sábado, 7 de diciembre de 2013

724 Historia (Mundial)

Año III – Primera Edición – Editorial: 00000724 [1]

 
El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 7 de Diciembre de 2.013.






Al Mahdí XII
Por Rubén Vicente

Desde el principio del año 1990, su excelencia, el señor presidente de la comisión directiva de La Base (léase: El Fundamento = El Cimiento = Al Qaeda), y a la vez, gobernador masón-salafista de la provincia afgana meridional de Khandajar, es decir, el Agte. CIA C-3 Dr. Dn. Ossama Ben Laden (a) Omar Laffytte (a) El Redentor (a) Al Mahdi (33), se propuso concretar dos objetivos tácticos (2). 

El primero fue comenzar a captar adeptos de toda la provincia, para su conversión desde el islamismo de la sangre mártir (léase: la shiia = el shiismo), en su versión moderada (léase: el alawismo), hacia la nueva doctrina, superadora y unificadora, de el islamismo marxista (léase: el marxismo islámico = el fundamentalismo = el salafismo = la revolución islámica), que es espiritualmente islámica, pero que es materialmente marxista, obvio. 

Y el segundo, fue empezar a suministrarles a los nuevos partidarios de la revolución islámica khandajarí, nada más ni nada menos, que la instrucción paramilitar, para convertirlos en los guerrilleros rurales y en los terroristas urbanos de la fe musulmana (léase: los muhaidines). [3] 

La idea del Dr. Ben Laden era contar con su propia fuerza de choque, necesaria para vencer la eventual resistencia armada, que probablemente le plantearían los grandes propietarios de la tierra provincial, es decir, los señores feudales alawitas khandajaríes. 

Para mediados de ese año (1990), Ben Laden ya tenía su propia milicia fanática de tres mil mujaidines afganos (3.000), que fueron enviados a la república árabe de Irak, para reunirse con las tropas de las passdarán iraníes, formándose entonces El Ejército Islámico de Irak (EII), que le plantearía la resistencia armada en la retaguardia a Saddam Hussein, por entonces bastante ocupado con el asunto de La Invasión a Kuwait.

Para cuando la coalición occidental, liderada por Los EEUU y por Gran Bretaña, se lanzó a La Guerra del Golfo (1991), los muhaidines fanáticos de Ben Laden ya tenían, no sólo su bautismo de fuego, sino también, bastante experiencia de combate (léase: los veteranos de la guerra), siendo conocidos en Irak como los afganos (sic). 

Concluída la contienda, la mayoría de los afganos regresaron a Khandajar, para empezar a suministrarle instrucción paramilitar a los nuevos conversos al salafismo de la revolución islámica, pero la minoría se quedó en Irak, junto a la minoría de las passadarán iraníes, tratando de desestabilizar a las fuerzas armadas y a las fuerzas de seguridad de Saddam Hussein, mientras intentaban ganar adeptos en el estudiantado universitario irakí. 

Fue entonces cuando Ben Laden entendió que estaban dadas las condiciones políticas, para decretar la confiscación de todas las tierras khandajaríes (sic), que pasaron a ser de la provincia afgana, y que cayeron bajo el control teopolítico, exclusivo y excluyente, de la revolución islámica afgana, convirtiendo a Al Qaeda en la narco guerrilla musulmana de Khandajar. ¿Cómo? 

Sobre el final de 1991, Al Qaeda había logrado concretar la hazaña sin  cuento de tener completamente fanatizados y perfectamente entrenados, nada más ni nada menos, que a diez mil efectivos (10.000), el diez por ciento de los cuales fueron seleccionados para integrar el comando suicida de los hombres bomba (10%), pensados para inmolarse en donde fuera.

¡Ah! ¿Será por eso que los yankis inventaron el jueguito electrónico del bomber man? ¡No! ¡Fue por el ruso Theodore Kasinsky! ¿Por quién? ¡No importa! ¡Después te hablo de eso! ¡Sigo! 

Era tal la mística religiosa y paramilitar de los mujaidines de Al Qaeda, que la inmensa mayoría de la población de Khandajar empezó a creer que, de verdad, hacía nacido a la faz de la tierra un nuevo y glorioso profeta de la guerra santa musulamana (Ben Laden), que liberaría a Afganistán, a El Cercano Oriente, a El Lejano Oriente, a El Occidente y al mundo entero (orbis), de las cadenas del pecado musulmán del laicismo, y de la opresión del imperialismo judeo-cristiano, claro está.  

En otras palabras, empezaron a ver en Ben Laden, nada más ni nada menos, que la figura esperada por siglos, de El Redentor Islámico (léase: Al Mahdí). 

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155). 
 
[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hechoque es teóricamente posible, pero que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico. 
[3] Acordate de que, habitualmente, muhaidín está escrito en inglés, y que la ache, se pronuncia jota (léase: mujaidín). ¿Si?

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