El
Cisne Negro [2]
El
Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 12 de Marzo de 2.013.
Victoria Figge
La Verdad de la
Milanesa V
Por Rubén Vicente
Rudyar
Kiplin habló de todo esto con un estilo magistral, llamándolo con el nombre
inmortal de el gran juego.
Y
si, porque está más que claro que el lavado de dinero es la herramienta que ha
posibilitado que las grandes potencias sean lo que son, y que a la vez, los
paises pobres jamás lleguen a serlo, no se sí …
Pero
la verdad, es que los musulmanes no son ningunos giles, porque aceptaron Las
Cuarenta Recomendaciones del Gafi (léase: Las
R-40), pero demostraron que Alá Es Grande (léase: Allah Akbar).
Algunos
clérigos (léase: los muftíes) del islam de la tradición (léase: la sunna
= el sunismo = los sunitas), que tenían sus mezquitas en Europa y en América
del Norte, es decir, en El Occidente Cristiano, empezaron a hacer lo mismo que
los curas católicos (léase: el óbolo = la limosna eclesiástica = el divino
mangazo).
Los
feligreses sunitas empezaron a poner plata blanca, para financiar los gastos de
mantenimiento de los templos. Y atrás de ellos, los magnates musulmanes del
occidente empezaron a hacer donaciones millonarias, teniendo los muftíes que
terminar abriendo cuentas bancarias, que daban intereses, obvio.
Tanta
plata blanca empezaron a acumular, que las mezquitas de los paises mulsumanes
del cercano oriente empezaron a parecer covachas al lado de las del occidente.
Por eso, desde la tercera etapa de la guerra fría (1975-1991), las mezquitas
del occidente empezaron a hacerle donaciones a las del oriente (léase: las
bancaban desde afuera), sólo con los intereses.
Pero
también estaban los clérigos (léase: los moullah) del islam de la sangre
sagrada del profeta (léase: la shia = los shiitas), básicamente de
Afganistán, de Irán, de Kuwait y del norte de Siria y de El Líbano, a cuyos
templos (léase: las husseinias), nadie les aportaba un mango, ni disfrazado de
oso carolina, ni del cercano oriente, ni de ningún lado.
Por
eso, los moullah shiitas de Irán se chivaron mal, y decretaron que los fieles
que no abonaran el impuesto islámico (léase: la jawala), directamente,
se irían al infierno, y no habría Cristo que los salve, obvio.
Así
que, si el tipo quería ser un buen shiita, tenía que ponerse con el impuesto
islámico (léase: la jawala), que se empezó a cobrar en todo el mundo (orbis),
convirtiendo a la ciudad sagrada persa (léase: Quom) en la sede planetaria de
La Afip musulmana.
Y
las tortas de guita blanca que se formaban eran infernales, hasta que unos
profesores de teología pakistaníes de la Universidad de Peshawar (léase: la
universidad roja de los shiitas), se preguntaron por qué no empezamos a
financiar la guerra santa musulmana contra el occidente cristiano
(léase: la jihad), justamente, con la guita blanca de la jawala, que no puede ser
controlada por El Gafi, ni por absolutamente nadie, porque es guita blanca
blanquísima. ¿O no?
Entonces,
empezaron a lavar dinero, pero con
guita blanca, que por ser blanca, quedaba fuera de los controles del
Gafi, inventando la genialidad de el financiamiento del terrorismo. ¡Ma-ra-vi-llo-so!¡El
ingenio musulmán no descanza nunca!
Las
fases son exactamente las mismas que las de una operación de lavado
(léase: la inserción, la decantación y la integración); sólo que una operación
de lavado tiene por objetivo ocultar el origen espúreo del dinero sucio,
mientras que, una operación de finaciamiento del terrorismo, tiene por objetivo
ocultar el destino clandestino
de una guita que es inicialmente blanca, convirtiéndola en guita negra, pero sólo
después de que la misma haya salido del circuito financiero legal. Right?
Si
yo fuera vos, leería el párrafo anterior varias veces, hasta que se me meta en
la cabeza la diferencia entre lavar dinero y financiar el terrorismo que, evidentemente,
no es lo
mismo, no por asomo.
Te
explico. Los clérigos musulmanes shiitas del occidente recaudan la jawala, y la
depositan en sus cuentas de los bancos europeos y nortamericanos, y así, entran la guita blanca al circuito blanco (la
inserción).
De
ahí, vía trasferencias electrónicas de fondos (léase: las tef´s), la guita
blanca va a parar a cuentas abiertas en bancos que operan en los paraisos
financieros (like Bahamas, Suiza,
etc.), y ya decantada, la guita se vuelve más blanca que la nieve, pero
dejar de tener dueño conocido.
Y
de ahí va a parar a las cuentas de ciertos magnates shiitas del cercano
oriente, que hacen donaciones de guita blanca a ciertos ex pobres
alumnos de la Universidad de Peshawar, que por supuesto, son discípulos de sus
antiguos profesores de teología islámica (léase: la integración).
Listo.
Hasta ahí, el lavado de guita blanca. Pero después, bajo las órdenes de esos
profesores de teología, los ex alumnos pobres de la Universidad de Peshawar (léase:
los becarios), practican micro retiros de guita blanca de los bancos del
norte de Pakistán, figurando que cobran el subsidio estudiantil.
Supuestamente,
emplearán los subsidios en la compra de textos de la religión musulmana, o en
la compra de electrónicos para estudio. Y ahí se acabo el circuito financiero,
con toda la jawala en Peshawar, figurando como guita ultra blanca, y retirada
de los bancos (lease: cero control).
Y desde ese momento, misterio…
La
guita blanca sigue siendo supuestamente blanca, pero la verdad, es que termina
reuniéndose en no se sabe dónde, para formar el capital de giro de los
compradores de los armamentos chinos y rusos, que usan los guerrilleros
islámicos (léase: los muhaidines), que son los estudiantes coránicos de
Afganistán, de la provincia pakistaní de Chachemira Occidental y de la
provincia indostaní de Chachemira Oriental (léase: los talibanes).
Así,
por culpa de la jawala, estamos hablando del financiamiento del terrorismo, que
es el causante, justamente, de la guerra mundial contra el terrorismo (léase:
la octava cruzada = el choque de las civilizaciones = la segunda guerra fría = 2001-2014).
Por
eso, desde La Operación ´Libertad para
Irak´ (2003), El Gafi empezó a romperle las pelotas a todo el mundo con que
dictaran leyes contra el financiamiento del terrorismo, en base a La Nueve Recomendaciones (léase:
Las R-9), elaboradas, nada más ni
nada menos, que por La CIA, y al carajo con los bancos capitalistas
occidentales, que se ve que no entienden lo que es la seguridad nacional de la
hiperpotencia global (léase: el gran hermano).
Por
eso, El Gafi es la policía financiera globa,l especializada en la lucha contra
el lavado de dinero y contra el
financiamiento del terrorismo, es decir, contra todo intento de
debilitar la capacidad de El G-7 de mantener incólume el privilegio de ejercer el
monopolio de esos dos negocios gigantezcos, de los que depende la
prosperidad del primer mundo, obviamente, bajo lema de yo si, pero vos no. Right? [3]
Y
para terminar, te voy a contar cómo hacen paises pedorros para zafar del juego
diabólico de las grandes potencias.
Panamá
era considerado una cueva de piratas, hasta que en 1995, el nuevo presidente de
la república bananera (Ernesto Valladares (a) El Toro), que supuestamente era
más pro yankie que el hot dog con pepinillos, se pudrió de que su pobre país no
fuera lo que debía ser, es decir, algo así como La Suiza de América Latina, y que tanto joder con los
malditos johnnies.
Logró
que el parlamento pañameno aprobara un proyecto de ley anti lavado que era
auténticamente dra-co-nia-na, porque no se iba a salvar nadie, pero nadie.
¿Me
oís?
Cuatro
años más tarde (1999), cuando los EEUU le restituyeron El Canal de Panamá, y
concluía el mandato del presidente Valladares, ante quinientas personas de los
cinco contientes que entendían del tema, la presidente de la unidad de inteligencia
financiera panameña (Victoria Figge, mirá la foto), declaró:
“Gracias
al sistema anti lavado del presidente Valladeres, las estadísticas criminales
han registrado una evolución tan absolutamente favorable, que el Gafi acaba de
sacar a Panamá de la lista negra de los paises no cooperantes, para
posicionarla, no en la lista gris de los paises dudosamente cooperantes, sino
en la lista blanca de los paises que están comprometidos, a vida o muerte, con
las inversiones sanas, y con la lucha sin cuartel contra el lavado de dinero y
contra el financiamiento del terrorismo” (sic).
Pero
en un a parte del cocktel de cierre del evento, parada entre el presidente de
la asociación de bancos panameña a su derecha; ante el fiscal anti lavado
panameño a su izquierda, y ante un servidor de frente a ella, la Dra. Figge
aclaró ante mi pregunta jodidita:
“Mira
Rubén. Nuestra ley la aplicamos con todos, menos con los amigos de
Panamá. Por eso te digo que Saddam tiene las empresas de su grupo domiciliadas
aquí, y su dinero lo tiene aquí... ¿Sabés que creo? Que que ustedes los
argentinos no compreden lo que es El Modelo Panamá, pero yo espero que
gane quien gane las elecciones en tu país, lo implemente, porque es la
salvación de América Latina…” (sic).
Y
juro por Dios, por La Santísima Virgen María y por le memoria de mis padres,
que a los dos conspícuos panameños que estaban con ella, sencillamente, no
se le movió ni un pelo, porque sabían que la tipa tenía toda la razón.
Y
tan es así, que desde el año de la crisis mundial (2008), en los congresos anti
lavado a los que accedo vía Internet, nadie para de cantarle loas a El Modelo Dominicana, que es un
clon del panameño, y podría ser el argentino, no jodamos, en vez de la
pedorrada que supimos conseguir, gracias a Sbatella y compañía, no se sí …. [4]
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2]
Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia
(Solón) El Cisne Negro es un hecho
teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si
ocurriera sería castastrófico.
[3]
Ahora ya sabés por qué lo cagaron a Menem, que lo único que quería era que La Argentina se convirtiera en un gran
exportador de armas para el terrorismo, musulmán, o de lo que catso sea, porque
es un negoción, que da mucha plata que, debidamente lavada, hubiera hecho que
ya no sean necesarios los préstamos del FMI (léase: la independencia económica).
Pero se ve que los competidores mundiales del menemismo, tuvieron el suficiente
poder para acostarlo mal (léase: La Voladura de Río Tercero y El Caso Armas). Si
no te quedó claro, te lo puedo explicar en yiojano, pero no creo que haga
falta. ¿Verdad?
[4]
Parace mentira, que un tipo tan bien formado y experimentado como José
Sbatella, en nombre y por cuenta de La UIF de La Argentina, haya salido a
declarar en Nueva York, con tanta
absoluta torpeza, que en vez de controlar tanto a nuestra nación, mejor
haría el Gafi en controlar Las Finanzas de El Vaticano (sic),
entendiendo yo por qué La Argentina seguirá en la lista gris.
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