El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de
la Historia y de la Geopolítica
Martes 22 de Enero de 2.013.
El Imperio de la
Oscuridad
Por Rubén Vicente
En
el año 632 de la era cristiana, fue declarada la existencia material, la
constitución formal, la sobernía interior y la independencia exterior de El
Gran Reino de Arabia, con capital en la ciudad de Al Mekha (léase: Almeja = La
Meca), gobernado por su majestad, Muhammad I Al Qurán (a) Mahoma (a) El Profeta
(62); que declaró la nueva religión oficial de la sumisión a Allah, es decir,
el islam.
El
ejército árabe-islámico (léase: musulmán) se lanzó a la guerra santa (léase: la
jihad), expandiendo los dominios, hasta abarcar la totalidad de El Cercano
Oriente, desde El Indo hasta Gibraltar, conquistando además, el sur y el centro
de La Península Ibérica, en el año 711 d.C.
Por
eso, durante el siglo octavo, quedó conformado El Imperio Musulmán (léase: La
Gran Musulmania), con capital en la ciudad de Damasco, gobernado por la
dinastía árabe-islámica (léase: musulmana) de Los Al Sarrán (léase: los
sarracenos).
Y
en ese contexto, fue conquistado todo el sudoeste de El Desierto del Sahara,
extendiéndose los límites del imperio musulmán hasta El Golfo de Guinea. En
todo ese nuevo espacio, habitado por tribus animistas de pastores de raza
negra, fue instaurado el gran reino musulmán (léase: el khalifato = el
califato) de Ghana.
De
él, básicamente, los musulmanes obtenían dos cosas (2), que eran el oro y los
esclavos, obviamente negros.
Pero
cinco siglos más tarde, en el marco de La Horda de Oro, el monarca del Imperio
Tártaro (léase: La Gran Tararia), es decir, el Gn. Mcl. ET Dr. Temugín Gengis
(a) El Khan (a) Gengis Khan (78), se lanzó desde sus dominios de El Lejano
Oriente, extendidos desde Las Filipinas hasta El Indo, a la conquista de Europa
Oriental y de todo El Cercano Oriente.
Así
quedó conformado el estado más grande que jamás haya conocido por la
historia universal (léase: La Gran Tartaria), que incluía el archipiélago
norteamericano de Las Aleutianas, todo el norte de Oceanía, la totalidad del
Asia, la totalidad del Africa, toda Europa Oriental y la mitad meridional de La
Península Ibérica; gobernada por la dinastía islámica light (léase: alawita) de
Los Khan (1250).
Desde
entonces, El Califato de Ghana entró es estado de guerra civil. Las tribus de
los pastores negros animistas (léase: los tuaregs), la clase dominante árabe y
los invasores tártaros, matándose los unos a los otros, en un enfrentamiento
que llegó a ser de todos contra todos.
La
alta edad media había llegado a Ghana recién al comenzar la la baja edad media
mundial, mientras La Europa Cristiana empezaba a salir de las cruzadas
(1196-1270).
Pero
después de cien años de sangre y muerte (1400), Ghana se extinguió,
declarándose la existencia material, la constitución formal, la soberanía
interior y la independencia exterior de El Khanato Tártaro de Mali, con
capital en la ciudad de Tumbuctú, gobernado por su primer monarca negro-alawita,
Mcl. ET ® Dr. Musa I Khan (70), que es el tipo que está en la imagen que
ilustra este artículo.
Era
un negro, de la tribu animista de los tuaregs, que se convirtió al islam y se
casó con una descendiente de Abu Bakir, que había sido el suegro de Mahoma que,
además, había sido el segundo gobernante del imperio musulmán, cinco siglos antes
que fuera íntegramente devorado por el imperio tártaro.
Y
no se sabe bien por qué, pero lo cierto es que los tártaros lo coronaron rey de
Mali, y se acabó la guerra civil, porque con él en el trono, los que gobernaban
eran los tártaros, la clase media eran los árabes y los de abajo eran los
negros, ah, y el que no se convertía al islam, a deguello, o lo vendían como
esclavo, y listo. ¿Tá?
Se
ve que este Musa fue un tipo muy inteligente, porque organizó la exploración
integral del territorio de su estado tártaro africano, confirmando sus
sospechas de que ahí, directamente, había oro por todos lados, ordenando extraerlo
y fundirlo, para formar lingotes, que se empezaron a apilar de a miles en los
palacios de barro que sea hacían por ahí en ese entonces.
Bajo
su reinado, la capital malí (léase: Tumbuctú) se convirtió en algo así como La
Hong Kong del Sahara, con grandes fortalezas, hussenias (léase: las mezquitas
alawitas) y palacios, con sistemas agua corriente y de cloacas, con un sistema
de postas y correos, y con las calles y las avenidas asfaltadas y pintadas con
pan de oro, de modo tal que los viajeros del desierto (léase: los camelleros y
los caravaneros) empezaron a esparcir el rumor de que Tumbuctú era una
ciudad toda hecha de oro puro.
Pero
ahí no terminó la revolución de Musa, porque también organizó el comercio de
los esclavos negros insumisos de ambos sexos, muchos de los cuales se
convirtieron en libertos, a cambio de que aprendieran a administrar las casas
de tolerancia (léase: los quilombos = los harenes) en las que trabajaban ellas,
ejerciendo el oficio más viejo del mundo (léase: la prostitución), también a
cambio de la manumisión, obvio (léase: la trata de personas institucionalizada).
Y
como si eso fuera poco, resulta que al buenazo de Musa se le ocurrió la idea
genial de que los clientes se divirtieran con los juegos de azar, pero haciéndolo
por apuestas en oro.
Con
el oro, con los esclavos y con el juego, Musa convirtió a Tumbuctú en la
capital de un khanato tártaro de El Desierto del Sahara (léase: Mali), que
desbordaba de riqueza, y se posicióno como el principal centro comercial de
todo el Africa, superando largamente a Tokio, a Pekín, a Madrás, a
Samarkanda, a Moscú, a Estambul, a Alejandría y a Córdoba.
Pero
luego de El Congreso de Berlín de 1884, las grandes potencias europeas se
repartieron áreas de influencia geopolítica en Africa, convirtiéndose todo Mali
en la colonia de El Africa Occidental Francesa, con capital en la ciudad
costera atlántica de Dakar.
Los
franceses arrasaron Tumbuctú, llevándose absolutamente todo el oro y
convirtiéndola en una ciudad fantasma, dividiendo el territorio del antiguo
khanato negro musulmán de Mali, en las nuevas provincias francesas ultramarinas
de Chad, de Niger, de Mali y de Senegal.
Ya
en ese entonces, sin que nadie lo supiera, científicos franceses que
investigaban lo vinculado con la radiación, concluyeron que uno de los
minerales más radioactivos era el uranio (U), mientras que ciertos efectivos
del ejército colonial francés, destinados a la guarnición militar de Tumbuctú,
que eran aficionados a la geología, encontraron en la triple frontera de Libia,
Niger y Mali, nada más ni nada menos, que cantidades colosales de uranio
natural, casi a flor de tierra (léase: a cielo abierto).
Por
eso, desde el final del siglo diecinueve (léase: el siglo de la industria),
Mali es esquilmado por Francia, por su oro, por su uranio y por sus
negros, que se supone que son hombres y mujeres libres, que voluntariamente
ejercen la prostitución, en el sagrado nombre de la libertad, de la igualdad y
de la fraternidad (léase: la revolución francesa).
En
1959, el entonces presidente francmasón nacionalista de la quinta república de
Francia, Tte. Gral. EF ® Ing. Charles De Gaulle (a) El Hombre del Destino (69),
logró que el parlamento francés reconociera la existencia material, la
constitución formal, la soberanía interior y la independencia exterior de La
República de Mali, con capital política en la ciudad de meridional de Bamako,
mientras en el norte, Tumbuctú se posicionaba como la capital económica
de la nueva nación.
Bajo
esa comprensión, Mali se organizó como una democracia constitucional, que tomó
la decisión de negociar la firma de un tratado de paz, amistad, navegación,
comercio y alianza (defensiva y ofensiva) con Francia, incorporándose a La
Comunidad Cultural de las Naciones Francesas (léase: el imperio francés), en el
marco de La Guerra Fría (1946-1991).
En
otras palabras, una neo colonia francesa africana, exportadora de oro,
de uranio y de negros supuestamente libres (léase: la mano de obra barata = la
trata de personas institucionalizada), gobernada
por los cipayos locales, obvio.
Por
eso, para los malíes, la red Al Qeda, que ya controla la mitad norte del
país africano (léase: Tumbuctú), con su marxismo islámico (léase: el islamismo
marxista = el fundamentalismo = el salafismo = la revolución islámica),
no significa otra cosa que la liberación espiritual de las cadenas explotadoras
de la opresión colonial francesa, es decir, la dignificación de las masas
malíes, que jamás conocieron como pueblo ni tampoco como nación.
Como
estamos inmersos en La Guerra Mundial Contra El Terrorismo (léase: La Segunda
Guerra Fría = 2001-2014), en el futuro de Mali tienen jugados sus intereses
vitales los EEUU, Gran Bretaña, China, Rusia, Arabia Saudita y Francia, y ya
sabemos que Al Qaeda trabaja para todos, menos para El Eje Washington-Londres
(léase: El Gran Satán), y nada más, claro está.
Pero
obsérvese que, bajo la administración masónica y demócrata de Barak Obama, La
CIA está operando en deleznable connivencia táctica con Al Qaeda, de
modo tal que, La Guerra Civil de Mali, en realidad, es una interna entre dos
aliados de la OTAN, y por eso, viendo amenazados sus intereses vitales,
Francia decidió intervenir militarmente en Mali, para defender al gobierno
cipayo del sur (Bamako) de la subversión salafista del norte (Tumbuctú).
Y
por eso digo que para Occidente, Mali es el imperio de la oscuridad.
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1] La libre expresión y la
segura circulación de la información contenida en el presente documento se
halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de
1995 (Art. 14), la Ley Nacional N°
26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de
Grecia (Solón) El Cisne Negro es un
hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable,
pues si ocurriera sería castastrófico.
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