El
Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 27 de Marzo de 2.013.
La Insoportable
Levedad del Ser [3]
Por Rubén
Vicente
Un hombre adulto, tuvo sexo con su hija de quince
años, dejándola embarazada.
Después que nació la criatura, la dirección del
hospital dio parte a la policía, que labró las actuaciones sumariales, pero contra la chica (sic), imputándole el
crimen de impureza antes del matrimonio (sic). ¿Qué?
Y la justicia la
condenó, a padecer la pena de cien azotes (100), y de posterior arresto domiciliario de ocho meses (8), porque así lo establece la ley
islámica (léase: la sharia), que rige en el territorio de la república de Las
Islas Maldivas, que están al sudoeste de La India. ¿Cómo?
Ah, y los padres
de la piba van a ser juzgados, pero bajo el cargo de encubrimiento de la
hija (sic). ¿Estamos todos locos?
Puede ser, pero lo ciertoi es que el fallo dice que
está com-pro-ba-do que Zaima Nasheed tuvo sexo con su progenitor en
forma absolutamente vo-lun-ta-ria
(sic). Right?
Imaginémonos por mera vía de hipótesis que,
efectivamente, la adolecente fue la autora intelectual del incesto que terminó
desmadrándose mal, y veamos cómo reacciona el mundo entero (orbis).
Amnistía Internacional (AI) calificó la condena
como “
… inhumana, degragante y cruel” (sic). Pero, curiosamente, no dijo
absolutamente nada
respecto de la conducta de la adolecente, que fue la iniciadora de la
relación sexual incestuosa con su propio padre.
No, no. Lo único que hizo La Filial Maldivas
de AI fue solicitarle al gobierno de esa república islámica la elaboración de
un proyecto de ley de abolición de la pena de suplicio, obteniendo una repuesta
favorable (sic). ¡Si buana … Esperate sentado¡
No hay nada que hacerle ni vueltas que darle.
Estamos como chupete en el culo, porque no
queremos entender que las leyes naturales, armonizadas con los cánones
religiosos, son las que luego de siglos y hasta de milenios, terminan por
configurar, por consolidar, por arraigar y por soldar, en las mentes y en los
corazones, las pautas culturales resultantes, que no
evolucionan libremente en su lugar de origen y desarrollo, fundamentalmente,
debido a las contínuas, sistemáticas y
exasperantes interferencias exógenas, de los criterios humanistas
occidentales, que pretenden volverse universales, por esto de la
globalización que le dicen.
Ni saben lo que son las manifestaciones tardías del
complejo de electra, que a tantas, pero a tantas decenas de millones de chicas,
en todo el mundo (orbis), les agarra con los padres, con los tíos, con los
abuelos y hasta con los hermanos o con los primos más grandes que ellas; y
cuántas madres prefieren que la nena lo haga con uno de la familia, y no con un
turro de afuera, porque si queda embarazada, es mejor que la criatura sea de
la propia sangre.
Y si, porque la ley de la pureza de la sangre,
que nada tiene que ver con el racismo, sino que es un principio re-li-gio-so, que veneraban absolutamente
todos los pueblos de la antigüedad y de la edad media, y que los
españoles aplicaban durante la reconquista contra los musulmanes, y después,
durante la conquista contra los indios; implica que el cruzamiento sexual entre
los no consanguíneos, puede
llegar a debilitar irrecuperablemente la espiritualidad en general, y la fe en
particular. [4]
Vos podés creerlo o no creerlo, y podés estar de
acuerdo o no estar de acuerdo. Pero lo que tenés que entender es que hay
pueblos celosos de sus creencias milenarias, y las convierten en su
constitución y en sus leyes, y las aplican en sus tribunales de justicia para
todos y todas, y no quieren saber absolutamente nada,
con que vengan de afuera, a decirles a ellos, cómo tienen que conducir sus
asuntos internos, nada más que porque es una ofenza a la divinidad,
según ellos la conciben, claro está.
En otras palabras, a nosotros, los occidentales,
con nuestro maldito vacío existencial inaguantable, que es un fracaso
descomunal, les pido, les ruego, les imploro, que seamos humanos a nuestro
modo, pero que respetemos la
humanidad de los demás, porque sino, van a seguir reaccionando mal, tipo El 11-S, y no va hacer perdón en el
infierno, para los que juzguen a los imputados, no sé si …
Dicho de otro modo, paremos con esto de pretender
imponerle nuestros valores a todos, y de negarles a los otros los suyos,
por la sencilla razón de que no es
digno, haberlos hecho firmar la carta de la organización de las naciones
unidas, para que después nos creamos con derecho a violar el principio de la no
ingerencia en asuntos internos que ella establece, pues esa es la mejor manera
de impedir la paz y la cooperación internacional que ella consagra como los
propósitos de toda la humanidad, y no sólo de la occidental, obvio.
Expresado en otros términos, dejémonos de joder con
esto de pretender exportarle a los que no quieren importar, la pedorrada de la
insoportable levedad del ser occidental.
¿Tá?
Y si me dijeran que estoy muy equivocado,
respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia
(Solón) El Cisne Negro es un hecho
teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si
ocurriera sería castastrófico.
[3] Antes
comenzar a leer este artículo, recomiendo enfáticamente la lectura de El Cisne
Negro (Editorial 536 - ¿Son Víctimas de La Trata de Personas IV?).
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