Me llamo Rubén Vicente, soy abogado y tengo 55 años. Desde los 9 estudio historia universal (antigua, medieval, moderna y contemporánea), de los seis contientes (Oceanía, Asia, Africa, Europa, América y Antártida), en casi todas las temáticas (ecológica, tecnológica, económica, social, cultural, criminológica, política, jurídica, diplomática, militar, religiosa y esotérica), combinando esos conocimientos con la disciplina de la geopolítica, que cultivo desde hace dieciocho años.
Gracias a esas dos maravillas que son la cibernética y la internet, pude organizar la información a partir de mil novientos noventa y tres, bajo la forma de cronologías separadas, que fueron entrelazándose entre si, de modo tal que hoy día puedo tomar un año determinado y tener allí reunidos todos los datos de lo que sucedió en el mismo en todas partes del mundo, respecto de la custión que sea.
Eso me dio una visión muy diferente a la que tienen los estudiantes formales de historia, que aprenden en forma calidoscópica, es decir, todo fraccionado, fracturado y desconectado, con lo cual, sólo se obtiene una compresión sesgada de la realidad, debiendo acudir a las sincronías que suelen ser inexactas.
Por último, quiero destacar que mi visión personal de la historia, combinada con lo que aprendí de geopolítica del lejano oriente (1992), del cercano oriente (1993) y del occidente (1994) y, por supuesto, con mis conocimientos de derecho, me permiten comprender el presente mundial, regional y nacional, que creo que es la mejor base para imaginar cómo será el futuro de la humanidad, de nuestro pueblo, de nuestras familias y de nosotros mismos, es decir, para elaborar una ranozable prospectiva que, obviamente, nunca será exacta, como no lo puede ser nada que se refiera al futuro, que siempre es incierto, y eventualmente riesgoso.
Deseo compartir lo que aprendí con todos ustedes, haciendo de este bloq un foro interactivo, si es que asi pudiera calificárselo. Mi sueño es que mis amigos se vayan sumando, escribiendo sus propias notas, con su propia visión enriquecedora de la realidad, en las mismas condiciones, es decir, haciéndose responsables de lo que firman ante los lectores.
