Año II – Primera Edición – Editorial: 00000479 [1]
El Cisne Negro [2]
El Diario Digital
de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 26 de Enero de
2.013.
El Plan Hambre Cero I
Por Rubén Vicente
Había una
vez un alemán, que inventó el extracto de azucar sin sacarosa (léase: la
sacarina), registrando su invento bajo nombre comercial de Chucker. Y después
de La Guerra de Secesión (1861-1865), se mudó a la ciudad estadounidense de
Saint Louis (Estado de Missuri), mayoritariamente poblada por descendientes de
franceses protestantes (léase: les higuenaux = los hugonotes).
Ahí empezó
a fabricar una variedad líquida del Chuker, ampliándose posteriormente a otros
productos alimenticios, básicamente, harinas y aceites. Cuando ya tenía mucha
guita de retiró, pero antes, le vendió su establecimiento artesanal a unos
estancieros judíos de apellido Shapiro, que organizaron muy bien
la cosa, dándole la forma de una sociedad comercial, que comenzó a girar bajo
la razón social de Monsanto Inc.
Por eso, de
movida, Monsanto no sólo tenía campos, cultivos y ganado, sino también, molinos
harineros y aceiteros, un matadero, una grasería, una curtiembre, una
carnicería y la pequeña fábrica de Chuker.
Pero no
contestos con eso, organizaron un instituto tecnológico de la empresa,
exclusivamente destinado al mejoramiento de la ganadería, de la agricultura, de
las agroindustrias alimenticias, como así tambien, de la distribución, la
comercialización y la exportación de carnes y cereales, cueros y lanas, harinas
y aceites, y obvio, de edulcorantes artificiales.
Era una
especie de INTA norteamericano, pero privado, del que surgieron descubrimientos
e inventos, que se registraron como marcas y patentes, que posicionaron a
Monsanto como la principal empresa de agricultura del estado de Missuri.
Pero
el primer batacazo vino con el estallido
de La Gran Guerra Mundial (1914-1918), cuando las fuerzas armadas
estadounidenses se alimentaron con carne y con cereales de Monsanto. Y ahí vino
lo de la fibre porcina (H1N1), te acordás?
Por eso, al
concluir el conflicto bélico planetario, Monsanto ya era la empresa lider en
agricultura de los EEUU, compiendo exitosamente con las filiales locales de
Dreyfus de Suiza, de Bayer de Alemania, de Cargill de Gran Bretaña y de Bunge
& Born de La Argentina. ¡Ah, mirá
vos!
Durante la
década del veinte del siglo pasado, a partir de la curtiembre, Monsanto
incursionó en el extraño ramo de la industria química, comenzando a
fabricar, distribuir, comercializar y exportar derivados combustibles del
petróleo (ej.: aguarrás, solvente, kerosene, bencina, eter, etc. = los
precursores químicos), mientras su instituto tecnológico empresarial se
abocó al estudio de las enfermedades que afectaban al ganado y a los cultivos,
patentando sus propios plaguicidas, pesticidas, herbicidas, desfoliantes y fertilizantes.
Por eso, la
verdad, fue que La Gran Depresión (1929-1935) a Monsanto no le hizo ni medio,
pues en esa época, la empresa fue dividida y reorganizada como un grupo
económico estadounidense, que empezó a tener filiales en Europa Occidental y
que se extendía hacia América Latina, comenzando por Cuba, México,
Centroamérica, Colombia y Venezuela (léase: La Cuenca del Caribe).
Durante La
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), las fuerzas armadas aliadas se proveyeron
de productos del Monsanto Group de los EEUU, de modo tal que, al finalizar el
conflicto bélico planetario, Monsanto se posicionó como una empresa norteamericana
de alcance global, compitiendo con Dreyfus, Bayer, Cargill y Bunge &
Born, en los cinco continentes (Oceanía, Asia, Africa, Europa y América).
Por eso, en
1947, el principal accionista, presidente del directorio y gerente general (The
Chieff Executive Officer = The CEO) de la firma Monsanto Corporation NV de
Saint Louis (Estado de Missuri), matriz del Monsanto Group de los EEUU, Ing.
Robert Shapiro (a) Bob (25), fue iniciado en un taller especulativo (léase:
filosófico) dependiente de La Hermandad de El Aguila, que es la rama
estadounidense de la masonería mundial (léase: la venerable hermandad azul = la
masonería inglesa = la masonería anti católica = la masonería anti papista = la
masonería diabólica = la masonería satánica), que brega por el fracaso
del plan divino de salvación; tomando el nombre esotérico del dios del vino
(Baco).
Desde
entonces, el Monsanto Group comenzó a financiar absolutamente todas y cada una
de las candidaturas y de las campañas electorales locales, condales, estaduales
y federales de El Partido Nacional Demócrata (PND).
Ello le fue
útil durante La Guerra de Corea (1950-1954), durante la cual, las fuerzas
armadas occidentales, directamente involucradas en el conflicto bélico
asiático, se alimentaron con carne y con cereales exclusivamente aportados por
el Monsanto Group de los EEUU.
Pero en
1955, durante la administración francmasónica republicana (léase: esotérca-política
adversaria) de Eisenhower, el ejército norteamericano (the us army),
sencillamente, vio la veta, convocando al Ing. Shapiro (33) a El Pentágono,
para conversar sobre las armas químicas. ¿Qué?
El
resultado fue que, durante La Guerra de Vietnam (1965-1975), en absoluto
secreto mortal (léase: la omertá = el que habla se muere), las fuerzas armadas
estadounidenses estrenaron, nada más ni nada menos, que el agente naranja
que, básicamente, era un desfoliante de los bosques plagados de guerrilleros
comunistas de El Vietcong. ¡Ah¡
En otras
palabras, un gigante mundial de la agricultura y de la industria química que,
además, empezó a fomar parte de los aparatos financiero, tecnológico,
industrial, comercial, mediático, diplomático y militar de la primera potencia
capitalista, es decir, de el complejo estratégico nacional de los EEUU. ¡Guau¡
Para ese
entonces, hacía ya más de veinte años que los tecnólogos militares japoneses, reducidos a la condición de esclavos del
ejército norteamericano (the us army), sobrevivían a cambio de seguir aportando
todo el know how acumulado por La Unidad 239, vinculado con las armas bacteriológicas. [3]
Uno de los
subroductos de la unidad tecnológica de guerra bacteriológica del ejército
norteamericano era una hormona bovina que, en laboratorio, se estaba tratando
de fusionarla con un poroto de soja, pero no daban pie con bola. ¡Mirá vos las pavadas en que se gastan la
plata de los contribuyentes estos milicos tarados, por favor¡
Fue
entonces, cuando El Pentágono volvió a convocar al Ing. Shapiro (45), para ver
si los tecnólogos de Monsanto podían hacer algo útil con esa porquería de
proyecto fallido.
Y si me
dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina
de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para
uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que
es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] Durante
la década del treinta del siglo pasado, desde su colonia de La Península de
Corea, el imperio del sol naciente (Japón), se lanzó a la conquista de
Zingaria, de Mongolia Meridional y del norte de El Catai, reuniendo esos vastos
territorios, para conformar El Gran Reino Japonés de Manchukúo, con capital en
la ciudad de Pekín, coronando como monarca del mismo a su majestad, Yuan I
Shikai (a) El Ultimo Emperador Chino (70)
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