El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Martes 10 de Septiembre de 2.013.
La Guerra Por La Supervivencia XXXI
Por Rubén Vicente
Exactamente el sábado, diez de diciembre del año
2011, su excelencia, la presidente masónica-justicialista
de la nación, Agte. O C-3 Dra. Dña. Cristina Freude Wilhelm (a) Cristina
Wilhelm (a) Cristina Elisabeth Fernandez Wilhelm (a) Cristina Fernandez de
Kirchner (a) Cristina Kirchner (a) Chlore Wass (a) Cristina (a) Cris (a) La
Reina (a) La Viuda (a) La Yegua (58), prestó juramento para el segundo
mandato al frente de los destinos de la narco república pedorra que supimos
conseguir, correspondiente al cuatrienio 2011-2015. [3]
Posteriormente, asumía su segundo mandato, su
excelencia, el señor senador nacional francmasón-kircherista por pura conveniencia táctica de la
provincia de La Rioja, Agte. CIA C-3 Dr. Dn. Carlos Saúl Menem Akil (a) Carlos
Menem (a) Carlos Saul I (a) Carlitos (a) El Cálo (a) Facundo Quiroga (a) El
Turco (a) El Riojano (a) El Patilludo (a) El Inombrable (a) Mendez (a) El Yécacho
(a) El Mesías (a) La Salamandra (81),
para el sexenio 2011-2017.
Bajo esa compresión, lo razonablemente esperable era
que, por el simple paso del tiempo, que no perdona, La Yegua se fuera a su casa
(2015), o que El Turco se muriera,
incluso antes de 2017.
Pero lo que Cris no estaría dispuesta a tolerar, ni mamada, era
que Carlitos se quedara en el congreso cuando a ella le tocara levantar los
petates de La Residencia Presidencial de Olivos y de La Casa Rosada, porque
sería como que ganó él, y no te estoy hablando de Néstor, claro está.
Cristina Kirchner estaba más que convencida de que,
en los dos años que transcurrían entre 2015 y 2017, Carlos Menem sería muy
capaz de maniobrar exitósamente, pero para mandarla al calabozo de por vida, o
algo por el estilo.
No
era cierto, porque Menem sólo quería disfrutar la paz de sus últimos años, que
según él, serían muchos, porque ió soy longevo (sic) ja ja já.
Se había reconciliado con Zulemita (41), que jamás
lo dejaría de adorar, aunque la hubiera preferido a La Chechu; y se estaba
empezando a entender con Carlos Nahir (34), que dirán lo que dirán, pero era un
pibe bárbaro. Y a Máximo (7), que lo críe La Chechu.
Y el resto de la vida sería para Carlos Menem
escribir sus memorias, y deleitarse con sus familiares; con sus viejos amigos
de las carreras de autos, y con sus compañeros gerontes del peronismo de
mercado, más la presencia en el parlamento, que nunca dejaría de resultarle
divertido, porque le quedaba claro que ahí nadie arreglaba nada, obvio.
Pero Cristina es mina, y vos sabés lo jodidas que
son las minas cuando odian a alguien, que son capaces de hacer lo que sea con
tan de amargarle la vida. Y para amargarle la vida, nada mejor que ordenarle a
La Side que planificara y ejecutara una operación de seguridad nacional,
destinada a limar a Carlos Menem, pero hasta que tomara la decisión de
suicidarse o de morir preso, que es lo mismo. ¿Verdad?
El resultado fue que durante el año 2012, El Perro
Verbisky (70) empezó a batir el parche con la resurrección del culebrón de la
histórica relación incestuosa de Memen con Zulemita, maldito audio pedorro
incluído: “ … Por mi papá te lo pido. No podés pasar por encima de mí. Diez años
de mi vida te dí. Si hasta no pude tener un hijo por tu culpa” (sic).
Y mientras tanto, la justicia federal argentina hizo
magia, encontrando la forma de reabrir El Caso Armas, y de volver a imputar y a
procesar a Carlos Menem, que bajo esa comprensión, se dio cuenta de que su
maldito carma es la guerra por la supervivencia, de él mismo y de la
patria, que para él, que es un político de raza, son exactamente lo mismo,
porque la una sin el otro, no tendrían sentido, y nada más, claro está. [4]
Y Cristina es una aplanadora, porque comenzó a
liderar la campaña electoral de 2013, anunciando a voz en cuello la condena a siete
años de prisión de Carlos Menem por El Caso Armas (7), pero callando que del resultado del comicio en ciernes dependería
en definitiva, el desafuero parlamentario y el encierro penitenciario
del condenado.
Al día de la fecha, la guerra por la
supervivencia no está concluída, ni mucho menos, y ella nos puede tener
preparadas insólitas sorpresas, en ambos sentidos, pero lo que desde ya queda
claro, es que no pasará sin pena ni gloria, para ambos, según corresponda, y
nada más, claro está.
Y si, porque las paso la perdió Cristina, pero el
pueblo argentino es tan raro que no sabés, porque en octubre, le puede agarrrar
la chiripiorca, y votar la reforma constitucional y la relección de Cristina,
porque todo debe cambiar, pero para que nada cambie en realidad. ¿Verdad?
Y si me dijeran que estoy muy equivocado,
respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.
[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en
el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional
de la República Argentina de 1995 (Art. 14),
la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts.
153 y 155).
[2]
Para uno de Los
Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El
Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es
prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.
[3] O es la letra que designa a Odessa.
C-3 es el escafón de revista de los agentes secretos de casi todos los
servicios de inteligencia del mundo entero (orbis). Y la yegua es como
la llaman los libretistas de los programas cómicos de la televisión cordobesa. Conste.
[4]
En 1986, Memen había sidoi indemnizado por el estado
nacional argentino, por haber sido ilegítimamente detenido por la dictadura (1976-1981),
percibiendo setecientos mil dólares (700 md). Adquirió dos aviones
ultralivianos, una camioneta tipo traffic y un Fiat 147. El resto lo depositó
en una cuenta cifrada abierta en un banco suizo, a nombre de Zulemita. Desde
que dejó el poder, no le volvió a informar al fisco respecto de esa cuenta. Por
eso, en 2000, la fiscalía delarruista lo procesó por los crímenes de
incumplimiento de los deberes del funcionario público, de falsedad ideológica
de documento público, de omisión maliciosa de declaración jurada, obviamente,
en concurso real, con una escala represiva de hasta seis años de prisión. Además
del jucio por El Caso Armas, la fiscalí cristinista le metió pata a fondo con La
Causa Río Tercero.
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