El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 31 de Agosto de 2.013.
La Guerra Por La Supervivencia XXI
Por Rubén Vicente
No fue por casualidad, sino por causalidad. En el
período 1989-1994 La Argentina había superado sin cuento el default de 1989
(léase: la hiper), y el default británico de 1993 (léase: la crisis de la libra
esterlina), directamente, le había pasado por un costado.
Todas las concesiones de administración de las
empesas públicas habían sido otorgadas a favor de capitales europeos, y no
estadounidenses, por más que hubiéramos adherido a El Consenso de Washington,
que prometía la formación de El ALCA para dentro de veinte años (2014), mientras que en ese momento, se
fortecía la institucionalidad de El Mercosur que, en los hechos, impedía
la incoporación al futuro bloque hemisférico estadounidense. ¿Verdad?
Y los dos más grandes de los problemas
argentinos (2), eran que La Casa
Blanca recelaba del posicionamiento argentino en el mercado mundial de los
armamentos, con flamantes contrabandos de exportación de material de rezago a
Afganistán.
Y encima la reforma constitucional, le garantizaba la
reelección a Carlos Menem, para el período 1995-1999, gobernado diez
años (10), completando lo que la
oposición empezaba a llamar con el nombre de la segunda década infame. [3]
Bajo esa comprensión, para la hiperpotencia
planetaria era más que obvio que, durante su segunda presidencia, Carlos Menem
vería la forma de insistir con El Proyecto Condor, que convertiría a La
Argentina en la primera potencia misilística y nuclear de la historia de
América Latina (léase: el patio trasero), y eso era inaceptable para El Tío San
(léase: no way man).
Y por eso, pasó lo que tenía que pasar,
inmediatamente después de la conclusión de El Campeonato Mundial de Futbol de
1994, que fue en los EEUU, cuando el lunes dieciocho de julio, estalló El Caso Amia, de voladura del
edificio en el que funcionada la sede de la asociación mutual israelita
argentina.
El terrorismo internacional atacaba por segunda vez
en dos años (2) a La
Argentina, y a toda América Latina (léase: el patio trasero), pero para que a
nadie se le ocurriera la peregrina idea de que el que estabá atrás del segundo
atentado terroista de la historia nacional, eran en realidad Los EEUU, más
rápido que volando, su excelencia, el señor presidente masón-demócrata
de los EEUU, Dr. Dn. William Jefferson Clinton (a) Bill (a) La Basura Blanca (48),
salió a declarar públicamente que el gobierno de Washington consideraba a La
Argentina como La Nueva Aliada Extra OTAN de los EEUU, igualándola con
Israel y con Corea del Norte. Right?
Chile quedó congelado y El Brasil estaba que trinaba
con Menem por esa supuesta traición al Mercosur, pero la verdad era que para el
riojano, la declaración clintoniana no era otra cosa que el abrazo del oso,
que le ganaría a La Argentina la desconfianza de los socios ocultos de
El Proyecto Condor, es decir, de Irán, de Irak, de Siria y de Egipto.
Desde entonces, La Argentina Menemista (léase: la
narco república recuperada), pareciendo que había alcanzado el cenit geopolíco
en nuestra región latinoamericana, superando incluso al Brasil, en realidad,
entraba en la nueva fase de la declinación, por obra y gracia de la
impiedad del imperialismo unipolarista de los EEUU (léase: la hiperpotencia
planetaria), que no estaba dispuesta a permitir que nadie ozara pretender
hacerle sombra a su supremacía mundial sin cuento.
Memen era un tipo realista y ultra pragmático, que
no permitiría que nadie le arrebatara jamás el poder, ni siquiera Israel o los
EEUU, y por eso, de un día para el otro, sin que nadie lo percibiera, dejó
de fingir que era amigo de los yankies y de los judíos, y se hizo amigo de
los yankies y de los israelíes, pero de verdad, es decir, sinceramente,
posicionando a Irán como la nueva enemiga de La Argentina, calificándolo
públicamente como un estado terrorista (sic). Right?
Y a Menem, se ve que le había agarrado la
chiripiorca con Irán, porque empezó a perseguir a sus aliados vernáculos
(léase: Odessa), maniobrando para concretar el objetivo pro israelí y pro
estadounidense de autorizar la extradición a Italia del gran maestre
local, Cap. Gral. SS Dr. Dn. Erick Priebke (a) Don Erico (79).
Pero esas muestras de sincera amistad con Israel y
con los EEUU, no le sirvieron de nada, porque La CIA era una topadora, y movilizó al
El Congreso de los Trabajadores Argentinos (CTA), contra el modelo menemista,
organizando nada más ni nada menos que La Marcha Federal.
Fueron en total trescientos mil trabajadores
(300.000), que ni Perón los juntó
jamás en ningún lado, que arrrancaron siendo unos pocos en la localidad del
noroeste andino del país de San Salvador de Jujuy, situada a mil
kilómetros de Buenos Aires (1.000),
y que empezaron a caminar hacia la capital federal, sumando trabajadores y líderes
sindicales, y hasta pequeño empresariales del sector rural, sobre todo en las
grandes ciudades de Córdoba y de Rosario, de modo tal que, cuando entraron en
El Gran Buenos Aires, ya empezaban a meterle miedo a las fuerzas de seguridad duhaldistas,
que los dejaron pasar.
Y llegaron a la zona de La Plaza de Mayo, haciéndola
reventar, y no dejando ni un centímetro vacío en las tres grandes avenidas que
convengen en la misma, liderados por el secretario general del CTA, Agte. CIA
C-3 Cro. Dn. Victor De Gennaro (a) Valentine Gilbert (a) The Pig (a) El Chancho
(45), que dio un discurso memorable, que no reconoció absolutamente nada de lo
bueno que hizo Menem, y que criticó agriamente todo lo que hizo Menem, bajo el
lema de Menem Lo Hizo (sic).
Generarle al gobierno menemista de la narco
república recuperada que supimos conseguir, un evento del calibre de La Marcha
Federal, fue un logro sin cuento, de La CIA, del CTA y hasta del el frente
grande, que conmovió a la opinión pública nacional, haciéndola darse cuenta
de que el modelo estaba ré bueno, pero la verdad, era que dejaba a mucha gente
afuera (léase: arafue), sobre todo (supra tutto), a los dos millones de
negros de los países límítrofes (1.000),
y los obreros argentinos de las pymes industriales quebradas durante el
menemismo, que no estaban en capacidad de sumarse a la nueva economía de
servicios de La Argentina (léase: los que vivían a costillas de los subsidios
estatales del alfonsinismo = los inútiles todo servicio = Los ITS´s).
Y para colmo de males, en el seno de la iglesia
catolica apostólica romana de la nación argentina, tomaron mucha fuerza los
sacerdotes de las villas miseria, que querían reeditar la ya antigua teología
de la liberación (léase: el marxismo cristiano = el cristianismo marxista = la
opción preferencial por los pobres = la liberación nacional), poniéndose en
contra abiertamente del menemismo eclesiástico, y dejando claro que había no
uno sino dos justicialismos (2),
que eran el de derecha (el menemismo) y el de izquierda (el frente grandismo).
En este país, la extrema derecha gorila (10%) y la extrema izquierda trasnochada
(10%) no existen, y sólo cuentan la centro
derecha radical (30%) y la centro
izquierda justicialista (40%). Bajo
esa comprensión, las novedades políticas eran dos (2). La primera, era que el electorado justialista estaría dividido
en las elecciones de 1995, que serían las primeras llevadas a cabo bajo la
reforma constitucional de 1994. Y la segunda, era que esas futuras elecciones
las definiría el electorado independiente, que nunca se sabe qué corno
va a votar (10%).
Siendo así, la situación estratégica seguía siendo
excecente para el oficialismo menemista, pero la situación táctica, luego de La
Marcha Federal de 1994, era inequívocamente incómoda, para decir lo menos. ¿Verdad?
Pero de incómoda, pasó a jodida, porque en
noviembre, la crisis del oro de 1982, que había sido la causa del default
mexicano (1983), del default
brasileño (1987), del default
argentino (1989) y del default
británico (1993), también causaba el
segundo default mexicano de 1994
(léase: el efecto tequila), que amenzaba extenderse rapidamente a toda
América Latina (léase: el patio trasero), incluyendo obviamente a La
Argentina. ¿Otra vez?
Y si me dijeran que estoy muy equivocado,
respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2]
Para uno de Los
Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El
Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] La Década Infame (1930-1943) es el
nombre del periódo de la historia argentina que se caracterizó por la trampa
electoral (léase: el fraude patriotico), que no existía en la república recuperada
(1983-1994).