domingo, 25 de agosto de 2013

668 Historia (Argentina)

Año III – Primera Edición – Editorial: 00000668 [1]

 
El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 25 de Agosto de 2.013.




La Guerra Por La Supervivencia XV
Por Rubén Vicente 

El Atentado Contra La Embajada de Israel (1992), lo cambió todo de una vez y para siempre, porque desde entonces, por más que uno fuera un tipo o una tipa medianamente inteligente, formado(a) e informado(a), analizar el comportamiento de los actores criminales, civiles, sindicales, empresariales, mediáticos, universitarios, parlamentarios, gubernamentales, diplomáticos y militares, se convirtió en una tarea ciertamente ímproba, donde no parecían existir parámetros referenciales coherentes, en ningún sentido. 

Fue entonces cuando paré la moto, y me sumergí en todos mis conocimientos de la historia antigua, medieval, moderna, contemporánea y postcontemporánea, buscando la pauta que me proporcionara la clave para comprender qué era lo que estaba sucediendo en el mundo entero (orbis), y qué sucedería en el futuro, que era lo que más me importaba, porque para eso uno estudia historia, no para saber el pasado, sino para que te sirva para ver cómo corno va a ser el maldito futuro, que siempre es incierto y necesariamente riesgoso. ¿Verdad? 

Y fue entonces cuando encontré la pauta que buscaba, que era una cosa dicha siempre a media lengua y en voz muy baja por los especialistas, y es que el mundo entero (orbis) está dominado por dos fuerzas opuestas pero que se retroalimentan, porque la existencia de una depende de la existencia de la otra (2) 

Son como el yin y el yan planetario, cuyas expresiones esotéricas son la masonería mundial azul y la francmasonería universal colorada, que a mi me justa definirlas como las dos giga runflas globales del dinero y del poder (2), cuyos designios cortan trasversalmente abolutamente todos los corazones y todos los cerebros, deteminando el comportamiento, invisible, sem visible y visible, de absolutamente todas y cada una de las entidades colectivas y de los procesos históricos, desde la sociedad de fomento del barrio hasta las elecciones de la capilla sixtina, incluyendo lo que pasa en la comunidad internacional; con las potencias (grandes, medianas y chicas); con las corporaciones transnacionales; y con absolutamente todas y cada una de las modalidades y entidades de el crimen orgnizado 

Por eso, en el interior de cada persona, sea de existencia física o ideal, y sea formal o informal, se suscita como suerte de guerra secreta de las fuerzas azules contra las coloradas, y viceversa.  

Y entendí porqué Los EEUU versus La Unión Soviética, o por qué La Coca Cola versus La Pepsi Cola, o porqué Maradona versus Pelé, o por qué Boca versus River, o por qué Menem versus Duhalde, y hasta el por qué de el quiero y a la vez el no quiero de las mujeres, y así con absolutamente todo lo que se me pudiera ocurrir. 

Desde entonces, se me hizo la luz, y a absolutamente todo lo que es y/o existe, física y/o idealmente, yo lo pinto de azul o de colorado; armo los gráficos de contacto, y me cierra la ecuación de lo confuso, profuso y difuso, pudiendo visualizar el futuro, de corto, mediano y largo plazo, a nivel mundial, regional, nacional y personal. 

Nada es perfecto, pero a mi me sirvió para empezar a ver a fondo cómo estábamos, y cómo estaríamos en la república recuperada que supimos coneseguir (1983-1992). 

Y me daba que La Argentina Menemista, no sólo estaba saliendo demasiado rápido de la crisis del ochenta y nueve, sino que además, se estaba posicionando como la futura primera potencia misilistica y nuclear de la historia de América Latina, y que eso equivalía a pisar grandes juanetes, empazando por los de la hiperpotencia planetaria de la globalización unipolarista. ¿Verdad? 

No te voy a decir que me hice menemista, pero la verdad, a mi sucedía lo mismo que a buena parte de la clase media vernácula (léase: los gorilas comunistas), y era que lo empezábamos a ver a ese negro patilludo del interior, como si fuera un rubio de ojos azules escandinavo, o algo por el estilo; bajo la tonta ilusión de que estábamos empezando a formar parte de el primer mundo, con todos los pro y con todos los contra que ello implicaba, sobre todo (supra tutto), en términos de tener que empezar a acostumbrarse a convivir con la mega corrupción de estado y con el crimen organizado, pero sistémico, off course. 

Y bajo esa comprensión, casi todos estábamos chochos con el riojano y con el uno a uno (1:1), empezando a conocer Europa, América del Norte y las playas de El Caribe, y no más el puto sur de El Brasil, aunque el gobierno reconociera que, del millón y medio de pymes existentes hacía tres años (1.500.000), en ese momento (1992), quedaran sólo medio millón (500.000), pero con el desempleo reduciéndose a menos del siete por ciento (7%). ¿Cómo? 

No era la supuesta desindustrialización  cipaya de la que hablaba la oposición, el movimiento obrero organizado, o las ong´s de los derechos humanos. La verdad era que estaba cambiando el sistema económico internacional y nacional, abandonándose el modelo de el estado de bienestar (léase: la sociedad industrial), y se estaba empezando a centrar el eje en la economía social de mercado, basada en las pymes, pero no ya industriales, sino más bien, postindustriales, del rubro de los servicios, privados y también públicos, pero concesionados al capital privado, nacional e internacional (léase: el estado mínimo), igual que en el primer mundo, y qué tanto joder con el subdesarrollo.  

Quiza por ello haya sido que, en el mes de abril de 1992, La Argentina le anunció a la comunidad internacional que abandonábamos El Movimiento de los No Alieados (MNA), es decir, El Grupo de los Setenta y Siete (G-77), porque eran todos unos negros pata sucia del Asia, del Africa y de América Latina (léase: el tercer mundo), que más valía perderlos que encontrarlos, off course. 

En otras palabras, a los ojos del mundo entero (orbis), La Argentina Menemista se empezaba a perfilar como una nación fashon y ré top, aunque en el fondo siguieramos siendo los mismos pedorros de siempre, obvio. ¿Verdad? 

Pero para que a nadie le quedaran dudas de que La Argentina Menemista era, efectivamente, el segundo capítulo de la republica recuperada que fundó Rául Alfonsín, el gobierno justicialista dispuso la desclasificación de los archivos de los servicios de inteligencia militares, policiales y gubernamentales, en todo lo relativo a la presencia en La Argentina de Odessa. Right? 

La verdad, era que el nuevo ministro masón-justicialista del interior de la nación, Dr. Dn. José Luis Manzano (a) Chupete (a) Apelboim (a) Yo Robo Para La Corona (34), estaba más que convencido de que Odessa había dejado de existir, o que por lo menos, ya no operaba en La Argentina, y bajo esa comprensión, darle esa galletita a Israel y a la comunidad yavista vernácula, era como una suerte de adhesión a la doctrina política de el socialismo nacional hebreo (léase: el nazismo judío = el sionismo), que es tan nazi como el alemán, aunque difieran las religiones en los que están basados. ¿Verdad? [3] 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
 
[3] Véase en tal sentido El Cisne Negro (Editoriales 546 y 292 a 303). Gracias.

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