El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Domingo 25 de Agosto de 2.013.
La Guerra Por La Supervivencia XV
Por Rubén Vicente
El Atentado Contra La Embajada de Israel (1992), lo
cambió todo de una vez y para siempre, porque desde entonces, por más que uno
fuera un tipo o una tipa medianamente inteligente, formado(a) e informado(a),
analizar el comportamiento de los actores criminales, civiles, sindicales,
empresariales, mediáticos, universitarios, parlamentarios, gubernamentales,
diplomáticos y militares, se convirtió en una tarea ciertamente ímproba, donde
no parecían existir parámetros referenciales coherentes, en ningún sentido.
Fue entonces cuando paré la moto, y me sumergí en
todos mis conocimientos de la historia antigua, medieval, moderna,
contemporánea y postcontemporánea, buscando la pauta que me proporcionara la
clave para comprender qué era lo que estaba sucediendo en el mundo entero
(orbis), y qué sucedería en el futuro, que era lo que más me importaba, porque
para eso uno estudia historia, no para saber el pasado, sino para que te sirva
para ver cómo corno va a ser el maldito futuro, que siempre es incierto
y necesariamente riesgoso. ¿Verdad?
Y fue entonces cuando encontré la pauta que buscaba,
que era una cosa dicha siempre a media lengua y en voz muy baja por los
especialistas, y es que el mundo entero (orbis) está dominado por dos
fuerzas opuestas pero que se retroalimentan, porque la existencia de una
depende de la existencia de la otra (2)
Son como el yin y el yan planetario, cuyas
expresiones esotéricas son la masonería mundial azul
y la francmasonería universal colorada, que a mi me justa definirlas como las dos
giga runflas globales del dinero y del poder (2), cuyos designios cortan trasversalmente abolutamente todos los
corazones y todos los cerebros, deteminando el comportamiento, invisible, sem visible
y visible, de absolutamente todas y cada una de las entidades colectivas y de
los procesos históricos, desde la sociedad de fomento del barrio hasta las
elecciones de la capilla sixtina, incluyendo lo que pasa en la comunidad
internacional; con las potencias (grandes, medianas y chicas); con las
corporaciones transnacionales; y con absolutamente todas y cada una de las
modalidades y entidades de el crimen orgnizado.
Por eso, en el interior de cada persona, sea de
existencia física o ideal, y sea formal o informal, se suscita como suerte de guerra
secreta de las fuerzas azules
contra las coloradas,
y viceversa.
Y entendí porqué Los EEUU versus La Unión Soviética,
o por qué La Coca Cola versus La Pepsi Cola, o porqué Maradona versus Pelé, o
por qué Boca versus River, o por qué Menem versus Duhalde, y hasta el por qué
de el quiero y a la vez el no quiero de las mujeres, y así con
absolutamente todo lo que se me pudiera ocurrir.
Desde entonces, se me hizo la luz, y a absolutamente
todo lo que es y/o existe, física y/o idealmente, yo lo pinto de azul o de
colorado; armo los gráficos de contacto, y me cierra la ecuación de lo
confuso, profuso y difuso, pudiendo visualizar el futuro, de corto, mediano y
largo plazo, a nivel mundial, regional, nacional y personal.
Nada es perfecto, pero a mi me sirvió para empezar a
ver a fondo cómo estábamos, y cómo estaríamos en la república recuperada que
supimos coneseguir (1983-1992).
Y me daba que La Argentina Menemista, no sólo estaba
saliendo demasiado rápido de la crisis del ochenta y nueve, sino que además, se
estaba posicionando como la futura primera potencia misilistica y nuclear
de la historia de América Latina, y que eso equivalía a pisar grandes juanetes,
empazando por los de la hiperpotencia planetaria de la globalización
unipolarista. ¿Verdad?
No te voy a decir que me hice menemista, pero la
verdad, a mi sucedía lo mismo que a buena parte de la clase media vernácula
(léase: los gorilas comunistas), y era que lo empezábamos a ver a ese
negro patilludo del interior, como si fuera un rubio de ojos azules
escandinavo, o algo por el estilo; bajo la tonta ilusión de que estábamos
empezando a formar parte de el primer mundo, con todos los pro y con
todos los contra que ello implicaba, sobre todo (supra tutto), en términos de
tener que empezar a acostumbrarse a convivir con la mega corrupción de estado y
con el crimen organizado, pero sistémico, off course.
Y bajo esa comprensión, casi todos
estábamos chochos con el riojano y con el uno a uno (1:1), empezando a conocer Europa, América del Norte y las playas de
El Caribe, y no más el puto sur de El Brasil, aunque el gobierno reconociera
que, del millón y medio de pymes existentes hacía tres años (1.500.000), en ese momento (1992), quedaran
sólo medio millón (500.000),
pero con el desempleo reduciéndose a menos del siete por ciento (7%). ¿Cómo?
No
era la supuesta desindustrialización
cipaya de la que hablaba la oposición, el movimiento obrero organizado,
o las ong´s de los derechos humanos. La verdad era que estaba cambiando el
sistema económico internacional y nacional, abandonándose el modelo de el
estado de bienestar (léase: la sociedad industrial), y se estaba empezando a centrar
el eje en la economía social de mercado, basada en las pymes, pero no ya
industriales, sino más bien, postindustriales, del rubro de los servicios,
privados y también públicos, pero concesionados al capital privado, nacional e
internacional (léase: el estado mínimo), igual que en el primer mundo, y
qué tanto joder con el subdesarrollo.
Quiza por ello haya sido que, en el
mes de abril de 1992, La Argentina le anunció a la comunidad internacional que
abandonábamos El Movimiento de los No Alieados (MNA), es decir, El Grupo de los
Setenta y Siete (G-77), porque eran todos unos negros pata sucia del Asia, del
Africa y de América Latina (léase: el tercer mundo), que más valía perderlos
que encontrarlos, off course.
En otras palabras, a los ojos del
mundo entero (orbis), La Argentina Menemista se empezaba a perfilar como una
nación fashon y ré top, aunque en el fondo siguieramos siendo los mismos
pedorros de siempre, obvio. ¿Verdad?
Pero para que a nadie le quedaran
dudas de que La Argentina Menemista era, efectivamente, el segundo capítulo de
la republica recuperada que fundó Rául Alfonsín, el gobierno justicialista
dispuso la desclasificación de los archivos de los servicios de inteligencia
militares, policiales y gubernamentales, en todo lo relativo a la presencia en
La Argentina de Odessa. Right?
La verdad, era que el nuevo ministro
masón-justicialista del interior de la
nación, Dr. Dn. José Luis Manzano (a) Chupete (a) Apelboim (a) Yo Robo Para La
Corona (34), estaba más que convencido de que Odessa había dejado de existir, o
que por lo menos, ya no operaba en La Argentina, y bajo esa comprensión, darle
esa galletita a Israel y a la comunidad yavista vernácula, era como una suerte
de adhesión a la doctrina política de el socialismo nacional hebreo (léase: el
nazismo judío = el sionismo), que es tan nazi como el alemán, aunque
difieran las religiones en los que están basados. ¿Verdad? [3]
Y si me dijeran que estoy muy
equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de
1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno
de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que
es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] Véase en tal sentido El Cisne Negro
(Editoriales 546 y 292 a 303). Gracias.
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