sábado, 31 de diciembre de 2011

28


Año I – Primera Edición Simulada – Editorial: 000000028  [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolíca
Martes 4 de Octubre de 2.011.


El Socialismo Nacional
Por Rubén Vicente

Exactamente en 1840, Karl Grünn concibió la convergencia entre el nacionalismo alemán y el socialismo democrático, llamándola con los nombres indistintos de el socialismo verdadero o bien, de el socialismo nacional, es decir, el nacional socialismo (el nazismo), que Marx calificaba como una ideología burguesa y contraverrolucionaria (sic).

Desde la publicación de El Manifiesto Comunista (1848), el socialismo verdadero (el socialismo nacional = el nacional socialismo = el nazismo = el grünnismo) se convirtió en la antítesis del socialismo científico (el socialismo internacionalista = el marxismo = el comunismo).

Todos dicen que viene del marxismo. Sin embargo, lo cierto es que quien haya profundizado suficientemente la cuestión, sabrá que Teodoro Herltz tomó las ideas de Karl Grünn para concebir su doctrina del socialismo nacional hebreo (el nacional socialismo sefaradí = el nazismo judío = el sionismo), que es el alma mater del estado de Israel, más allá de que pueda haber un sionismo de derecha y otro de izquierda (el likut y el laborismo) que, dicho sea de paso, no por casualidad, sino más bien por causalidad, convergen en  el grünnismo israelí de centro (Kadima), claro está.

Realmente no tiene sentido hablar de las barbaridades del nazismo, del comunismo y del sionismo, porque la historia las ha documentado con toda suficiencia, precisión y exactitud. Pero si tiene significado ver cómo hubo gente democrática, que tomó para su patria las ideas de Karl Grünn , forjando su propia versión a la derecha, al centro o a la izquierda del espectro ideológico grünnista, pero restandole las salvajadas fanáticas, racistas y reaccionarias (léase: satánicas, totalitarias y genocidas) de Adolf Hitler, de Joseph Stalin o de Ariel Sharon, concretando el socialismo nacional en su país.

Salvando las distancias, que no son tantas, fueron tipos como Giichi Tanaka, Chiang Kai Sheck, Jawaharlal Nehru, Reza Khan Pathlavy, Gammal Abdel Nasser, Nikita Krushev, Joseph Broz Tito, Conrad Adhenauer, Charles De Gaulle, Alcides De Gásperi, Francisco Franco, Carlos Oliveira Salazar, Fidel Castro, Lázaro Cárdenas, Anastasio Somoza, Omar Torrijos, Marcos Pérez Jimenez, Joaquín Morales Bermudez, Joao Goulart, Carlos Ibañez del Campo, Alfredo Stroessner o Juan Perón.

Obviamente, la figura de Perón es la más patentemente percibida por los argentinos. Dicen que era el gran protector de los nazis, pero se olvidan que fue él el que firmó la declaración de la guerra contra Alemania, y que luego envió a Evita a Tel Aviv, para que la Argentina fuera el primer país de América Latina en reconocer al estado de Israel (1949), sabiendo perfectamente que el enfrentamiento árabe sionista tenía ya treinta años en ese entonces, digo, pero cuando fue presidente por tercera vez (1973-1974), apoyó públicamente la creación del estado palestino, y restableció las relaciones con China, Rusia y los paises del bloque comunista de la guerra fría, mientras era el artífice de El Plan Cóndor con los EEUU (López Rega), que se sacó fotos con Carlos Menem (no jodamos).

En síntesis, el grünnismo, es decir, el socialismo nacional, abarca un ámplio espectro ideológico, centrado la alianza de la religión, las fuerzas armadas, la clase trabajadora y el empresariado vernáculo, para forjar movimientos nacionales, populares, humanistas y creyentes en Dios, ya se llame Kami, Krishna, Jehová, Padre o Allah, lo mismo da; mientras los objetivos estratégicos son la independencia económica, la justicia social, la soberanía política, la integración regional y la tercera posición internacional, siempre equidistante de los extremos en pugna (capitalismo versus comunismo, y ahora, globalización unipolarista versus antiglobalización multipolarista); y los parámetros institucionales están dados por la democracia constitucional.

En eso terminaron coincidiendo Perón y Balbin, aunque ahora se rompan los cuernos los kirchneristas y los adversarios, duhaldistas o radicales k, lo mismo da, porque todos, pero todos, son partidarios del grünnismo (el socialismo verdadero = el socialismo nacional = el nacional socialismo = el nazismo sionista = el justicialismo = el peronismo), aunque digan que no es cierto, nada más que porque no pueden darse el lujo, justo ahora, de venir a piantar votos, porque ya se sabe que son políticos y no estadistas, claro está.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.







[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

viernes, 30 de diciembre de 2011

27

Año I – Primera Edición – Editorial: 000000027  [1]

El Cisne Negro [2]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Lunes 3 de Octubre de 2.011.

Mentiras Que Matan
Por Rubén Vicente

Este tipo se llama Liaquiat Ahamed (wanted by the FBI since 2013, je jé) y escribe para un medio demócrata como es The Wall Street Journal America´s. Fue corredor de bolsa y ahora enseña historia económica, con especialización en el comportamiento de los bancos estadounidenses en la década del veinte del siglo pasado, es decir, inmediatamente antes del estallido de La Gran Depresión.

Y si estudió, algo deber saber, tal cual. Liaquiat refiere que a principios de 1929 los EEUU estaban siendo afectados por una fuerte recesión y Europa tenía un gravisimo problema fiscal, centrado en la insolvencia de algunos gobiernos, preguntando si nos suena familiar.

Agrega que la administración republicana de Huber se sentó sobre el oro y sólo atinó a bajar mínimamente los impuestos, pero nada. En cambio, dice que Obama hace lo correcto cuando pone en vigencia la QE-2 y planea la QE-3, asegurando que lo contrario implicará un terremoto en Europa y cinco años más de estancamiento para los EEUU, con crecimiento lento, alto desempleo y peleas políticas.

Por Dios, qué caradura. Veamos. En 1918 terminó la Gran Guerra Mundial, se dejaron de fabricar armas y hubo recesión y desempleo en Europa y los EEUU. Alemania quizo salir como fuera, y la hizo la fácil jé jé, devaluar el marco frente a la libra y darle a la maquinita sin asco, causando la hiper de 1923.

Para principios de 1929, el nuevo marco alemán ya era un fierro, no había déficit fiscal ni comercial y la deuda estaba refinanciada y era pagable, reactivándose la industria civil y reuduciéndose el desempleo a menos del 10%.

Los únicos de Europa con problemas de deuda soberana, y no tanto, eran Gran Bretaña y España, y si creen que miento, lean a Keynes. En cambio, los EEUU fabricaron autos baratos y los magnates metían plata en tierras a lo pavote, viviéndose los años locos (inversión, empleo, producción, ventas, exportaciones y alto consumo), y otra vez digo, lean a Keynes.

Los bancos no cobraron los créditos, vino la crisis hipotecaria, la Fed no aflojó un mango y quebró Wall Street, no Washington. Ahora es distinto, Washington está quebrado (AA+) y Wall Street está con la fiesta loca del Twist en el Titanic (yuppie, perdón, quise decir iupi).

Y nada, lo que pasa es que el turco está bolaceando para pegarle a los republicanos, por no querer hacerle el juego al negro, porque sabe que no le van a votar la QE-3 ni le aprobarán sus planes presupuestarios (más impuestos y menos gasto en armamentos, no way).

La guerra de propaganda es de terror. Goebbels un poroto. Se viene la W, perdón de nuevo, ese ya fue, quise decir Sarah Pallin (go home fucking nigger). Firmado Wall Street (¿cómo?). Me está sonando el black berry; andá que después te explico.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.



[1] La libre expresión y la segura circulación de la información contenida en el presente documento se halla jurídicamente garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (Art. 19), la Constitución Nacional de la República Argentina de 1995 (Art. 14),  la Ley Nacional N° 26.032 de 2005 y el Código Penal de la Nación (Arts. 153 y 155).

[2] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

26 Bis

Año I – Primera Edición – Editorial: 000000026 Bis

El Cisne Negro [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolíca
Sábado 1° de Octubre de 2.011.

La Letra Con Sangre Entra
Por Rubén Vicente

Un ultra liberal de libro como fue Domingo Faustino Sarmiento (a) El Loco sabía de memoria dos cosas que son tan básicas que hasta pareciera que son verdades de perogrullo que, sin duda alguna, fueron sus grandes políticas de estado, tan geniales como imperecederas. La primera es que hay que educar al soberano y la segunda es que la letra con sangre entra. Dicho de otro modo, educación popular, pero con disciplina, y qué tanto joder con los mocosos.

La gloriosa escuela primaria, laica, gratuita y obligatoria, fue la herramienta estratégica de una generación ochentista que supo convertir a la Argentina en la séptima nación del mundo británico del siglo diecinueve, alejándola para siempre de la barbarie y sumándola a la civilización occidental, que es cristiana, por si a alguno le quedaran dudas.

Nadie puede decir en su sano juicio que ella haya tenido mala fe, pero lo cierto es que Eva Giberti es el ícono viviente y actuante del sistema educativo que propuso con violencia la generación setentista del siglo veinte norteamericano man non tropo que supimos conseguir, y que padecemos hasta el día de la fecha, gracias a su consagración política, forjada por el voto de los que confiaron incautamente en la supuesta sabiduría de quienes lo han sacralizado en los años de la nueva democracia constitucional (1983-2011), vaya a saberse con qué intenciones inconfesables (¿Para quién trabajan? ¿Para el enemigo?).

Maestros que desconocen lo que deben enseñar ni tienen chance de hacerse respetar; alumnos que son hijos de matrimonios destrozados y que van a la escuela llenos de tristeza y de rencor predispuestos al desparpajo; hienas que aprovechan el desmadre para inocular su maldito veneno o para captar víctimas para su trata inmunda; y un gobierno cegado por la necedad falsamente ideológica, que confunde el software de los contenidos con el hardware de la note books, y que respalda institucionalmente el laxamiento de la disciplina, pero sólo hasta que empiezan las explosiones en Tres Arroyos, en Pergamino o en Villa Luzuriaga, dándose vuelta como panqueques y saliendo a declarar que los maestros están autorizados a poner límites, exhortando a los padres a solidarizarse con los educadores (léase: nosotros no tenemos ni culpa ni responsabilidad en lo sucedido, firmado Sileoni).

Bárbaros, las ideas no se matan, pero eso es justamente lo que están haciendo con nuestros niños, idiotizándolos todo el tiempo con pedorradas y dejándolos que hagan cuanta salvajada les venga en gana. Conclusión, cada pueblo tiene el gobierno que se merece (ups).

Ojalá que esto sea un punto de inflexión para cambiar el paradigma psicótico que nos rige en tantos temas, en los que no entendemos bien lo que nos pasa, ni sabemos qué tenemos que hacer para que deje de sucedernos.

Dios nos ilumine a todos, pero a todos, para que comprendamos que sin educación nunca habrá ley, y que sin disciplina jamás habrá orden, porque la ley y el orden son los dos pilares de la paz.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

26

Año I – Primera Edición – Editorial: 000000026

El Cisne Negro [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Sábado 1° de Octubre de 2.011.



Mogolandia Va con Vos
Por Rubén Vicente

¿Si usted fuera el marido, a cuál de estas dos mujeres le querría perdonar que le haya chocado el auto?

La yegua infartante es Giselle Bundchen, que filmó un comercial de la marca Hope, que les aconseja a las mujeres cómo tienen que hacer para calmar la ira de sus cónyuges recién anoticiados del accidente vial que ellas han provocado.  

El loro represor es la secretaria de la mujer brasileña Iriny Lopes, que acaba de emitir una resolución administrativa de prohibición de esa publicidad, por entender que la misma "… refuerza el esteriotipo de las mujeres como objetos sexuales" (sic).

Si mal no recuerdo, Freud sostenía que la mujer es el objeto sexual deseado por el hombre y que el hombre es el objeto sexual deseado por la mujer, porque el sexo es vida. Obvio.

Y si no, preguntémosle a las diosas del carnaval, de la moda, del cine, de las telenovelas y de la publicidad, que no creó que estén para nada de acuerdo con esa funcionaria petera, digo petista.

Y no me digan que soy irónico y ofensivo. Ella es la ignorante, que no entiende nada acerca de la naturaleza fundamentalmente erótica de todos los seres humanos, sin excepción alguna, y que disfraza su patológico lesbianismo evidente, bajo un respetable manto del ateismo-marxista-feminista-militante, supuestamente defensor insigne de los derechos de género, mientras agrede con saña, premeditación y alevosía, nada más ni nada menos, que a la ultra sanísima pulsión sexual de los varones héteros, que es un don divino, angustiosamente anhelado por millones de mujeres que no se cansan de repetir desoladas que ya no quedan hombres, y que no debe ser limitado, restringido o inhibido en modo alguno mientras no implique violencia, física o moral, porque vivimos en una sociedad civilizada y democrática, que merece crecer y multiplicarse como lo manda la madre naturaleza y la santa religión. ¿O no? [2]

Los mensajes subliminalmente psicóticos y absolutamente contradictorios que emanan del poder brasileño en estos tiempos son desopilantes, por no decir trágicos: a) No fume, dróguese; b) no apueste compulsivamente en el jogo do bicho, vote a un payaso para diputado federal; c) dígale no a las carnes rojas sudamericanas, consuma comida chatarra norteamericana; d) no lave dinero, tolere la inflación; e) no dañaremos los bosques nativos, expandiremos la frontera agrícola amazónica; f) prevéngase del cáncer de colon, respete el matrimonio entre dos varones; g) Dígale no a los gases de efecto invernadero, dígale si al Pre Sal; h) Bregaremos por la paz, tendremos el submarino nuclear; i) No seduzca a su marido, chóquele el auto; etc., etc., etc.

Y encima, esta reverenda hija del gigante sudamericano, nos quiere hacer creer que ella es un ser pensante y coherente, que está cambiando la sociedad para hacerla más justa, aunque más parezca la inquisición totalitaria de la post modernidad, que no tortura, pero logotomiza que es peor.

Por lo menos Goebels decía miente, miente, que algo quedará. Cuando las estereotipas torquemádicas como Iriny Lopes digan toda la verdad, no quedará nadie para creérsela, porque estaremos todos internados en el manicomio, gritando no estoy loco, yo creía en la libertad.   

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

[2] En definitiva, la ciencia es una cuestión de fe en la posición u opinión de que se trate. El parecer de la Asociación Americana de Psiquiatría es que el homosexualismo (masculino y femenino) es una enfermedad mental leve, encuadrable en la categoria de las neurosis que, sin embargo, no le impide a los pacientes, llevar una vida casi completamente normal, salvo que como toda neurosis, ella degenere en casos más graves de psicopatía o aún de psicosis. De acuerdo con esta opinión científica a la que adhiero, carecen de validez las posiciones contrarias que sostienen que el homosexualismo no es una enfermedad, sino más bien, una determinada eleccción libre y voluntaria del objeto sexual deseado. Eso no quiere decir que las lesbianas deban dejar de ser respetadas, sino que los héteros sexuales tienen el derecho legítimo de expresar sus opiniones con la misma libertad, sobre todo si se sienten gratuitamente agredidos en sus sentimientos.

jueves, 22 de diciembre de 2011

25

Año I – Primera Edición – Editorial: 000000025

El Cisne Negro [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Viernes 30 de Septiembre de 2.011.


La Esencia de una Gran Nación
Por Rubén Vicente

Esa gran madre y maestra que es la historia universal nos enseña que lo que caracteriza a una gran potencia como tal es la articulación política de sus aparatos financiero, tecnológico, industrial, comercial, diplomático y militar en un gran Complejo Estratégico Nacional (CEN), dependiente de un gobierno regido por las instituciones de la democracia constitucional, ya se trate de una monarquía o de una república, sea laica o confesional y moderada o radicalizada, lo mismo da, en tanto y en cuanto la misma sea respetuosa de los derechos humanos y del derecho internacional, cuyo propósito es el mantenimiento de la paz, de la seguridad y de la cooperación internacionales, bajo los principios de la igualdad soberana de los estados y de la no intervención en asuntos internos de otras naciones.

El Japón es una gran potencia, que posee su propio CEN, depediente de un gobierno basado en las instituciones de la democracia constitucional, bajo la forma de una monarquía, confesional y radicalizada, que se fundamenta en el shintoismo, en el cual, todo japonés que se precie de tal, cree fervientemente que el emperador es un descendiente legítimo del Sol y a nadie se le ocurriría que es un elemento fungible del estado nacional japonés pues, sin su divinidad de origen, el país del sol naciente no tendría razón de existir, más allá de las humillantes condiciones formales impuestas como consecuencia de la derrota en la Segunda Guerra Mundial.

Ese equilibrio casi perfecto entre la tradición étnica ancestral y la post modernidad de la globalización presente y futura es la esencia nacional del Japón, que muchos estudiosos concuerdan en carácterizar tan acertadamente como La Tribu Tecnológica.

Después de Hiroshima y Nagasaki (1945), en sólo veinte años se operó el milagro económico japonés (1965), que se trasnformó en una guerra comercial contra los EEUU (1980), que fue ganada por los nipones (1990), para luego sufrir la crisis de El Efecto Arroz (1997), del que se recuperó con creces justo para cuando estalló La Crisis Mundial (2008-2011).

Hace más de sesenta y cinco años, los expertos del país del sol naciente compararon la envergadura de su país reducido a cenizas contra el porte de la primera potencia capitalista de la naciente guerra fría, optando sabiamente por establecer una paridad inicial del yen contra el dólar de quinientos a uno (500:1). En vez de devaluar periódicamente para ganar competitividad, los japoneses siguieron estoicamente la vía dolorosa de la revaluación gradual de su moneda nacional y de desarrollar intensivamente la investigación y el desarrollo (I+D) de la alta tecnología de la innovación (the hight tech), que es el alma de una industria deslumbrantemente imbatible.

Hoy la cotización es de sólo ochenta yenes por dólar (80:1) y el Japón, además de poseer la tecnología y la industria más avanzada del mundo, es un actor central del comercio internacional, que cuenta con su propia esfera de coprosperidad, conocida con el nombre de la Asociación Económica del Asia Pacífico (APEC), que incluye una fuerte participación accionaria en la economía los estados norteamericanos occidentales de Alaska, de Washington y de California, extendiéndose hasta el río Indo, comprendiendo más que significativas inversiones en Australia, Corea, China, India y Pakistán y proyectándose ahora sobre El Cuerno de Africa, mientras sus renovadas fuerzas armadas convencionales (ejército, marina y fuerza aérea), ya tienen sus bautismos de fuego en los escenarios bélicos de Afganistán, de Irak y de Somalía; reservándose el derecho de lidiar con la amenaza norcoreana, convirtiéndose en una nueva superpotencia misilística y nuclear, para ocupar el merecido rol de miembro permanente con derecho a veto del consejo de seguridad de la ONU.

Ese shintoismo radicalizado, que hace un culto divino de la figura de emperador, es el factor que ha permitido al Japón renacer de sus propias cenizas en menos de setenta años y es también el que posibilizará al país del sol naciente afrontar digna y rápidamente las emergencias del terremoto, del tsunami y de El Accidente de Fukushima. No habrá apocalipsis. Los japoneses no lo permitirán. Ellos son y se sienten una gran nación, que no sabe de renunciamientos, por más graves que sean los avatares que se ciernan sobre su pequeña geografía insular.

En los próximos veinte años, el mundo entero asistirá azorado al dantesco espectáculo de la pérdida de la supremacía mundial de los EEUU, y ellos no serán reemplazados por la UE o por China como todos creen, sino más bien, por un Japón cuyo yen cotizará entonces en paridad contra el dólar (1:1) y accederá al rango de nueva primera potencia económica, diplomática y militar mundial (la nueva hiper potencia planetaria) para que dejemos de vivir en un mundo norteamericano (de mundis americanensis) y comencemos a vivir en un nuevo mundo japonés (de novus mundis japanensis), que tendrá vigencia hasta bien entrado el siglo veintidos.

En el mismo, el principal aliado de Tokio en América Latina no serán ni México, ni Venezuela ni el Brasil, sino más bien, la Argentina de las antípodas, con sus extensos espacios vacíos continentales, su mar territorial interminable, sus desiertos de hielo antártico, su agua potable, su carne, sus cereales, sus cueros, sus lanas, sus cardúmenes, sus maderas, su celulosa, sus harinas, sus aceites, sus biocombustibles, sus metales, sus hidrocarburos, su deversidad climática, sus bellezas paisajísticas, sus ciudades europeas, su futbol, sus hermosas mujeres y su íntima afinidad espiritual, cuyo ícono viviente es la viuda japonesa de nuestro  Jorge Luis Borges y cuya máxima expresión estética es su gusto común por el tango, que es una danza que bailan un varón y una mujer que se desean con una pasión que sólo es propia del carácter nacional de ambos pueblos y que se basa fundamentalmente en el sentido trágico de la vida y de la muerte de los feroces samurai del Cipango y de los aguerridos granaderos de los Andes.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.


[1] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

24

Año I – Primera Edición – Editorial: 000000024

El Cisne Negro [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Miércoles 28 de Septiembre de 2.011.

Conectar Igualdad
Por Rubén Vicente

Dicen que Néstor no lo quería, pero ya sabemos quién fue siempre el cerebro en ese matrimonio jugado a vida o muerte con la política. Amado Boudou es un economista salido de las AFJP´s capitalistas, que administró el Anses socialista que las nacionalizó; que fue nombrado ministro de economía para negociar el desendeudamiento de nuestra patria y que será el vicepresidente de nuestra nación en el segundo mandato de Cristina. Si eso no es confianza, uno se pregunta entonces la confianza dónde está.

Boudou no sólo es joven para gobernar sino que lo demuestra todo el tiempo, con su novia, con sus amigos, con sus guitarras eléctricas y con una sonrisa que más de uno le envidia y que a más de una le vuela la cabeza. Amado es el ícono de una nueva generación argentina, que salío de la facultad cuando nuestra nueva democracia constitucional era una nena de dos años, pero que tuvo que aprender de bien chiquita que los enemigos asechan en Campo de Mayo, Monte Caseros, Villa Martelli, La Tablada, el Edificio Libertador, la Embajada de Israel y la Amia.

Después de la catástrofe del que se vayan todos, él apostó al futuro y se sumó la kirchnerismo que está sacando al país del fondo del mar, a través del modelo de acumulación con inclusión. Como si fuera El Príncipe William o algo por el estilo, él está con la gente, llevándole un mensaje de alegría y de fe en el progreso, fogoneando personalmente el programa de Conectar Igualdad, que distribuye computadoras note books a todos los niños y adolecentes en edad de estudiar, para que hasta el más pobre de todos ellos sepa lo que se puede hacer con la web, pero también, con los e mail y con las redes sociales, que son la nueva voz de los que nunca tuvieron voz.

Ese maravilloso virus 2.0, que lleva el planeta a los páramos más recónditos y viceversa, está cambiando la historia y demostrando que es posible forjar un mundo mejor, con sólo un poco de gestión pública, que es el nombre que la política le ha puesto al amor. Pero Amado debe entender que también está el odio, usando los e mail, las redes sociales y las note books regaladas a la inocencia para conspirar contra la cultura, contra la paz y contra la seguridad, nacional e internacional, lo mismo da.

No sólo debe seguir distribuyendo computadoras gratuitamente a todos los alumnos indigentes de este país, sino también, contribuir a enseñarles que ellas pueden ser un arma de destrucción colosal, si están manos de jóvenes o de adultos desquiciados, que le hacen el culto a la droga mientras bailan la cumbia villera o revientan los parlantes de sus autos flojos de papeles, paseándose de caño con los gatos de la trata, sometidas a los policías sin madre, a los jueces sin hija y a los políticos sin hermana.

Que Amado no se olvide de bregar sin descanzo para que el ciberdelito no pueda jamás servir para lavar dinero o financiar el terrorismo. Que Bodou recuerde siempre que el embrutecimiento de los pueblos puede llegar vía e mail  con una promo adjunta, como si fueran los nuevos espejitos de colores con que fueron engañados los antiguos indios (perdón, los pueblos originarios).

Que las tecnologías digitales para todos no se conviertan en una máquina idiotizadora al servicio del gobierno invisible enquistado o del poder constituído abulonado, teniendo descerebrados a los que más necesitan ser instruídos, para que evolucionen desde la barbárie del odio en el que viven hasta la civilización del amor en la que merecen vivir.

Que no se confunda sensibilidad social con demagogia electoral. Que la juventud se comprometa con la política, con el pueblo y con la nación. Que las note books, los e mail y las redes sociales no sean puestas en manos de quienes estén siendo becados para hacernos víctimas de genocidio, porque eso también sería un crimen de lesa humanidad, claro está.

Entonces concluímos diciéndote Amado querido, el pueblo está contigo, pero no te olvides nunca de su felicidad real, que no es virtual, sino más bien, todo lo contrario, porque más importante que conectar las igualdades es enlazar las libertades, y que más valen las rotas cadenas que los sordos muros del libro de las caras.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.



[1] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.

23

Año I – Primera Edición – Editorial: 000000023

El Cisne Negro [1]
El Diario Digital de la Historia y de la Geopolítica
Jueves 29 de Septiembre de 2.011.


La Soberbia de la Estupidez
Por Rubén Vicente

Hubo una vez una gran nación llamada Gran Bretaña, que tuvo mucho que ver en los procesos de emancipación de las repúblicas latinoamericanas y que, en buena medida, fue el motor del desarrollo regional a lo largo de todo el siglo diecinueve, aportándole a  nuestros paises sus capitales sustentados por una moneda sana respaldada en plata y su alta tecnología de innovación, basada en los materiales críticos del carbón y el hierro.

En el caso específico de la Argentina, esa bendición económica y política tenía un contraluz en el Atlántico Sur que, no obstante, fue prudentemente administrado por nuestra diplomacia, que a principios de siglo veinte, sabía perfectamente que representaba los intereses del séptimo país del mundo, orgulloso de su relación con la primera potencia mundial de aquel entonces.

Paralelamente, nuestra región vio nacer y crecer una especie de segunda Gran Bretaña de este lado del Atlántico, que eran los EEUU, que ya desde la primera parte de la centuria decimonónica, intentaron reunir en un solo bloque a nuestras patrias jóvenes, pero liderado por ellos y sólo por ellos, bajo el influjo de su moneda permanentemente envilecida por la impresión de billetes sin respaldo y de su baja tecnología de imitación, sólo mejoradora de los productos ya existentes en el mercado, basada en los nuevos materiales críticos del petróleo intermedio y del acero de regular calidad comparativa.

La base agropecuaria de ambas economías y las aspiraciones geopolíticas excluyentes de liderazgo regional, hicieron que la relación bilateral fuera conflictiva, a lo largo de todo el siglo veinte, en el marco de una creciente asimetría, signada por un neoimperialismo de tono indisimulablemente agresivo para con nuestros pueblos.

El patrón oro-dólar y la bomba atómica fueron los dos únicos pilares de la supremacía mundial de los EEUU en la segunda mitad del siglo pasado, proyectada sobre una América Latina que evolucionaba convulsivamente hacia la industrialización dependiente y hacia la integración regional ambigua, primero de la mano de la Alemania nazi, luego de la Europa gaullista y después de la Rusia comunista.

Han pasado muchos años y esos sueños latinoamericanos, que también son argentinos, comienzan a hacerse realidad, bajo el liderazgo del Brasil y con la ayuda de China, mientras la hiperpotencia planetaria se ahoga psicóticamente en un vaso de agua, obstinada en sus guerras de codicia contra el terrorismo en Asia y Africa, y en la histérica tozudez de una comunidad de negocios que sólo mantiene la primera posición porque aún no existen alternativas creibles a su prepotencia provervial de la diplomacia del dólar o del gran garrote, lo mismo les da, porque sólo quieren que seamos sus malditos esclavos, claro está.

Y en medio de semejante drama global y hemisférico, América Latina y especialmente la Argentina padecen el malhumor de la estúpida soberbia negadora de la realidad, intentando infructuosamente bloquear nuestro acceso al crédito del banco del que todos nosotros formamos parte y anunciando que bloquearán también la cooperación en materia de desarrollo nacional, nada más que porque nosotros negociamos con nuestros acreedores de modo conveniente a nuestros intereses y no a los de los fondos huitres domiciliados en los paraisos financieros del Caribe angloparlante. Y habrá más, porque intentarán ponernos en la lista gris del grupo de acción financiera internacional y condicionarán sus ventas de armamentos a que nosotros aceptemos que sean de rezago.

En otras palabras, no pueden tolerar que nuestra economía crezca en medio del pandemonium, y no pueden tolerar que nuestra democracia constitucional sea tan libre como la de ellos, y no pueden tolerar nuestra alianza con el Brasil o nuestra lealtad latimoamericana, y no pueden tolerar que formemos parte del grupo de los veinte, ni tampoco pueden tolerar que estemos a favor del estado palestino.

Dicho de otro modo, no pueden tolerar que la Argentina luche por la independencia económica, la justicia social, la integración latinoamericana y la tercera posición internacional, equidistante de la globalización unipolarista y de la antiglobalización multipolarista (no way), porque somos un mal ejemplo que, si cunde, en ello les va la vida, y nada más, claro está.

Sepamos que los años por venir serán muy difíciles para nosotros, los latinoamericanos en general y para los argentinos en especial, porque están determinados a arruinarnos a como de lugar, antes que permitir que les hagamos un frente común en defensa de nuestras creencias, de nuestros ideales y de nuestros intereses. Preparémonos entonces para la heroica resistencia de la patria grande, recordando la máxima bolivariana de que el arte de vencer se aprende en las derrotas, para hacer realidad el adagio sanmartiniano de que seamos libres que lo demás no importa nada.

Y si me dijeran que estoy muy equivocado, respondería que veremos, veremos y pronto lo sabremos.



[1] Para uno de Los Siete Grandes Sabios de Grecia (Solón) El Cisne Negro es la alegoría de un hecho teóricamente posible que todos creen que es prácticamente improbable, pues si ocurriera sería castastrófico.