El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 30 de Noviembre de 2.012.
La Revolución Libertadora III
Por Rubén Vicente
Lo
primero que hizo al asumir la presidencia de facto de la nación el Agte. CIA
C-3 Dr. Dn. Pedro Eugenio Aramburu (a) Paul Ashton (a) San Pablo (a) Pedrito (52),
fue intervenir la Confederación General del Trabajo (CGT) y demoler a cañonazo
limpio la sede de La Alianza Libertadora Nacionalista (ALN), que era la que le
podía proveer armentos, municiones y explosivos a los eventuales comandos
sindicales que se podían armar, para resistirse a los cambios que quería hacer
el gobierno militar de La Revolución Libertadora.
Ordenes
de Washington son órdenes de Washington, obvio, pero ya era tarde para concluir
con la estrategia de Lonardi de ni vencedores ni vencidos, porque se habían
perdido dos meses vitales (2),
y ya estaban dadas las condiciones necesarias para el estallido de la
tercera guerra civil argentina (1955-1983), mediante el primer movimiento
paramilitar, que fue la entrada en operaciones de La Resistencia Peronista
(RP).
Empezaron
con una bomba molotov en Gath & Chavez, pero a finales de noviembre de
1955, ya colocaban ductos de agua, cortados y tapados en ambos extremos,
rellenados con clavos miguelitos y con explosivos plásticos (léase: el trotyl),
que destrozaban todo a veinte metros de distancia (20), y que recibieron el ocurrente nombre de los ñocas, jé.
Te
la resumo. En los siguientes dos años y medio (1955-1958), estallaron dos
mil quinientos ñocas de la RP (2.500),
pero en absolutamente todo el país, desde La Quiaca hasta Ushuaia, a razón de
casi ochenta y cinco por mes (85/M),
el principal de los cuales fue el de La Usina de Dock Sud, que causó una crisis
energética en la capital federal y en el conurbano bonarense.
Aramburu
suspendió las actividades gremiales (laborales y empresariales), estudiantiles
universitarias y de los partidos políticos. Pasó a retiro a todos los que se
sabía o se sospechaba que podían ser o haber sido de El GOU.
Canceló
los programas misilísticos y nucleares. Prohibió la palabra Perón y se apropió
del cadaver de Evita. Ordenó la eliminación física de Perón, en donde se lo
hallare. Hizo despedir sin indemnización a todo trabajador que oliera a
peronismo, incluyendo maestros y profesores.
La
lectura obligatoria de La Razón de Mi Vida, fue reemplazada por la enseñanza
obligatoria del idioma inglés. Anuló las leyes de divorcio vincular y volvió a
prohibir los prostíbulos. Y decretó la insanable nulidad de la reforma
constitucional peronista, que había separado definitivamente a la iglesia del
estado, como así también, había nacionalizado los recursos naturales y había
consagrado los derechos sociales.
En
síntesis, el nazismo indiano de Perón (léase: el justicialismo), sería
borrado de la faz de la tierra, pero a plumazo limpio y con el plagio, la
tortura, el asesinato por causas políticas y la inhumación sin identificación
del cadaver o del lugar de su sepulcro (léase: la desaparición forzada de
personas), que era un crimen internacionalmente tipificado como los
delitos de lesa humanidad, según las convenciones ginebrinas que regulaban
el derecho de la guerra.
Esto
implicaba muchísimo más que la picana del peronismo, porque el aramburismo
superó todos los records en materia de violación sistemática de los derechos humanos, del estado de derecho y
de la democracia constitucional, convirtiendo a la revolución libertadora en una
sangrienta dictadura militar (léase: la fusiladora).
Y
todo con el apoyo irrestricto del eje anglo-americano, de la oligarquía
vernácula agroexportadora, y de la parte cipaya blanca del medio pelo
radical (léase: el imperialismo capitalista).
Los
libertadores echaron a Perón porque decían que él era El Hitler Argentino, pero
la verdad, es que Perón, al lado de Aramburu, era un nene de pecho, y
Paul Ashton se ganó el odio eterno de los negros de interior y de las
villas miserias del del área metropolitana, que eran todos peronistas de alma,
pero también, de la parte sana del medio pelo blanco radical
intransigente, que se separó del tronco gorila, y maniobró para volver las
cosas a su cauce racional.
Por
excepción, Aramburu le encomendó a Rojas que reuniera a los líderes de todos
los partidos políticos, menos al peronismo, para conformar la unión demócratica
mini (léase: el consejo consultivo), con la idea de comenzar a conversar
sobre la reforma constitucional libertadora (léase: anti peronista).
El
resultado fue La Reforma Constitucional de 1957 que, básicamente, era la carta
magna de 1853, pero con el aditamento de El Artículo Catorce Bis, que reconsagraba
los derechos sociales, pero convirtiendo la mística peronista del
movimiento obrero organizado, en un triste revoltijo de sindicalistas vendidos,
que aceptaron la ignominia de volver al anarquismo, al socialismo y al
comunismo, disolventes, de la década infame.
Ese
fue el legado del imperialismo capitalista de la revolución libertadora de
Aramburu y Rojas. Un pueblo sumido en la guerra civil, dividido en todos los
frentes, entre los peronistas y los antiperonistas, dispuestos a todo, pero a
todo, antes que dejar que el enemigo alcanzara la victoria. Pero además, una
nación, que en sólo treinta meses (30),
había dejado de ser la tercera potencia mundial, para entrar en una
pronunciada declinación que, más rápido que volando, se transformaría en
una lastimosa decadencia. [3]
Por
eso, cuando a mi me dicen que el peronismo es el peor de todos los males de la
república, yo me quedo preguntándome, si el día que enseñaron historia y
gepolítica, universal … (5.000 a.C. a 2012 d.C.), latinoamericana … (1492-2012)
y argentina … (1806-2012), ellos faltaron a la escuela, al colegio o a
la facultad, porque esta visto que no hay más ciego que aquel que yo quiere
ver.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es la
alegoría de un hecho que es teóricamente posible, pero que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería catastrófico.
[3]
Con todo respeto, yo pido a todos los amantes de la historia universal,
latinoamericana y argentina, como así tambien, de la geopolítica, que se
pregunten, con la mano en el corazón y teniendo mucha memoria y objetividad,
qué país del mundo entero (orbis), era más avanzado, exactamente, en 1950, que La
Agentina, sabiendo que, fuera de los EEUU y de La Unión Soviética,
absolutamente nadie nos
superaba, en materia económica .., social …, cultural …, institucional …, diplomática
… y militar ….; incluyendo en la lista de los superados, a Gran Bretaña, a
Francia, a Alemania Occidental y al Japón, destruídos por La Segunda
Guerra Mundial (1939-1945), y reconvertidos en neocolonias estadounidenses, gracias a El Plan Marshall, a
las bombas atómicas y a los misiles intercontienentales norteamericanos,
cuya alta tecnología militar, no fue transferida a los aliados de la
OTAN, sino hasta El Programa Atómos Para La Paz (1958), que implicó la
trasnferencia de tecnología exclusivamente cautiva,
pero sólo de favor de Gran Bretaña, y no de los demás aliados capitalistas europeos. Conste.