El Cisne
Negro [2]
El
Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado
30 de Marzo de 2.013.
Peor Que La Enfermedad
Por Rubén Vicente
Raúl Salinas es un
amigo mío de Facebook, que es obviamente kirchnerista. El domingo dieciete de
marzo, él subió a su muro un artículo periodístico vinculado con la primera
mujer que forma parte del grupo de elite de La Prefectura Naval Argentina (léase:
Los Albatros). Lo leí y me gustó, pero me interesé por otro artículo
relacionado, escrito por Mariana Carbajal, titulado con el nombre de El
Acoso Sexual de Uniforme.
Antes que nada,
quiero decir que, con todos sus errores y sus horrores, la obra de gobierno del
kirchnerismo, en términos de democratización de las fuerzas armadas y de
seguridad, me parece básicamente po-si-ti-va. Right?
Y me gusta que esa
política de estado kirchnerista implique respetar y hacer respetar la dignidad
humana de la mujer que profesa la vocación por el servicio público en las
fuerzas de seguridad.
Creo que está
bueno que todos nos enteremos de que se están haciendo encuestas entre el
personal de las fuerzas de seguridad de ambos sexos, que sean anónimas, y en
las que sean preguntados acerca de si sufrieron alguna clase de violencia
sexual.
Dice la periodista
que el informe fue publicado por el ministerio de seguridad de la nación (Nilda
Garré) y digo yo que del mismo surge que, en promedio, el doce coma dos
por ciento del personal femenino ha padecido alguna clase de violencia sexual
no especificada (12,2%).
De ese total, la
periodista aclara que el ochenta y ocho coma cinco por ciento de las
agresiones (88,5%), “… van
desde insunuaciones verbales o físícas …” (sic).
Y
ahí me paro, en las insinuaciones verbales, porque
después sigue con casos supuestamente más graves, como los masoneos o,
directamente, las violaciones.
Y finaliza
diciendo que lo más grave es que, de la totalidad de las agredidas, sólo
formularon la denuncia el ocho por ciento (8%), haciendo hincapié en El Caso Federman, que antes se
calificaba como conducta impropia de un jefe, y que ahora es falta grave, pasible
de exhoneración, y de remisión del sumario administrativo a la justicia
ordinaria, bajo el cargo criminal de abuso sexual.
Y vuelvo a lo que
me interesa, que es que el 88,5% “… van desde insinuaciones verbales o
físicas …” (sic).
A ver. Si enviarle
mensajes de texto a una subordinada, durante cinco años (5), es falta grave, yo me pregunto qué
serán las insinuaciones verbales, y qué serán las insinuaciones físicas,
que las ponen juntas en una misma categoría que, evidentemente, no son
demostrables, o son dificilmente demostrables.
El tema de las
insinuaciones verbales en la esfera
laboral me interesa, porque yo fui sumariante en Gas del Estado, y me tocó un
caso de acoso sexual en Mendoza, donde tres empleadas de la sucursal,
denunciaron al médico laboral, que les hacía tactos vaginales que duraban
nunca menos de diez minutos (sic), no sé si …
Las tres prestaron
declaración ante personal femenino bajo mi dependencia, y obviamente, el médico
fue echado de la empresa, y pasadas las actuaciones sumariales a la justicia
criminal y correccional federal mendocina, bajo el cargo de abuso deshonesto,
que es como se llamaba en aquel entonces el delito, porque en sede
administrativa, el principio no escrito es al revés que en sede judicial,
porque el agente sumariado es cul-pa-ble, hasta que él demuestre lo
contario (léase: la inversión de la carga de la prueba).
Meses más tarde,
nos enteramos de que el médico había sido sobreseido, por insuficiencia
de pruebas, siendo contrariamente procesadas las denunciantes, bajo los cargos criminales de falsa
denuncia, en concurso real con injurias, calumnias y difamación. Right?
¿Y saben qué? Gas
del Estado Sociedad del Estado lo tubo que indemnizar, y tuvimos que
reintegrarlo a su puesto de trabajo, y ya reinvindicado su honor, el médico
renunció a la empresa, y nunca más supimos de él. ¡Ah, mirá vos¡
Y si, porque el
juzgado reunió una serie de indicios graves, precisos y concordantes (léase: la
presunción de culpabilidad = la semi plena prueba de responsabilidad criminal),
de que una de las denunciantes, había sido la amante del médico
denunciado desde hacía siete años (7), que fue denunciado por despecho, porque no quería
separse de su mujer ni abandonar a sus hijos, para irse a vivir con ella.
Y las otras dos
compañeras y amigas de la susodicha, sencillamente, la ayudaron a vengarse de ese hombre malo, que a
ellas dos, jamás las trató por otra cosa que no fuera un resfrío o una gripe. ¡Qué
tres turras, por favor¡
Digo, las
estadísticas están muy lindas, y la intención de democratizar las fuezas de
seguridad de la nación está buena, pero no perdamos el sentido común, que es el
menos común de todos los sentidos, y cerciorémonos de que estamos haciendo las
cosas bien. No sea cosa que el remedio sea peor
que la enfermedad.
Y si me dijeran
que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre
expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente
documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la
República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete
Grandes Sabios de Grecia (Solón) El
Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
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