que la república recuperada era algo así como la tercera república,
superadora de la primera que construyó la organización nacional (1853-1916), y de la segunda, que
fue La Nueva Argentina de Yrigoyen y Perón (1916-1983).
Las fuerzas armadas quedaron
intactas en todo, menos en su condición de ser la reserva moral de la nación, y
de ser el principal factor de poder político nacional. Sin embargo, el
periodismo de investigación, informó a la ciudadanía que el plan satelital argentino,
que ya tenía una antigüedad de ocho años (8), en realidad, tenía el objetivo secreto de que nuestra nación
tuviera misiles de mediano alcance (1.600
Kms.), capaces de portar ovijas nucleares, y por supuesto, de alcanzar
Perú, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay, el sur del Brasil, y la colonia
británica de las Falkland’s (léase: Las Malvinas), estallando entonces El Escándalo del Condor II.
La centro izquierda
oficialista, y la oposición de izquierda, se manejaron excelentemente bien en
el parlamento, porque lograron su objetivo de convencer a este noble pueblo de
historia guerrera, de que La Argentina es una nación con deliberada vocación de
paz (¿¿¿???).
Y eso le permitió al presidente
Alfonsín, avanzar un paso más, ordenando dejar al proyecto misilístico casi sin
partida presupuestaria y políticamente congelado, extendiendo esa censura al
programa nuclear, aunque hasta las naciones unidas reconocieran públicamente su
continuidad y coherencia, en el sentido de sus fines pacíficos, decretando su
lisa, llana e imprudente lentificación (sic).
Desde entonces, el área
material córdoba de la fuerza aérea argentina, y la comisión nacional de
energía atómica, se convirtieron en dos cementerios de la burocracia
científica y tecnológica vernácula, tanto civil como militar, y eso también se
lo debemos a La Administración Alfonsín. Right?
Sin embargo, a Raúl Alfonsín
eso lo tenía relativamente sin cuidado, porque lo que a él le interesaba en ese
momento, era que La Argentina llegó a un acuerdo con el FMI, cuya virtud, quedó
completamente refinanciado el pago de los servicios financieros de la
deuda pública exterior de la nación.
Entonces, teníamos moneda
relativamente sana y fuerte, más reforma financiera, más deuda externa
refinanciada, más la reforma del estado, más un plan energético, más un plan
telefónico, más un plan aeronaútico comercial. Era la reactivación económica real,
pero al costo de que la carestía anualizada fuera del treinta y tres por
ciento (+33%).
Desde entonces, en los hechos
(in fact), La Argentina dejó de liderar el club de los deudores
latinoamericanos, y el mismo dejó de apoyar la reinvindicación de la soberanía
argentina sobre las islas malvinas; comenzando una nueva etapa de nuestras
relaciones exteriores, obviamente, más realista y menos idealista, claro
estaba.
Pero, en la madrugada del lunes
veintinueve de junio, un grupo de desconocidos (léase: los nn´s), ingresó al
cementerio del barrio porteño de La Chacarita, taladró la bóveda, y se robó,
nada más ni nada menos, que Las Manos de Perón.
Supuestamente, era para usar
las huellas digitales, en la identificación de la cuenta bancaria suiza, de la
que fueron sustraídos, nada más ni nada menos, que ocho millones de dólares
(8 MD´s).
El sistema nacional de
inteligencia, paramilitar, militar y gubernamental, no pudo, no supo o no quiso
hacer absolutamente nada para esclarecer el hecho, dejando a la justicia, no
sólo con las manos vacías, sino también, al pueblo peronista con la primera
razón para volver a odiar al radicalismo de la república recuperada, igual
que como lo había hecho en la tercera guerra civil argentina (1955-1983). ¿Me explico?
Y así concluyó el año 1987, con
la novedad periodística de que, a pesar de que el jefe del estado, convivía
desde hacía varios años con su secretaria privada (Margarita Ronco – 40), tenía
una amante en la capital federal, vinculada al mundo de los telediarios (Mónica
Gutierrez – 33). Si, pero lo que no se decía, era que, además, el presidente
Alfonsín, tenía otra amante en el interior del país (Elisa Carrió – 32). ¡Ah,
piyín, piyín! ¡Grande Raúl! ¡No te mueras nunca fiera!
Posdata. Al segundo campeonato
mundial de futbol, que habíamos ganado en México el año anterior (1986), en 1987, le sumamos, nada más ni
nada menos, que El Oskar, con el que Hollywood premió la película de Luis
Puenzo (La Historia Oficial), protagonizada por Norma Aleandro; dejando claro
que la república recuperada también podía obtener lauros internacionales, en
los deportes y en las artes, aunque todavía ni pudiera soñar con volver a tener
los premios nobeles en ciencias duras, como fue en la década del treinta, con
Bernardo Houssay, o a finales de la década del sesenta, con Luis Federico
Leloir.
Y si me dijeran que estoy muy
equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre
expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente
documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la
República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete
Grandes Sabios de Grecia (Solón) El
Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
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