lunes, 29 de julio de 2013

651 Geopolítica (Mundial)


Año II – Primera Edición – Editorial: 0000651 [1]

 

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 29 de Julio de 2.013.


 

Y Andá a Cantarle a Francisco
Por Rubén Vicente 

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Varón y hembra los creó, dicen los santos evangelios, y tanto Nuestro Señor Jesucristo como su santa iglesia católica apostólica romana condenaron siempre, tanto la homosexualidad como los desvíos de la fe, es decir, las hejerías, que si son sexuales, se convierten en casos de adoración del diablo, es decir, de la apostasía. 

En ese contexto, sólo los varones probadamente heterosexuales y sólo las mujeres probadamente heterosexuales, están en aptitud de contraer matrimonio católico, sea ordoxo griego o ruso, o bien, apostólico romano.  

Asimismo, sólo los varones probadamente heterosexuales pueden ejercer el ministerio de la fe católica, es decir, el sacerdocio, mientras que sólo las mujeres probadamente heterosexuales pueden formular los tres votos sagrados, de la castidad, de la probreza y de la obediencia, convirtiéndose entonces en las esposas de Cristo, es decir, en las monjas. 

Por excepción, los varones probadamente heterosexuales pueden formular esos tres votos sagrados, convirtiéndose entonces en los siervos de Cristo, es decir, en los monjes. Y sólo por excepción, dentro del catolicismo, están los sacerdotes casados, pero eso mejor, lo dejamos para otro momento, y sólo te pido que retengas en tu cabeza que son excepciones, que no confirman la regla. ¡Si! 

Sin embargo, hace unos quince años atrás, la iglesia anglicana tomó la decisión trascendental de considerar la homosexualidad, tanto másculina como la femenina, no como una enfermendad del alma desquiciada por el mal, sino más bien, como una simple, espontánea y no compulsiva elección del objeto del deseo carnal. 

Y sobre esa base, los anglicanos aceptan que las mujeres ejerzan el sacerdocio, criterio que fue imitado por los bautistas estadounidenses. Pero hasta ahí llegaron, y no fueron más allá. 

Ah, me ovidaba, que ese mismo año, Benedicto XVI aceptó la conversión a nuestra religión, de varios sacerdotes anglicanos. 

Pero en el mes de mayo de 2009, la parroquia de Aberdeen, de la iglesia cristiana de la nación escocesa, es decir, de la iglesia presbiteriana, por trescientos veintiseis votos a favor (326) contra doscientos sesenta y siete votos en contra (267), tomó la decisión de ordenar sacerdote al Dr. Scott Rennie (36), aunque el mismo fuera públicamente homosexual, a punto tal que tenía un novio, con el que acababa de formar una unión civil (léase: el matrimonio igualitario = el casamiento gay), de que les dijeron a sus amigos que pensaban adoptar varios bebés, de ambos sexos, para formar una familia, como Dios manda (sic). 

El asunto de El Padre Rennie fue expuesto en 2011 en un sínodo espiscopal presbiteriano, que tomó la decisión de ordenar la formación de una comisión de teólogos destinada a formular, con la mayor claridad posible, tanto las opiniones a favor como en contra de que los homosexuales, de ambos sexos, puedan ser ordenados sacerdotes presbiteanos, aunque sean gay, e incluso, ser nombrados canónicos, capellanes, presbíteros, obispos, arzobispos y cardenales, incluso, la dignidad de el cardenal primado, o de la cardenal primada, obvio. 

En base a ese informe teológico, publicado en 2012, acaba de celebrarse El Sínodo de Edimburgo, en cuyo contexto, los cardenales presbiterianos escoceses resolvieron que, en el mes de mayo de 2014, la asamblea general de obispos de la iglesia presbiteriana escocesa, tratará el proyecto de norma canónica, que regula la institución del sacerdocio homosexual, tanto masculino como femenino. 

En otras palabras, si sos varón o mujer, pero sos gay, no sólo te podés casar por civil y adoptar chicos, o alquilar semen o vientres, sino que además, podés ser ordenado sacerdote o sacerdotiza, y ascender en la jerarquía, hasta la dignidad de cardenal primado, o de cardenala primada, para decirlo en clave cristinista. 

A la luz de nuestra fe católica, sea griega, rusa y romana, la verdad es que eso del sacerdocio de las mujeres, ya sonaba feito, pero esto del sacerdocio gay de los presbiterianos escoceses, sinceramente, nos hace muchísimo ruido. 

Sobre todo a mi, que juro por Dios, por La Virgen María, y por la memoria de mis padres, que no me olvido de lo que me dijo mi amigo ex seminarista, que dejó por ser gay, que fue que una vez, en El Seminario de Villa Devoto, se les apareció un domingo a la tarde, su eminencia reverendísima, el señor arzobispo de la arquidiócesis de Buenos Aires, y cardenal primado de la iglesia católica apostólica romana de la nación argentina, Msr. Dr. Dn. Jorge Bergoglio (a) El Profesor Carucha (77), que entre mate y mate, mientras escuchaba el partido de San Lorenzo, con la mirada pícara que esconde, y con la voz dulce que pone cuando te va a bajar línea, les dijo a él y a sus compañeros, mirándolos fijo a los ojos, y como quien no quiere la cosa, que:
 

“Muchachos… Acá en la iglesia, la cosa es muy simple. Si sos sacerdote, no podés ser puto, y si sos puto, no podés ser sacerdote” (sic).  

No sé si se entendió lo que opina El Papa Francisco del sacerdocio gay de los presbiterianos escoceses, ja ja já. 

Y no es que me ría de los putos o de las lesbi. Es que sólo digo que el sacerdocio gay en la iglesia católica apostólica romana, never in the puta life. Y si no se entendió, entonces aprovechá, y andá a cantarle a Francisco. ¿Capito? 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 

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