El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 31 de Octubre de 2.013.
Minga Que No Pasó Nada
Por Rubén Vicente
Ocurre un hecho, y
queremos dejar constancia, por ejemplo, tomando nuestra cámara de tres patas,
levantando el fulminante y tomando una foto, o agarrando el micrófono de
nuestro grabador a cinta, y contándolo en palabras.
La imagen impresa en el
papel de la foto, o la cinta de acetato, reciben el nombre genérico de los
documentos, porque los mismos son la constancia del hecho
fotografiado o grabado. ¿Esta?
Entonces,
digamos para empezar que documentar es la acción de dejar constancia, de
un hecho cualquiera de la manera que sea. Right?
Y
bajo esa comprensión, podemos proseguir, diciendo que la documentación
es la primera forma de tener conocimiento del hecho de que se ha tomado
constancia. ¿A dondé querés ir gordo con eso?
A
que los documentos pueden ser catalogados, por ejemplo, ordenándolos por fecha,
por orden alfabético, o del modo que sea, formándose algo que técnicamente se
llama con el nombre de el registro. Así, podemos conformar un registro
con los documentos ordenados por su fecha de elaboración, como ocurre por
ejemplo, con el talonario de las facturas, o con la libreta de los cheques.
Y
suponete que vos tuvieras registros de esto y de aquello, y de lo de más allá,
y que dos años años más tarde (2),
tuvieras unos veinte registros (20).
En algún lado los tenés que guardar, por ejemplo, en una estantería o en una
cajonera, haciendo que la misma funcione como el archivo.
Finalmente,
suponete que tu jefe te pregunte un dato del año 2005, que vos no tenés ni la
menor idea de lo que te está hablando, porque empezastes a trabajar en esa
empresa hace la semana pasada. ¿Vos qué hacés?
Bueno,
algo que podés hacer es consultar en el archivo, los registros existentes, y a
partir de ellos, empezar a buscar entre los documentos, cuál de todos ellos
puede ser que contenga ese dato que vos necesitás saber, y cuando lo
encontrás, se lo tenés que hacer saber a tu jefe, es decir, tenés que hacer la
transmisión del dato qué te pidio que vos le buscaras. ¿Verdad?
Conclusión.
Hay cuatro actividades que tenés que tener en la cabeza (4), que son la de la documentación,
la de la registración, la de el archivo, y la de la
transmición, obviamente, de los datos, porque los datos son los hechos que son
relevantes para alguien, y el conjunto universal de absolutamente todos los
datos recibe un nombre, que es el de la información.
¿Gordo,
Ema te metió kerosene en el café con leche, o te huntó las tostadas con ají
puta parió?
Ni
lo uno ni lo otro. Lo que estoy tratando de explicarte son las ideas ultra
básicas, en las que está basada la disciplina dogmática de la contabilidad, que es la que te da la
información que vos necesitás para evaluar la marcha de la economía,
personal, empresarial, gubernamental o internacional.
¡Vicente!
¡Soy perito mercantil¡ ¿Vos te das cuenta de la hora que es? Si tenés alguna
otra pavada más que decir, te pediría que la digas rápido, porque me tengo que
ir a laburaro. ¿Sabés?
No
te vayas que es cortito. El problema es que hay empresarios que no quieren
pagar los impuestos, y casi te diría que obligan a sus contadores a dibujar los
números, generando dos contabilidades (2), una para la empresa, y la otra para los inspectores de las
agencias gubernamentales recaudadoras de los impuestos, como Arba, o como La
Afip.
Y
la verdad, es que la contabilidad real es la que informa verdaderamente
como está la empresa, y sobre todo, cuánta guita mueve, que como te darás
cuenta, es plata blanca, pero no declarada, que es lo mismo que decir que es plata
negra. ¿Verdad?
Por
eso, cuando a los contadores pedorros, que están acostumbrados a la doble
contabilidad, les hacés referencia en los congresos de la profesión, al
concepto de la contabilidad invisible, se te quedan mirando con cara de santos
de estampita.
Y
si les llegás a decir que la contabilidad invisible es la base del fenómeno
global de la banca en las sombras (léase: the shadow banking), directamente, se
levantan y se van, porque se dan cuenta de que, al fin y al cabo, lo de ellos
les sirve para llevarle las cuentas al almacenero de la la esquina, o para
hacerle la contabilidad a al autoservicio chino a acá a la vuelta, o algo por
el estilo, y nada más.
¡Ah,
ya entiendo¡ ¡Y vos querés hablarme del shadow banking! ¿Y por qué no
empezastes por decirme te voy a hablar de la banca en las sombras? ¡Y no que das
tanta vuelta para decirme lo que tenés que decirme! A ver, explicá de una vez.
Te
explico rapidito. Siempre hubo shadow banking, pero desde El Efecto Y2K del año 2000 para adelante,
el problema se ha vuelto oficialmente in-go-ver-na-ble (sic), hasta para
las autoridades del control monetario y fiscal de los EEUU, así que imaginate, que
de ahí para abajo, estamos todos en el horno mal, y cuánto más débil sea el
país, más adentro del horno está, obvio.
Pregunto.
¿Vos te acordás que yo hace un tiempo te hable de decenas de millones de
operaciones financieras por segundo? Bueno, el shadow banking es un
ejemplo de eso, en el ámbito de los fondos de inversión de alto riesgo (the
hedge funds), donde invierten sus ganancias los bancos de inversión, en los
bancos corporativos y en los bancos de desarrollo, que son los grandes
emisores de toda clase de papelitos de colores, que no tienen respaldo en
absolutamente nada,
y que por ende, son los famosos y populares activos tóxicos, de que
tanto escuchás hablar desde hace no más de seis años (6), que fue cuando estalló la crisis
mundial (el efecto jazz = la gran recesión = la segunda gran depresión = 2008-2014). ¿Te acordás? [3]
Y
por eso, respecto de El Efecto Y2K,
yo digo que minga que no
pasó nada. ¿Verdad?
Y
si me dijeran que estoy muy equivocado, repondería que veremos, veremos y pronto lo
sabremos.
[1]
La libre expresión y la segura circulación de
la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente
garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art.
19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14), la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código
Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).
[2] Para uno de Los Siete
Grandes Sabios de Grecia (Solón) El
Cisne Negro es la alegoría de un hechoque es teóricamente posible, pero que
todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería
castastrófico.
[3]
Mirá El Cisne Negro (Editorial 625).